Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Patricia Rodríguez
Lunes, 28 de agosto 2023, 23:58
Llegan en avión desde Colombia, Paraguay o Venezuela. Están aleccionadas para no hablar más de la cuenta: su estancia aquí es de «turista». La organización les ha prometido un trabajo pero no es el que ellas esperaban. Han caído en una red de trata y ... explotación sexual, captadas en sus países de origen y con una deuda contraída de entre 4.000 y 6.000 euros que tendrán que devolver a sus jefes «por los gastos del billete y algo de dinero para poder desenvolverse» en un país donde creían que iban a mejorar sus vidas. Además, las condiciones de trabajo son «abusivas: si llegan tarde a un pase con un cliente, son multadas; tienen que practicar sexo oral sin protección y si el cliente quiere drogarse, ellas también lo harán».
Las condiciones en las que viven se han vuelto «cada vez más gravosas», según constatan en la unidad contra redes de inmigración y falsedades documentales (UCRIF) de la Policía Nacional. En lo que va de año en Euskadi, este grupo ha intervenido en dos operaciones de trata y explotación sexual que se han saldado con 13 detenidos y 9 víctimas. Un fenómeno delictivo de primera magnitud que continúa siendo «invisible», según alertan desde la Policía, oenegés y asociaciones especializadas en la asistencia integral a las víctimas de trata y explotación sexual del País Vasco. No es un fenómeno nuevo ni local, sin embargo la forma de actuar de estas redes criminales ha ido cambiando en los últimos años.
29 víctimas de trata sexual y 37 detenidos se han notificado en la CAV en el periodo 2018-2022, según los datos del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crímen Organizado.
En el resto del Estado se registraron un total de 847 víctimas y 1.041 detenidos en los últimos cinco años.
Tres víctimas de explotación sexual y cinco detenidos se registraron en entre 2018-2022.
2.240 víctimas de explotación sexual y 1.107 detenidos se notificaron en todo el Estado en ese mismo periodo.
La pandemia provocó un pequeño descenso en el número casos registrados aunque «ahora vuelve a resurgir otra vez». Según los datos del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) del Ministerio del Interior, en Euskadi han sido detenidas 42 personas en estos últimos cinco años por este delito.
La procedencia de la víctima ha cambiado, debido a circunstancias como los flujos migratorios más prevalentes en cada momento. «En los últimos tres o cuatro años ha habido un descenso brutal en el número de mujeres que son explotadas sexualmente procedentes de África, mayoritariamente de Nigeria», país del que tradicionalmente más víctimas llegaban a España y «en muchos casos su destino final es Francia. Sin embargo, ha habido un cambio y la mayoría de mujeres proceden de Latinoamérica, especialmente de Colombia, Venezuela, Paraguay y Brasil. «Llegan en avión, y no es muy común que vengan muchas en el mismo vuelo, suele ser un goteo. La edad ronda entre los 20-30 años y pocas veces hay menores. La organización les instruye muy bien de qué es lo que tienen que decir cuando llegan, normalmente a Barajas, para acceder a España como turistas». Sin embargo, los cantos de sirena acaban en una pesadilla para estas mujeres. «La oferta es un engaño porque ellas piensan que vienen a trabajar en otra cosa». En el caso de las mujeres africanas, el viaje «es mucho más duro porque tienen que atravesar el desierto, cruzar el Estrecho en patera en el 90% de los casos y una vez en España -según la ONU, el tercer país en demanda de prostitución, detrás de Tailandia y Puerto Rico y uno de los principales destinos del tráfico de mujeres- hay mucha más variedad porque algunas son víctimas de tráfico de migrantes, otras de trata con fines de explotación laboral y también con fines de explotación sexual», detalla el jefe de esta unidad, con más de diez años de trabajo en este ámbito.
El uso del engaño o el embaucamiento suele llevar a la víctima a caer en estas redes criminales, si bien «hay ocasiones en las que las mujeres saben que van a tener que ejercer la prostitución debido al estado de necesidad en el que se encuentran. Pero luego las condiciones una vez aquí son mucho más abusivas y gravosas de lo que ellas pensaban en su país de origen». En este sentido, el responsable de la UCRIF se refiere a las exigencias a las que son sometidas estas mujeres. «Apreciamos últimamente que están siendo muy abusivas, incluso les sancionan por no pintarse los labios cuando tienen que hacer un pase al cliente. También estamos apreciando en las dos últimas operaciones realizadas que las mujeres están siendo utilizadas para transportar droga a domicilios o diferentes lugares. Cuando la prostitución se ejerce en pisos, las mujeres tienen una o dos horas libres para poder hacer sus cosas». El control es total. «Si en ese tiempo salen a hacer un recado y viene un cliente y la mujer no está presente en el pase, eso le supone una sanción, que va desde los 30 a los 60 euros. Al final la organización busca que nunca terminen de pagar esa deuda que se les debe, por lo que es muy difícil salir de ese círculo».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.