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«Nos estamos jugando el futuro», pondera Denis Itxaso (San Sebastián, 1975). El consejero de Vivienda y Agenda Urbana asume que le toca gestionar un negociado vital y resbaladizo, un revoltijo competencial en el que las soluciones a los precios disparados de los pisos deben ... llegar desde diferentes administraciones. Señala a los ayuntamientos y a las diputaciones, y sugiere en estas líneas varias vías de mejora. No es que vengamos de la nada: «La tercera parte de la vivienda protegida que se construye en España está en Euskadi. Y en los últimos diez años el 38% de los pisos que se han levantado han sido protegidos».
- Viendo como está el mercado, no tenido mucho éxito todo eso.
- No, claro. Los precios que tenemos, en propiedad y en alquiler, están entre los más altos de España. ¿Quiere decir eso que hemos fracasado? Me pregunto qué sería de este país si no se hubiese hecho lo que se ha hecho. Aunque en cada momento las políticas hayan sido diferentes en realidades muy distintas. Hoy nadie entendería que se hiciese vivienda protegida en propiedad, como hace años, cuando a quien le tocaba una era como si le tocase la lotería. Hoy todo es de alquiler.
- La vivienda hoy es inaccesible para buena parte de la población. ¿Qué nos espera si no logramos bajar los precios?
- Nos estamos acercando a una situación muy complicada. No sólo en Euskadi y España, sino en Europa y el mundo occidental. Los entornos metropolitanos están enormemente tensionados. Afecta la migración, que ha venido para quedarse, y también las tendencias demográficas: los núcleos convivenciales son más pequeños, cada vez vive más gente sola... Para mantener la misma población necesitamos más casas. Y la velocidad de este cambio es más rápida que la de su respuesta.
- ¿Entonces?
- Nos estamos jugando el futuro. Las familias están detrayendo gran parte de su renta para pagar la vivienda y no pueden hacer otros gastos. También es un impedimento para proyectos empresariales que necesitan traer trabajadores que no vienen porque no tienen dónde vivir. Y lo peor son los efectos sociales, que haya una quiebra entre arrendadores y arrendatarios. Aquí, quien opta por alquilar, lo hace sobre todo por razones económicas. Esta sociedad ya tiene muchas desigualdades como para permitirnos más.
- Euskadi necesita 103.000 pisos más para satisfacer la demanda, según estudios oficiales. Usted ha anunciado la construcción de 7.000 de alquiler social esta legislatura. ¿No es algo escaso?
- El Pacto Social por la Vivienda establece que en 2036 tengamos 50.000 pisos de alquiler social, y sólo llegaremos si aumentamos de 5.000 a 7.000 esta legislatura. Es cierto que con esto no se va a cubrir la demanda, pero contribuirá a solucionar el problema. Además, también hace falta que se construya más vivienda libre para las clases medias que por su nivel de renta no pueden acceder al mercado protegido.
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Luis López
- ¿Y eso como se estimula?
- Movilizando suelo. Hay una situación que hemos detectado: estimamos que puede haber suelo bloqueado donde podrían construirse 75.000 viviendas sociales. Son parcelas en manos privadas destinadas a vivienda protegida que no se movilizan.
- ¿Por qué?
- Esa es la madre del cordero. No hay una única explicación. Puede haber sospechas de inviabilidad económica por parte de promotores, problemas con el Ayuntamiento de carácter urbanístico, costes de urbanización que hacen que no salgan las cuentas... Hay que ver las razones y analizar si hay que modificar normas como la Ley del Suelo, de 2006, redactada en pleno boom inmobiliario.
- ¿A qué se refiere?
- Igual hay que replantearse objetivos. La ley recoge, por ejemplo, que el 70% de los terrenos urbanizables han de ser para vivienda protegida. Es muy loable. La pregunta es si por ese nivel de exigencia los suelos no se movilizan. Y si no se movilizan, el 70% de cero, es cero. Si replanteamos los umbrales igual cambia algo.
- Plantear la rebaja de esos porcentajes desde la izquierda puede ser políticamente delicado.
- Claro que es delicado. Pero tenemos que evitar prejuicios y trabajar desde la premisa del pragmatismo y la eficacia.
- ¿Qué papel juegan los ayuntamientos en todo esto?
- Muy importante, por ejemplo con las sociedades públicas de alquiler municipales. Y ahora con la identificación de zonas tensionadas para limitar los precios de los alquileres.
- Lo de intervenir en el mercado, ¿cree que funcionará? ¿no están teniendo efectos contraproducentes asuntos como la vulnerabilidad, que da miedo a ciertos propietarios y rechazan alquilar a familias con niños?
- Es prematuro hacer una evaluación de la Ley de Vivienda. Pero cuando se observan incrementos del 7% al año en los alquileres fijar precios de referencia supone acercarnos a tomar la vivienda como bien de primera necesidad. Creo que la medida será beneficiosa. Y nuestros datos no dicen que se estén detrayendo pisos del mercado de alquiler.
- ¿Y la gestión del suelo?
- Hay cierta costumbre de los ayuntamientos de sufragar parte de sus presupuestos con la venta de suelo. No podemos seguir llenando las arcas municipales con el urbanismo, sino que debe dar respuesta al principal problema que tienen, el de la vivienda. Por eso son tan interesantes acuerdos como los que tenemos con Vitoria y Bilbao, que ceden gratis suelos al Gobierno vasco para que levantemos vivienda.
- También quiere que les cobren menos impuestos por las obras.
- Lo que reclamo son bonificaciones del 95% del ICIO. Vitoria lo hace, Bilbao a veces también. Y me gustaría que se hiciesen descuentos también a los privados que hagan promociones protegidas. Si los ayuntamientos asumen que la vivienda es un problema deben actuar en consecuencia. No creemos justo que se haga caja con estas políticas.
- En los centros de las ciudades hay un gran parque de pisos enormes con poca salida en el mercado. ¿Deberían ser los consistorios más tolerantes a la hora de permitir segregaciones?
- Hay que ser prudente. Pero me inclino por responder que sí. Reconozco que con la experiencia traumática de la pandemia hemos aprendido que las viviendas deben cumplir unos requisitos mínimos. No podemos permitir infraviviendas. Pero estaría bien cierta flexibilidad para el mejor uso de la ciudad construida.
- Insiste mucho en pedir colaboración interinstitucional. ¿Qué le pide a las diputaciones?
- Tienen un papel en la aplicación de la Ley de Vivienda: deben aportar precios de referencia para regular los alquileres en los pisos de grandes tenedores.
- En Euskadi no son muchos aún. ¿Están notando que llegan?
- No sé decirle si hay un boom, pero sí hemos observado que hay inversores que se compran todos los pisos de un edificio para convertirlos en hoteles. El hecho de que en la cornisa cantábrica tengamos un clima más benigno va a ser un nuevo elemento de presión para el mercado inmobiliario. En San Sebastián ya se ha puesto coto a la reconversión de edificios residenciales en hoteles.
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