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Arantxa Sánchez Vicario se derrumba en la primera sesión del juicio y señala a su exmarido

La extenista rompe a llorar al acusarle de llevar los temas económicos mientras ella solo jugaba al tenis

L. G.

Martes, 12 de septiembre 2023

Arantxa Sánchez Vicario no ha aguantado la presión y se ha derrumbado mientras declaraba ante la juez acusada de un presunto delito de alzamiento de bienes. La extenista, que se ha sentado en el banquillo de los acusados junto a su exmarido -están separados desde 2018-, Josep Santacana, ha pedido agua nada más empezar a articular palabra y se ha roto en llanto en el momento en el que ha acusado a Santacana de gestionar los temas económicos, mientras ella se dedicaba solo a jugar al tenis.

Sánchez Vicario, que ha respondido solo a las preguntas de la juez, ha pedido disculpas al tribunal de Barcelona. «Estoy muy nerviosa», ha dicho al arrancar la sesión. La ganadora de tres Roland Garros y su expareja se enfrentan a cuatro años de prisión y a pagar más de seis millones de euros de responsabilidad civil.

La vida de Arantxa Sánchez Vicario dio un giro de 180 grados cuando se vio acuciada por las deudas. Entre 1988 y 1989 cuando la tenista fijó su residencia en Andorra, algo que Hacienda decidió investigar. A partir de aquel momento, las demandas se cruzaron en múltiples tribunales hasta que la Audiencia Nacional la condenó a pagar 3.487.216,50 euros. El fisco español consideró que Sánchez Vicario vivía en Barcelona, en casa de sus padres, y no en Andorra como había declarado. Para hacer frente a esa sentencia, la tenista pidió un aval al Banco de Sabadell, que fue contraavalado por el Banco de Luxemburgo. Este último interpuso una querella por lo penal en 2015 en los juzgados de Barcelona contra la extenista y su exmarido Josep Santacana por evasión de impuestos.

Arantxa Sánchez Vicario contaba con un patrimonio de 30 millones, 18 de ellos en efectivos en cuentas bancarias y el resto en activos inmobiliarios. No obstante, cuando se vio cara a cara con la justicia, se deshizo de todas sus propiedades para declararse insolvente. La deportista ha reconocido en el juicio que en su día sí tenía dinero para abonar la deuda, pero que no lo hizo por consejo de su entonces marido, que, según su versión, le recomendó no pagar.

Desde entonces, su vida no es ni mucho menos de color de rosa. A sus 51 años, vive en un piso alquilado en Miami con sus dos hijos y ha confesado que a veces pasa apuros económicos. «Saco adelante a mis hijos con el dinero que me dejan amigos», ha llegado a reconocer.

Hace dos años, asesorada por su equipo legal de Estados Unidos, donde vive desde hace más de una década, la tenista aceptó el delito, es decir, se declaró culpable en el escrito de defensa, y hace ya tiempo que cada mes paga una cantidad al Banco de Luxemburgo. Quiere, según fuentes judiciales, lograr rebajar su pena y no tener que ingresar en prisión.

La campeona señala a su todavía marido, José Santacana, como cooperador necesario, algo que también ha hecho el Banco de Luxemburgo en su acusación. La primera querella se presentó solo contra la tenista, pero a los pocos meses la ampliaron contra su exmarido al considerar que había sido él quien se había encargado de liquidar todo el patrimonio. Santacana luchará por la absolución. Según ha informado su abogado este martes, el tribunal ha aceptado tres cartas manuscritas por la extenista en las que le daría las gracias a él por todo y culparía a su familia. Su declaración está prevista para el próximo viernes.

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