Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
el correo
Lunes, 30 de julio 2018, 16:50
Guillermo Fernández Bueno, el asesino y violador que se escapó durante un permiso de la cárcel de El Dueso, en Cantabria, ha sido detenido por la Policía Nacional en Senegal, donde al parecer se encontraba junto a su mujer, una voluntaria a la que ... conoció en prisión hace años.
Agentes de la Policía Nacional destinados en el país africano lo habrían capturado junto a sus colegas senegaleses tras detectar su entrada en el país por un lugar no autorizado desde Mauritania. En ese momento la pareja viajaba junta, pero las fuentes consultadas no han precisado si en el momento de la detención ella le acompañaba. Asímismo se está a la espera de confirmar al 100% la identidad de Fernández Bueno, dado que el reo se habría hecho con un pasaporte falso. La Policía español había cursado una orden de búsqueda y captura vía Interpol.
El recluso, Guillermo Fernández, fue condenado a 26 años y seis meses de prisión por violar y asesinar en una cafetería de Vitoria a una empleada de la limpieza en el año 2000. Además, cuenta con otra condena de nueve años por otra agresión sexual cometida un mes antes de aquel asesinato. El preso tenía que haber vuelto a la prisión de El Dueso el pasado domingo, tras un permiso de una semana, pero no lo hizo.
«Guillermo Fernández Bueno es un violador y asesino que se ha fugado de la cárcel de Santoña en un permiso», señalaba la Policía a través de Twitter.
«Estoy cansado». «Ya estoy muy quemado de estar aquí». Esos eran dos de los mantras que Guillermo Fernández, el preso condenado por asesinato y violación que el pasado domingo no volvió a la cárcel de El Dueso (Cantabria) tras un permiso de una semana, solía repetir a los pocos internos con los que tenía relación. A quienes han convivido estos últimos años con él entre los muros de la prisión de Santoña no les extraña demasiado su fuga. Era consciente de la gravedad de sus crímenes. De que para los padres de Ana Rosa Aguirrezábal, la joven que violó y asesinó en Vitoria en 2000, nunca pagaría demasiado por lo que hizo a su hija. «Aunque me muriera o estuviera aquí metido toda la vida no la recuperarían», cuentan que solía decir a los tres o cuatro compañeros con los que por la noche se juntaba en su celda a fumar porros cuando los conseguían. Pero también pensaba que ya había cumplido de sobra con la ley.
Quizás por eso pensó que 17 años entre rejas –al menos le quedaban otros ocho– ya eran suficientes. En diversas ocasiones había solicitado el tercer grado y siempre recibía un no por respuesta. Eso le convenció aún más de que tenía que salir de allí porque «pensaba que estaba totalmente rehabilitado». Esta vez, después de disfrutar más de 40 permisos y cumplir escrupulosamente, tomó la determinación de dar el paso. Los primeros permisos los consiguió hace más de cinco años. El juez de vigilancia penitenciaria dio el 'ok' con el voto en contra no vinculante de la junta de tratamiento de la cárcel. Los que mejor le conocían dijeron que 'no', pero ellos no tenían la última palabra. En las siguientes ocasiones, al ver que sus informes no tenían efecto, cambiaron de criterio.
Los funcionarios y los internos coinciden en la descripción del personaje: soberbio, pero tranquilo y poco amigo de los problemas. «Al revés, cuando había un conflicto intentaba mediar y ayudaba a adaptarse a los nuevos», apunta un expresidiario con el que compartió algunas horas y confidencias.
Eran muy pocos con los que hablaba de sus crímenes, siempre sin entrar en detalles y excusándose en la cocaína. Solo cuando el vínculo era muy sólido le podían tirar de la lengua. También les hablaba de Elena, la chica a la que había conocido y con la que tenía planes de futuro. Coincidió con ella dentro de El Dueso por su condición de trabajadora social. Pronto empezaron a cartearse, después se veían con un cristal de por medio y más tarde coincidían en los encuentros íntimos que permitían los vis a vis. «Decía que quería ver mundo con ella, hasta se habían comprado una furgoneta», recuerdan ahora esos internos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.