Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
¿Es necesario pasear por Auschwitz para sentir el horror que allí vivieron miles y miles de personas? ¿Acaso no transporta a aquel infierno, solo por poner un ejemplo, la película 'Amén' (2002, Costa-Gavras)? En ella, basada en una historia real, un ingeniero ... y oficial de las SS es engañado y utilizado por los nazis para surtir de gas a los campos de exterminio, hasta que conoce la terrible verdad y lucha sin descanso por detener aquella infamia;la escena del protagonista mirando por un agujero lo que ocurre dentro de las 'duchas' de Treblinka, en la Polonia ocupada –un primer plano de perfil donde el ojo nos hace partícipes, sin mostrar nada más, del desgarro que se produce en el interior de aquel hombre–, hunde sin remisión al espectador en una angustia vital que no desaparecerá fácilmente. ¿No nos valen el resto de películas, los libros de Historia, las dolorosas fotografías de la época, los documentales, las novelas...?
Un debate interesante, aunque es un hecho objetivo que no hay un turista igual a otro y que, del mismo modo que algunos piensan que no podrían soportar poner el pie en un lugar donde se ha generado tanto sufrimiento, otros creen que es la mejor manera de llegar a comprender la tragedia en toda su dimensión y, de paso, obtener alguna enseñanza para que todo aquello nunca vuelva a repetirse. También hay quien es capaz de sacarse un selfi poniendo morritos con las chimeneas de los hornos crematorios de fondo, lo que a muchos puede parecer una grave falta de respeto, aunque sea casi con toda seguridad producto de la inconsciencia o la inmadurez. ¿Cómo juzgar si se siente de verdad o no lo que allí pasó? En el caso de que ese análisis sea necesario. De cualquier manera, hablamos de un viaje sin retorno, porque uno sale de allí distinto a como entró.
Es posible visitar Auschwitz, y así lo hacen miles de turistas, al igual que ocurre con otros campos de concentración donde los nazis dieron rienda suelta a su inhumanidad. Pero son estas instalaciones situadas en Oswiecim, a 43 kilómetros de Cracovia (Polonia), las que encabezan el 'ranking' de campos visitados, un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por ser uno de los lugares que mejor simbolizan el Holocausto, en base al más de 1,1 millones de niños, mujeres y hombres asesinados en él.
En 2018, fueron 2,15 millones los turistas que atravesaron la verja que daba la 'bienvenida' a los prisioneros recién llegados con la tristemente famosa frase 'El trabajo te hace libre' –esta cifra se situaba en 2001 en 492.500, y en 2015 en 1,5 millones, un crecimiento espectacular–. De los visitantes del año pasado, la mayor parte fueron polacos (405.000), seguidos de 281.000 británicos, 136.000 estadounidenses, 117.000 italianos y 95.000 españoles, que se sitúan los quintos, por encima de los alemanes (76.000). El próximo año, el 27 de enero, se conmemorarán los 75 años de su liberación, con eventos especiales que, sin duda, atraerán más visitantes. Alejados están campos como Dachau (Alemania), con unos 800.000 visitantes anuales, y las 200.000 personas que se interesaron por Majdanek, en Polonia, cerca de la frontera con Ucrania.
Civitatis es una empresa que vende online actividades, excursiones y visitas guiadas en español, y ofrece el viaje a Auschwitz (visita desaconsejada por su crudeza para menores de 12 años) en diferentes modalidades; entre ellas, la más económica, un tour guiado por 42,30 euros que publicitan así en su web: «Recorreremos Auschwitz I, construido inicialmente para albergar prisioneros políticos. Nos adentraremos en los bloques carcelarios para descubrir su increíble historia y sus atroces exposiciones. Aquí conoceremos las infelizmente populares 'celdas del hambre', donde murieron de inanición cientos de presos. También sufriremos uno de los puntos más sobrecogedores de la visita, el acceso a la cámara de gas y a los hornos crematorios, los únicos que continúan en pie después de la guerra. Luego nos dirigiremos en autobús a Auschwitz II-Birkenau, construido como campo de exterminio para llevar a cabo 'la solución final al problema judío'. En esta 'fábrica de matar' visitaremos los barracones, las letrinas, las vías del tren, el estanque de las cenizas y los restos de los hornos crematorios y las cámaras de gas que los nazis destruyeron antes de la huida para ocultar los acontecimientos».
Responsables de la empresa explican que este es el campo de concentración más demandado por sus clientes, seguido de los de Sachsenhausen y Dachau, ambos en Alemania. «Solo en 2018, vendimos 30.000 visitas a Auschwitz, y el crecimiento es constante año tras año, con un incremento que llega a ser del 30%».
– ¿Cómo es la respuesta de los visitantes? Han tenido mucho eco los selfis que se hacen algunos en actitudes cuestionables...
– No es lo habitual. En general, se visita mostrando el máximo respeto por lo que ahí sucedió. De hecho, es infinitamente más habitual ver a gente pasarlo mal al conocer la historia del campo de concentración que con actitudes poco respetuosas. En la era de los 'smartphones' y las redes sociales, no se puede controlar al detalle el tipo de fotos que pueden o no hacerse. Es como poner puertas al campo. No obstante, en todos los tours se pide respeto y, afortunadamente, son excepciones las personas que no tienen la sensibilidad de respetar el lugar en el que se encuentran.
Pese a todo, los responsables de Auschwitz han pedido recientemente a los visitantes que no se fotografíen balanceándose sobre las vías por donde llegaban los trenes cargados de personas para afrontar su tortura y muerte, pues son muchos los que se retratan así. «Cuando vengas al Museo de Auschwitz recuerda que estás en el lugar donde más de un millón de personas fueron asesinadas», reclamaron en su cuenta de Twitter.
«Los selfis están bien siempre que no te comprometan a ti o a los que te rodean –opina el treintañero Miguel Egido, autor del blog de viajes diariodeunmentiroso.com, donde recoge en una amplia entrada su visita a las instalaciones de Auschwitz–. Y en este caso, sobran. Antes de hacerse un selfi ahí, la gente debería pensar en cómo les sentaría si a sus padres les hubieran asesinado y la gente fuera a hacerse autofotos al nicho».
Pawel Sawicki, del Auschwitz Memorial, admite que hay casos en que se toman «fotografías inequívocamente inapropiadas, ya que también hay casos de comportamiento inapropiado». Sin embargo, aclara, dentro de los dos millones de personas que van al Memorial cada año, suponen tan solo anécdotas, aunque muy visibles: «En esos casos, los autores tomaron las imágenes por diversión, sin ser conscientes del lugar donde se encontraban, y algunas veces el sitio del antiguo campo se usa como escenario para bromas estúpidas. Tales imágenes, así como ese comportamiento, definitivamente faltan al respeto a la memoria de las víctimas del campo. Y aunque son pocos, tenemos la obligación de reaccionar. Alrededor del 80% hace el recorrido con guía, y este se ocupa de sensibilizar al visitante sobre el lugar donde se encuentra. También reaccionamos a la publicación de imágenes inapropiadas en internet, contactando con los autores o tratando de crear conciencia y discusión».
Auschwitz entraría dentro de eso que se ha dado en llamar 'turismo oscuro', atraído por lugares donde la tragedia, el crímen, la delincuencia... fueron protagonitas o lo siguen siendo. Para Pawel Sawicki, las motivaciones de los visitantes de este campo de concentración son muy diferentes y complejas: la mayoría llegan como parte de programas educativos, algunos vienen por conexiones familiares, para otros se trata de un peregrinaje religioso y hay quien quiere conocer la historia de Auschwitz o el Holocausto. «También hay personas que son solo turistas y que nos visitan porque su guía les dice que Auschwitz es un punto importante para visitar mientras está en Cracovia y se acercan sin mucha preparación –agrega–. ¿Cuántos vienen aquí como resultado de cierta fascinación por lo macabro? Es imposible decirlo, pero creemos que no es la motivación dominante».
– ¿Por qué se decidió a visitar Auschwitz Miguel Egido?
– Es parte de la Historia de la Humanidad. Los libros de texto, los documentales o las películas no te hacen entender ni sentir las mismas cosas que escuchar la historia en el sitio. Hay quien piensa que este es un tour morboso, innecesario. Se suele incluir la visita a Auschwitz bajo el paraguas de 'turismo negro', pero no se trata de eso. Se trata de que lugares como este tienen que seguir abiertos al público con objeto de que el ser humano entre de una vez en razón y atrocidades como esta nunca vuelvan a ocurrir, ya que parece que la Historia a muchos no les dice nada. Es incluso una visita necesaria para adolescentes, nuestro futuro.
La visita guiada es larga, y la cantidad de información, hechos, contextos históricos, historias personales... que se aportan a los visitantes, muy abundante. «A menudo –explica el portavoz de este campo histórico– observamos que el estado de ánimo en el grupo que comienza la visita cambia profundamente después de que finaliza». Eso es lo que le sucedió a Egido: «Las montañas de zapatos y pelo de judíos me dejaron KO. Sentí que el ser humano es el peor ser vivo sobre la Tierra».
La opinión de otros turistas como él no es muy diferente: «La visita a Auschwitz es una de las experiencias que más me han marcado y que más me han hecho reflexionar sobre la crueldad de los hombres». «Es el lugar más tenebroso al que jamás he ido y creo que iré, pero siempre tuve la curiosidad de ver lo que hicieron esos...». «La parte más impresionante es el interior del horno crematorio. Es realmente angustiante y sobrecogedora. ¿Por qué? ¿Qué llevó a tal locura y sinrazón?». Lamentablemente, la visita no incluye respuestas.
Las cifras del horror nazi El Holocausto Memorial Museum habla de 30.000 campos de trabajos forzosos, 1.150 guetos judíos, 980 campos de concentración, 500 burdeles de prostitución obligada y miles de centros para practicar eutanasia o abortos forzados.
1.100.000 personas fueron exterminadas en Auschwitz. Es difícil establecer la cifra de muertos provocados por los nazis, pero hay consenso en considerar que fueron seis millones de judíos y que el total –sumados polacos, homosexuales, comunistas, socialistas, gitanos... – asciende a once millones (un millón de niños).
Otros campos importantes Mauthausen (Austria) concentró a judíos de clase alta e intelectuales. Le llamaban el 'campo de los españoles', ya que fueron trasladados allí 7.300, muchos al ser detenidos en su huida por la Guerra Civil. Dachau (Alemania) acogió torturas y experimentos durante doce años y se habla de 41.500 exterminados, más otros miles víctimas por las pésimas condiciones. En Sachsenhausen (Alemania) fueron asesinadas 30.000 personas.
27 de enero Fue fijado por la ONU como el Día Internacional de la Memoria de las Víctimas del Holocausto, ya que fue esa jornada de 1945 cuando el Ejército Rojo liberó el campo de concentración de Auschwitz. El próximo año se celebrará el 75 aniversario.
2,15 millones de turistas visitaron Auschwitz el año pasado. En 2001 fueron 492.000; en 2010 ascendieron a 1.380.000 y en 2015 llegaron a ser 1.725.000. La barrera de los dos millones se superó al año siguiente.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.