Arriola: «Se habla como nunca sobre cómo debe ser la vivienda» en Euskadi tras plantear que las cocinas sean más grandes

El consejero de Vivienda, Iñaki Arriola, está convencido de que la apuesta de su departamento por ampliar el tamaño de las cocinas para estimular la participación del hombre contribuirá a mejorar el reparto de tareas entre sexos dentro del hogar. Y así lo ha asegurado este viernes en el pleno ordinario del Parlamento vasco en respuesta a una pregunta del grupo popular sobre el borrador de la norma por la que se han de regir las superficies mínimas de las viviendas de nueva construcción. Porque, en su opinión, solo su mención ya ha provocado una reacción a su juicio positiva: al margen de que se trate de una de las numerosas novedades que propone el documento (el primero de estas características que en España se aborda bajo una perspectiva de género), ya ha conseguido «que se hable como nunca antes sobre cómo debe ser una vivienda en Euskadi».

Según ha explicado, con esta iniciativa «nadie pretende que por dar mayor tamaño a una cocina se va a a resolver mágicamente el desigual reparto de las tareas del hogar». Como, a su juicio, tampoco lo conseguiría de forma aislada «el permiso de parternidad-maternidad compartido». Y también ha remarcado que «tampoco se trata de imponer nada», antes de matizar que su verdadero objetivo es «favorecer que en ese espacio pueda haber, físicamente, más de una persona cocinando, comiendo, fregando o poniendo la lavadora». Es decir, compartiendo todas las labores domésticas.

Pero el responsable socialista ha ido más lejos al hacer hincapié en que la cifra de siete metros como dimensión mínima de una cocina no ha sido elegida al azar. Porque, según ha remarcado, «resulta que ese es el tamaño que ya se exige en Euskadi para las viviendas de protección, y es la misma dimensión que figura en las ordenanzas de edificación de Bilbao y en las de otras localidades».

Además, puntualiza que la asesora de ONU Habitat, Inés Sánchez de Madariaga, así como de otros expertos que han colaborado en la elaboración del proyecto, «no son ingenuos ni talibanes, sino gente muy capacitada». Y que en definitiva en la norma se ha introducido la perspectiva de género porque así lo reclama la «Ley de Igualdad aprobada por este Parlamento», y porque así ya se ha hecho en otras regulaciones como «las Directrices de Ordenación del Territorio».

Iñaki Arriola, en cualquier caso, ha insistido en que el futuro decreto de Habitabilidad y Normas de Diseño de las Viviendas y Alojamientos Dotacionales (cuya previsión es que entre en vigor dentro de un año), es mucho más que el tamaño de una cocina. Exigirá que una vivienda de nueva construcción no pueda tener menos de 35 metros cuadrados de superficie o que los dormitorios no bajen de los 10 (y que tengan todos el mismo tamaño para romper con la jerarquía tradicional del de matrimonio grande y de los niños pequeños). Pero es que también propone que se fusionen salones y comedores, incluso con las propias cocinas, para que desaparezcan las distancias y se mejore la movilidad y la comunicación. Y que en espacios comunes como portales y pasillos desaparezcan recovecos o ángulos ciegos «que propicien situaciones de inseguridad, especialmente a las mujeres». La nueva norma, además, incorpora los estándares de confort, salubridad, accesibilidad, eficiencia energética, versatilidad y adaptabilidad «exigibles hoy día para el espacio en el que discurre gran parte de nuestra vida».

El parlamentario popular, Javier Ruiz de Arbulo, ha manifestado por su parte que la apuesta de la viceconsejería de destacar sobre todo el tamaño de las cocinas como invitación al hombre a entrar en ellas dentro del conjunto de la futura normativa le parece un planteamiento «rancio, trasnochado y viejo». «La idea me ha parecido frívola y alejada de la realidad de las parejas y familias que viven en Euskadi», ha manifestado tras reconocer que, «ahora eso sí, si el objetivo es que se hable de su borrador, eso ya lo ha conseguido».