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Isabelle Junot acaba de ser imagen del Rosa Market

«Hay que aprender a comer sin culpa, pero con control»

Socialité desde la cuna, cree que «hay que tener una buena relación con la cocina, ya que pasamos media vida cocinando y alimentándonos»

Domingo, 27 de octubre 2024, 00:51

«Tú luego la pones de la forma correcta», dice Isabelle Junot al liarse con una palabra. Es la única con la que duda porque habla castellano perfectamente, además de varios idiomas que ha aprendido después de vivir en medio mundo para acabar asentándose en ... España. Socialité desde la cuna (su madre es Nina Wendelboe-Larsen y su padre Philippe Junot, primer marido de Carolina de Mónaco), tras casarse con Álvaro Falcó, hijo de Carlos Falcó y Marta Chávarri, también es marquesa de Cubas. Pero Isabelle no quiere hablar tanto de su familia como de su participación en Rosa Market, un mercado solidario organizado por Solán de Cabras y la Asociación Española Contra el Cáncer celebrado hace unos días en Madrid.

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–¿Cuál es su aperitivo de domingo favorito?

–Me encanta salir los domingos con mi familia a comer sushi, pasta, o algo español, como tapas.

–Participa en una iniciativa solidaria destinada a visibilizar la lucha contra el cáncer de mama y la importancia del bienestar emocional de los pacientes y de su entorno.

–Sí, la Asociación Española Contra el Cáncer tiene un servicio telefónico de atención psicológica 24 horas todos los días del año para apoyar emocionalmente a lo largo del proceso tanto al paciente como a sus familiares.

–Su madre tiene una mutación de un gen que predispone a padecer cáncer de mama, por lo que se sometió a una histerectomía y a una doble mastectomía. Tuvo que ser una decisión muy difícil.

–Sí. Yo creo que una parte muy importante de todo este tema es hacerse chequeos, prevenir. Es una decisión un poco intensa, pero la valoró como la mejor en su momento.

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–Es usted coach de alimentación intuitiva. ¿Qué es eso? Porque suena un poco raro.

–Es rarísimo, suena rarísimo y yo fui de las primeras que dije ¿qué es esto de comer lo que te pide el cuerpo? Porque, obviamente, lo único que me pide el cuerpo son bollos y dulces y todo eso. Básicamente, es un enfoque anti restrictivo que te enseña a poder comunicarte con tu cuerpo y, aunque suene un poco jipi, a estar en paz con la comida. Ayuda a dejar de obsesionarse con la comida, a dejar de tener atracones, porque nos damos atracones con todos los alimentos que no queremos comer a raíz de vivir una dieta bastante restrictiva y tener una mentalidad basada en la restricción, por tanto, es un nuevo enfoque con el fin de comer menos de las cosas que te hagan sentir mal. Si lo resumiera en una frase sería comer para sentirse bien y no para adelgazar, poniendo el enfoque en el bienestar y no solo en la apariencia.

–Y sin sentirse culpable, supongo.

–Exactamente, aprender a comer sin culpa, pero con control. No dejar que la comida te controle a ti, sino llegar al punto donde comer de forma saludable y nutritiva sea tu forma normal y natural de comer sin privarte de lo que de verdad te gusta: disfrutar de un poco de tarta de vez en cuando es parte de la vida; se trata de poder estar delante de esa tarta sin sentir que te la vas a comer entera y probar un par de bocados sin tener ni culpa ni necesidad de machacarte.

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–¿Aprendió algo de eso en MasterChef?

–No, no. Ahí aprendí el ingrediente que me faltaba, la cocina. Es importante tener una buena relación con la cocina porque la mitad de nuestra vida la pasamos alimentándonos y cocinando.

–Fue Tamara Falcó quien la animó a apuntarse. En su caso, y tras pasar por el programa, cambió la percepción que mucha gente tenía de ella. ¿Le ha pasado a usted algo similar?

–Yo creo que la gente me conoce mejor porque ha podido seguir tres meses de un programa donde conoces mucho más a la persona que cuando ves fotos o reportajes. Supongo que sí.

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Disciplinada

–En la cocina parecía una persona muy disciplinada, muy organizada. No sé si eso le viene por la parte danesa de su madre.

–Puede ser, soy muy disciplinada y me gusta ser eficiente. De organización sí me queda por desarrollar un poco, porque trabajo mejor bajo presión y, al final, se me junta todo, pero siempre acabo saliendo adelante. Aunque mi eficiencia es más la parte americana, neoyorquina.

Y de su padre ¿qué tiene?

–Mi padre es un padre estupendo.

–En EE UU estudió interpretación y llegó a rodar un largometraje. ¿Ha descartado volver a trabajar como actriz?

–Es un interés que siempre va a estar dentro de mí porque me llama mucho, pero es verdad que, en este punto de mi vida, me llena más lo que estoy haciendo, aunque «never say never». Por ahora es un recuerdo del pasado, pero es algo que me ha divertido un montón y que todavía utilizo en mi día a día porque con la interpretación aprendes un montón de cosas diferentes y de trucos en la vida.

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–Si pongo su nombre en Google, leo «La invitada perfecta para un evento otoñal», «Isabelle Junot estrena su falda más favorecedora» y titulares por el estilo. No puede salir a por el pan de cualquier manera. 

–Es una presión que no puedo ni salir de mi casa… no, es broma. Me siento muy halagada de que me digan eso, incluso me anima a seguir haciéndolo, a seguir intentando ser fiel a mi estilo y salir un pelín de lo común. Pero muchísimas veces no salgo como debería.

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