Aranzadi busca los restos del gigante de Altzo

Se trata de un trabajo conjunto entre el Ayuntamiento de Altzo y La Sociedad de Ciencias Aranzadi. Un equipo dirigido por Francisco Etxeberria será el encargado de realizar estas labores. El acta de defunción del gigante de Altzo indica que fue enterrado en el cementerio de la Iglesia San Salvador en Altzo Azpi. Los investigadores quieren saber si son ciertos algunos rumores que indican que sus restos fueron robados de allí con algún deshonesto fin.

Miguel Joaquín Eleicegui padecía la enfermedad de gigantismo, por lo que llegó a medir 2,40 cm de alto. Fue un personaje que ha dado lugar a muchas historias e incluso a una película, 'Handia' en 2017 basada en la historia real del gigante de Atzo. Además de algunos libros sobre su vida.

La circunferencia de su txapela era de 62 centímetros y necesitaba lo que comen tres personas para alimentarse. Eso sí, los que le conocieron decían que era un hombre de una gran humanidad.

Nació el 10 de julio de 1818 en el caserío Ipintza de Altzo Azpi. Según cuentan, la infancia y la adolescencia de Miguel Joaquín Eleicegui transcurrieron como la de cualquier otro joven de su edad. Actualmente el caserío no se encuentra habitado y una placa del tamaño de tamaño natural preside el Caserío. Apenas a un kilómetro está la iglesia de San Salvador, donde el cura marcaba en la pared el crecimiento del gigante.

Sin embargo, después de la adolescencia, sufrió una grave enfermedad que los expertos no han podido concretar, pero que le hizo crecer de una forma descomunal. La gente que vivía a su alrededor no se extrañó mucho de las medidas que iba cogiendo Miguel Joaquín Eleicegui, pero cuando iba a otro lugar, como por ejemplo, a Tolosa, dicen que la gente se paraba en la calle para mirarle.

Pronto aparecieron personas que quisieron aprovecharse económicamente de esa expectación que creaba Miguel Joaquín Eleicegui. Algunos crearon una asociación para llevar a Miguel Joaquín de ciudad en ciudad y llenarse los bolsillos. Firmaron un contrato según el cuál dicha asociación tenía el derecho de mostrar al gigante en distintas ciudades durante un año.

Así, visitó Bilbao, Donostia, diferentes ciudades de España, Francia, Portugal... En estos viajes conoció a la reina Isabel II de España, al rey Luis Felipe de Francia o a la reina Victoria I de Inglaterra, entre otros.

Miguel Joaquín Eleicegui falleció a los 43 años en su caserío Ipintza de Altzo Azpi. Según algunos expertos, fue una tuberculosis de pulmón lo que le provocó la muerte. Poco después, algunos etnólogos visitaron a su familia con la intención de comprar los huesos del gigante, pero la familia se negó. Desde entonces, en el pueblo se difundió el rumor de que alguien había robado los huesos su tumba.

En 2018 el artista Iñaki Moyua creó la pieza central del centro de interpretación de Altzo, la figura a tamaño natural de Miguel Joaquín Eleicegui. El centro está concebido a modo de exposición para que cualquier persona pueda ver las prendas que se han utilizado en la película 'Handia' y están expuestas en la vitrina las marionetas de la ópera infantil creadas por Néstor Basterretxea. Los objetos reales pueden verse en la exposición permanente en el Museo de San Telmo de Donostia.

El edificio cuenta con unas mirillas que permiten ver los materiales expuestos cuando el centro está cerrado. En el Centro se proyecta un corto documental que cuenta la historia de 'Handia'.