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La denuncia colectiva que ha derrumbado esta semana tres décadas de silencio en torno a un posible caso de abusos físicos y sexuales en los años 80 en el colegio Salesianos de Deusto comenzó a gestarse en el día de Nochebuena. Un encuentro casual ... entre dos exalumnos puso en marcha una pequeña comunidad de afectados que comenzó a valorar la posibilidad de salir de la «soledad» y «vergüenza» en la que los supuestos abusos físicos y sexuales de 'don Chemi' les habían sumido.
Durante un mes, este grupo de cuarentones intercambiaron confidencias y estuvieron sopesando la conveniencia o no de dar el paso. Fueron muchas horas de whatsapp y una reunión definitiva en un txoko de Arangoiti. «Lo que finalmente nos decidió fue saber que este monstruo iba a dirigir un campamento infantil este verano. Teníamos un gran sentimiento de culpa y no podíamos dejar que otros niños sufrieran el mismo infierno que nosotros aún arrastramos».
A finales de enero, fueron ocho las personas que finalmente acudieron a la Ertzaintza para hacer público que el exprofesor les hizo todo tipo de tocamientos e, incluso, hubo violaciones. Comenzaba a rodar una bola de nieve a la que esta semana se han adherido otras 16 denuncias en diferentes puntos de Euskadi y España, donde residen ahora varios de los afectados. Un vendaval que derivó el viernes en una concentración de apoyo a las víctimas, celebrada apenas siete horas después de que el colegio de Salesianos admitiera -sólo seis días más tarde de haberlo negado-, que había conocido dos casos de abusos en 1989. Y que los silenció. «Pedimos perdón. Nuestra actuación entonces fue del todo insuficiente». El caso no se puso en manos de los tribunales y esto provocó, seguramente, que los hechos hayan prescrito (el plazo es de 15 años después de que el niño alcanza la mayoría de edad). Todo se ocultó y la única medida que parece que se adoptó fue la salida del docente.
1975. Es el año en el que José Miguel San Martín Unamuno entra en los Salesianos. En poco tiempo se labra una buena reputación. Para 1985 ya es tutor de los cursos altos y orientador psicológico de toda la comunidad.
Años 80. La inmensa mayoría de los abusos denunciados se habrían producido durante los años 80. Desde palizas a violaciones «sistemáticas». Los delitos, que probablemente han prescrito legalmente, se habrían producido en el cine, en su habitación, en su despacho, en una especie de gimnasio y en la tienda «exclusiva» que llevaba a los campamentos.
1989. Es un año clave, porque, según han admitido a posteriori los Salesianos, tienen conocimiento de dos denuncias que colocan a 'don Chemi' contra las cuerdas. Las víctimas sostienen que hubo constancia de familias que protestaron «mucho antes» y que hubo un encubrimiento mayor que el admitido.
Adiós a 'don Chemi'. En 1990, 'don Chemi' sale de la orden y trata de despojarse de su pasado. Pide que le llamen José Miguel y que nunca más se use el apodo que tenía como docente. Empieza vendiendo enciclopedias para sobrevivir y acaba con un gabinete psicológico (pese a no contar con la acreditación profesional) y dos empresas de turismo y música.
2018. El día de Nochebuena, un encuentro casual deriva en la constitución de un pequeño grupo de víctimas. Se arman de valor cuando conocen que 'don Chemi' iba a dirigir este verano un campamento infantil. Acuden a la Ertzaintza a denunciar en enero.
La historia de los niños de Salesianos arranca en 1975. José Miguel San Martín Unamuno ingresaba ese año en el centro religioso de Deusto tras haber pasado un tiempo de formación en Santander. Nacido en 1947, 'don Chemi' era hijo de una profesora de música del Conservatorio de Bilbao. «Le llamaban 'La Unamuno' y tenía fama de ser muy severa», recuerda una de las personas que cofundó, junto al exreligioso, el grupo scout de Deusto.
Hay dos etapas perfectamente diferenciadas en su vida. Hasta 1990 y con posterioridad a su salida del centro educativo, cuando se convirtió en un falso psicólogo, conferenciante, autor de un diccionario de parapsicología, operador de cine, director de coros, entrenador de atletismo, vendedor de enciclopedias y formador de personas de la Tercera Edad. Algunos de estos desempeños son sólo fruto de «su tendencia a fabular» y de «su vanidad», según valora una de las personas de su entorno. Una de las cosas que llama la atención es que en los primeros 43 años de su trayectoria tuvo un estecho contacto con niños, mientras que en su segunda etapa se dedicó a estar más cerca de los adultos, según los testimonios recabados por este diario a lo largo de esta semana.
En su época escolar, sus exalumnos le describen como una persona «autoritaria y violenta». Por entonces, los desmanes físicos en el sistema educativo no eran nada escandalizante, pero lo de 'don Chemi' era «diferente». Sus víctimas están convencidas de que utilizaba la fuerza para extender una cortina de terror y poder así tener vía libre a los abusos. «Nos daba tanto pavor que se garantizaba así el que no dijéramos nada». Aún hoy en día, cuando varios de los damnificados se han cruzado con el exmaestro por la calle, se han visto «absolutamente paralizados por el dolor y la rabia».
José Miguel era una persona que gozaba de una buena reputación en los Salesianos. No era un profesor cualquiera. Un libro escolar de 1985, al que ha tenido acceso EL CORREO, le presenta ya como el orientador psicológico de la comunidad educativa. Es un peso pesado y, como tal, disfruta de algunos privilegios. Posee un despacho propio y cuenta también con una habitación donde se aloja. Estos son, según las denuncias, dos de los escenarios de sus supuestos excesos libidinosos. Pero hay más. Sus víctimas cuentan también cómo se propasaba con ellas amparándose en la oscuridad del cine del centro educativo -donde «se masturbaba mientras nos acariciaba»-, en «una tienda de campaña que usaba en exclusiva cuando íbamos de campamento» o en una especie de gimnasio, «con tatami y totalmente insonorizado». Le definen como «un depredador sexual».
La persona que le ayudó a impulsar los scouts de Deusto asegura que trataba a los niños con dureza. «Les sacaba del saco de dormir a las siete de la mañana para hacer flexiones. Nosotros queríamos que los chavales disfrutaran de las vacaciones, que vieran la naturaleza, que jugaran, pero él sólo pensaba en la disciplina», cuenta. «Era extraño porque luego tenía gestos de cariño con algunos de los chicos: abrazos, caricias, algún beso en la mejilla... Era una actitud que nos parecía rara pero de la que no sospechamos nada hasta que hemos sabido lo que hemos sabido», añade. Su etapa en los scouts no duró demasiado tiempo. Al parecer estaba enfrentado a otro religioso: 'don Pablo Ortega'. Y, además, «los niños dejaron de venir porque no les gustaba ese ritmo de vida casi militar».
Dejó el grupo hacia el año 1983. Con alguna incursión en el equipo de fútbol del colegio, 'don Chemi' siguió con sus clases. Según las víctimas, la dirección de entonces supo antes de 1989 de las denuncias contra 'don Chemi'. La discusión de esta fecha es un elemento clave en esta historia. Los afectados dicen que se le encubrió durante mucho tiempo. Que no se acudió a la Justicia y que continuó con su actividad normal. Que hubo familias que se quejaron de forma vehemente con bastante anterioridad a ese último año de los 80 que los Salesianos dieron el viernes como el momento en que conocieron el problema. «Este ocultamiento y protección nos duele sobremanera».
Lo cierto es que la vida de 'don Chemi' da un giro radical en 1990. Según el relato de los Salesianos, «en los meses siguientes» a conocerse sus supuestos desmanes, abandona la orden. «Y se va con una mano delante y otra detrás. Sin recursos», relata una de las personas que se convertiría en un estrecho colaborador suyo en el ámbito profesional en los años 90. «Llegó a vender enciclopedias puerta a puerta para sobrevivir», añade esta fuente, que participa en este reportaje con la condición de que se preserve su identidad. Hacia 1993 funda el Instituto Europeo de Educación Integral. Se trata de una especie de gabinete psicológico que forma a las personas «en el crecimiento personal», pero también ofrece terapias personalizadas. Los pocos niños que van, lo hacen de la mano de sus padres. «No le vi acercarse a menores en todo ese tiempo».
Es uno de los primeros centros de Bilbao que cobraban 10.000 pesetas de la época por sesión. «Un auténtico dineral, pero José Miguel tenía contactos en muchos ámbitos: los scouts, el colegio, la música... El primer año no fue muy bien, pero en el segundo la cosa empezó a funcionar», cuenta. Esta persona asegura que 'don Chemi' le pedía expresamente a sus allegados que ya no le llamaran por ese nombre. «Lo detestaba y ahora pienso que es porque quería romper con su pasado».
El exreligioso nunca dio una opinión muy convincente de por qué salió rebotado de los Salesianos. «Unas veces te decía que era porque quería fundar su propio gabinete y otras, por el contrario, porque necesitaba tiempo para cuidar a su padre (su madre ya había fallecido) o porque tuvo una crisis de fe». Nunca habló de las acusaciones de violación. Lo cierto es que el José Miguel dedicado a la psicología nada tenía que ver con la imagen de maestro huraño y presunto abusador. «Era carismático. Sabía conectar con la gente. Y conocía a muchas personas. Ibas por la calle con él y cada 20 metros se paraba con alguien. Quizás su único punto débil era la vanidad, un excesivo narcisismo y culto hacia su persona», dice su colaborador. «Era un encantador de serpientes. Tenía labia. Sabía decirte lo que querías escuchar», cuenta una mujer que durante muchos años asistió a sus cursos.
Empezaron en un local en Lehendakari Aguirre. Después pasaron a Blas de Otero, a «un espacio muy amplio». Y allí 'don Chemi' dio rienda suelta a su ambición empresarial. Entró a formar parte de Diagnosis, Asesoría y Formación Turística (DAFTUR), una mercantil que vendía sus servicios a agencias y compañías del sector del turismo. También creó Liceo Deusto, una suerte de academia musical que llenaba el gabinete de chelos y violines. «No era serio. Hacía dinero, pero yo le dije que aquello no podía ser: estar en terapia y escuchar a los estudiantes ensayando...».
Pero el negocio de psicología del exreligioso era un castillo de naipes. Y se vino abajo tan pronto como su colaborador decidió emprender su propio negocio, alejado de la tutela del exsalesiano y sus trombones. ¿Por qué? Porque 'don Chemi' no era un psicólogo acreditado. EL CORREO ha indagado en los registros del Colegio Oficial de Psicólogos de Bilbao y en el registro general de Madrid. Allí no figura que haya estado nunca colegiado alguien con esa identidad (algo obligatorio). «Sé que utilizó mi carné profesional para poner en marcha el gabinete, porque él decía que era doctor por una universidad de EE UU, pero nunca te concretaba por cuál. José Miguel pasó terapia a muchas personas sin la debida titulación, incumpliendo la ley. Fue un intruso».
Su ruptura con este colaborador le llevó a seguir dando clases a adultos y charlas (en 2003 en la asociación de mujeres Itzartu de Sopelana, en Arkotxa, en 2007...). Acabó en una lúgubre oficina del Puente de Deusto, hasta donde se desplazaba hasta poco antes de que saltara el escándalo. Por en medio le dio tiempo a comprarse un «enorme» chalé en Guriezo, que luego vendería, y a dirigir varios coros.
Más víctimas
Las denuncias presentadas contra 'don Chemi' por abusos físicos y sexuales en los años 80 son ya 24, después de que en la tarde-noche del pasado viernes se interpusieran otras dos ante la Ertzaintza. La Policía autonómica cuenta en su atestado con 20 testimonios, mientras que hay, al menos, otras tres víctimas que han acudido a la Guardia Civil, al residir fuera de Euskadi, y una a los Mossos d'Squadra.
El núcleo central de afectados ha acogido con gratitud las muestras de cariño que recibieron en la concentración del pasado viernes. «Todo lo que nos está ocurriendo desde que dimos el paso de denunciar está siendo reconfortante».
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