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El Aita Mari parte a una nueva misión humanitaria en el Mediterráneo. Partirá del puerto de Burriana, en Castellón, hacia Siracusa. Una vez cerca de Lampedusa, se dirigirá hacia la zona en la que más ayuda sea necesaria «por las trabas del Estado español para ... trabajar en la zona de Canarias», según ha declarado su capitán a los medios de comunicación. Desde que comenzara su andadura en 2018, el barco ha realizado diez misiones. Han salvado ya a 1.077 personas otras 362 han sido asistidas hasta la llegada de las autoridades. En sus dos últimas salidas de este año, ha rescatado a 243 personas y ha asistido a otras 162. Solo falta el permiso final que debe otorgar la Dirección General de Marina Mercante, a través de la Capitanía Marítima de Castellón, para que comience con su undécima expedición, que se extenderá al menos hasta noviembre.
La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno vasco, Nerea Melgosa, y el director de Migración y Asilo, Xabier Legarreta, se han desplazado este fin de semana hasta el puerto de Burriana para despedir a la tripulación del Aita Mari antes de su partida. «Queremos mostrar a la tripulación, pero también a las autoridades y a los agentes europeos, que cuentan con el respaldo del Gobierno vasco. Es muy importante para un barco como el Aita Mari encontrar un puerto en donde atracar tras un rescate y sentir nuestro respaldo cuando las cosas vienen mal dadas con las autoridades de algunos países», ha expresado la consejera.
«Es un orgullo saber que tenemos proyectos que salvan vidas y que, desgraciadamente, suponen la última oportunidad para personas que poco más tienen que perder, excepto la vida», ha apuntado Melgosa. Con respecto al acuerdo de los Veintisiete para lograr una política común de asilo y migración en Europa, Melgosa se ha referido a las dificultades añadidas que este pacto supondrá para las ONG como el Aita Mari, ya que considera los rescates en el mar acciones premeditadas que utilizan la migración irregular para desestabilizar a un Estado de la UE.
«Creo que es intolerable criminalizar los rescates en el mar, porque lejos de desestabilizar, lo que hacen es salvar vidas», ha apuntado. Entre 2018 y 2023, el Aita Mari ha recibido una ayuda de 1.850.000 euros del Ejecutivo autonómico para contribuir a la emergencia de asistencia y socorro a embarcaciones de personas migrantes que utilizan las rutas marítimas del Mediterráneo. A bordo del Aita Mari viajan el capitán, Simón Vidal, un primer y segundo oficial, dos marineros de puente, el jefe de máquinas, un marinero de máquinas, el cocinero, tres rescatadores, una doctora, una enfermera y una fotoperiodista. Cinco personas voluntarias se han embarcado esta edición.
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