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mikel calvo
Jueves, 22 de julio 2021, 08:40
El curso de verano de inglés en el corazón del Mediterráneo prometía para decenas de estudiantes una enseñanza lúdica con vistas a las cristalinas aguas de las playas de Malta. Pero lejos de eso, Paúl Fernández, un donostiarra que ha cruzado los más de 1. ... 500 kilómetros que separan su ciudad de la capital maltesa, La Valeta, ha tenido que conformarse con los 15 metros cuadrados de su habitación del hotel Bellavista en la bahía de San Pablo, al norte de la isla. Junto a él, otros 23 menores de edad de diferentes ciudades permanecen confinados en una situación «de desamparo total y deficiente calidad de vida», según denuncian sus familiares.
El 12 de julio, un joven que también participaba en estos cursos dio positivo en Covid-19. Acto seguido, los síntomas comenzaron a brotar entre los menores del hotel y se decidió realizar un cribado masivo. El resultado, 24 chavales positivos en coronavirus. Sus padres y madres lo achacan a la falta de información y las malas condiciones que ofrece el hotel. En una carta dirigida al Defensor del Pueblo español, las familias de estos jóvenes, que se han organizado a través de un grupo de WhatsApp, han solicitado «la repatriación de todos los menores en aislamiento que continúan en Malta a la mayor brevedad posible» y han requerido un mayor compromiso de los ministerios de Exteriores y de Sanidad del Gobierno de España.
Jimena Guijarro, Joven aislada en Malta
«El hotel no está prestando servicios adecuados, de lo que ya es conocedora la Embajada española en Malta. Ningún médico ha visto a los menores cuando han estado enfermos. No les cambian la ropa de cama ni las toallas, la alimentación es muy deficiente, a las habitaciones les falta espacio, algunas con mala ventilación y la información del Gobierno maltés es nula», arguyen los familiares.
Cuando los menores llevaban ya seis días de encierro, el Ejecutivo maltés, en colaboración con el español, confirmó a los padres que fletaría un avión de repatriación tanto para los positivos como para los negativos. Horas más tarde, la Embajada española comunicó que «de momento» solo saldría el vuelo para los negativos, sin especificar si habría vuelo para los positivos o no.
Francisco Fernández, Padre de uno de los confinados
«Estamos en una completa indefensión, no conseguimos traccionar un plan para que haya un proceso de repatriación de los críos medianamente estable», asiente Francisco Fernández, el padre de Paúl. Y añade que, a día de hoy, no sabe «cuándo podrá volver. Por fechas, regresaría el 27 pero no tenemos ninguna confirmación», resuelve preocupado. La Embajada española, que retornó a los otros 60 adolescentes negativos en covid, aseguró en su cuenta de Twitter que «siguen activados y pendientes de la situación de los que quedan».
Jimena Guijarro, otra chica confinada en el Hotel Bellavista, señala, en contraposición con lo afirmado por la representación española en Malta, que no están «en una buena situación» porque no reciben ayuda «ni por parte de las autoridades maltesas, ni por parte de la Embajada española». La joven se queja de que no han tenido acceso «ni a ibuprofenos» y afirma que la atención por parte de los responsables del alojamiento ha sido «nefasta». «Cada vez estamos peor anímicamente porque no sabemos si vamos a volver el 27 o si nos van a hacer otra PCR o no». Y continúa: «Ya llevan varias veces diciéndonos que nos vamos a ir, pero nos hacen falsas ilusiones. Parece que no se preocupan de nosotros».
La joven, natural de Zaragoza, explica que el hotel no cubre sus necesidades de alimentación. «Un bocadillo, unas patatas de 25 gramos y hay veces que nos dan una pieza de fruta» en las tres comidas diarias, afirma. Ante la insuficiente dieta, los monitores se están dedicando a pedir y recoger comida a domicilio, además de mantener el contacto con la Embajada y el Gobierno maltés, interesarse por la salud de los jóvenes y comprar «de su bolsillo», enfatiza la menor, ibuprofenos y paracetamoles. Y también se encargan de sacar la basura, añade. Pese a elogiar el trabajo que están realizando los tres monitores, Guijarro lamenta que ya «no dan abasto».
Según los protocolos del Ministerio de Sanidad de España, estos jóvenes hoy habrían cumplido con los diez días de encierro que exige el Gobierno español tras el positivo en Covid-19. Malta, en cambio, les ha impuesto 15 días de confinamiento.
No es la primera vez que un grupo de jóvenes españoles sufre un encierro en Malta. A principios de julio, 29 estudiantes de fisioterapia viajaron al archipiélago mediterráneo para celebrar su graduación. Pese a contar con la PCR negativa, tuvieron que confinarse durante 15 días por el positivo de un pasajero del avión. En las redes sociales se quejaron del exceso de celo del país, porque ya estaban vacunados.
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