Borrar
Gaztelugatxe y el Guggenheim se llenaban de turistas aquellos días

Ver fotos

Gaztelugatxe y el Guggenheim se llenaban de turistas aquellos días Maika Salguero

¿En qué andábamos hace un año?

Cuando éramos 'libres' ·

El confinamiento nos hace añorar lo que entonces era normal: las excursiones, los partidos, ¡hasta los mítines electorales!

CARLOS BENITO

Lunes, 20 de abril 2020, 12:05

Normalmente, para que miremos el pasado con nostalgia hacen falta unos cuantos años, y pocos días mejores que hoy, 20 de abril, para decirlo: la inevitable canción de Celtas Cortos iba sobre eso, era una mirada atrás para comprobar cómo pasa el tiempo y cómo cambiamos las personas, aunque hoy, tres décadas después, contemplamos con nostalgia la propia canción, que se ha incorporado a esos resortes que disparan nuestra añoranza.

Sin embargo, en estas semanas extrañas que estamos viviendo, hasta la nostalgia ha empezado a funcionar de otra manera, y nos ponemos tristones y soñadores al recordar lo que hicimos hace solo un par de meses, en ese otro mundo de antes de que nuestras biografías tomasen este desvío tan anómalo. En estas condiciones, el periódico de hace un año, que documenta lo que podríamos llamar un 20 de abril normal, sirve como crónica de una realidad alternativa que debería ser muy parecida a la nuestra, si no se hubiese cruzado en nuestro camino el desgraciado del virus.

A lo largo de estos días, vamos a ir echando un vistazo a EL CORREO de hace un año, en un ejercicio que combina cierto masoquismo lúdico con el deseo de recordar que existe otra vida distinta a esta y que algún día la recuperaremos. ¿Qué andábamos haciendo el 20 de abril de 2019, que para más inri (nunca mejor dicho) era Sábado Santo? En general, habíamos tenido un tiempo bastante malo durante toda la Semana Santa, pero, el viernes, un paréntesis sin lluvia había permitido que miles de personas disfrutasen de las pasiones vivientes de Balmaseda, Durango y Castro.

Como es costumbre, en cuanto acabaron las representaciones, todos los implicados pensaban ya en la del año siguiente: el Cristo de Balmaseda deseaba «toda la suerte del mundo» a su sucesor de 2020. El 84% de los agroturismos había colgado el cartel de 'completo' y, en la foto del periódico, aparecían varias familias alojadas en un caserío de Sopuerta, envueltas en hierba verdísima y cielo azul, a punto de emprender una excursión a Orozko: «Me voy enamorada. Volveremos para disfrutar de todo lo que no hemos podido ver en este viaje», se comprometía una turista. En cambio, miles de vascos se lamentaban de haberse visto atrapados en el peor temporal que había azotado Levante en medio siglo. «El agua nos ha arruinado la fiesta», se lamentaba uno, pero seguro que hoy pagaría un buen dinero por ver llover un rato en un paseo marítimo del Mediterráneo.

Mañana, partido

En realidad, desde el confinamiento, somos capaces de echar de menos las cosas más improbables: ¡hasta un mitin electoral! Aquellos días estábamos en plena campaña, de cara a las generales del día 28, y las fotos mostraban multitudes bien apretadas al aire libre, en esas imágenes que ahora nos provocan un estremecimiento reflejo, como si hubiese que aplicar la distancia social de manera retroactiva. Pablo Iglesias estaba en la plaza de Otxarkoaga, Urkullu visitaba Labastida y Patxi López hablaba en Castro. A muchos de nosotros habría que arrastrarnos por la fuerza para llevarnos a un mitin, aunque fuese de las siglas más cercanas a nuestras ideas, pero estos días estaríamos dispuestos a soportar cualquier turra ajena a nosotros con tal de tomar un rato el airecito.

Se anunciaban y se celebraban conciertos, obras de teatro, ferias... La gente podía ir al cine a ver 'Dolor y gloria' o 'Dumbo', el Basque Fest llenaba Bilbao de actividades musicales y escénicas y la Procesión de la Esperanza recorría Abando. Pero lo que acelerará el corazón de muchos es que, aquel 20 de abril, estábamos en víspera de partido: el Athletic visitaba el domingo el Santiago Bernabéu y los aficionados ya experimentaban esa dulce efervescencia de la anticipación, que animaba las conversaciones en calles y tabernas. No adelantaremos el resultado, porque eso no lo vamos a saber hasta mañana, día 21, pero sí diremos que, además de muchísimas alegrías, esto del confinamiento también nos quita algún disgusto.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo ¿En qué andábamos hace un año?