Los agentes, anoche durante las 'no fiestas' de Gernika. Maika salguero
No fiestas en Gernika

La 'visperada' provoca aglomeraciones de unas 2.000 personas en Gernika

Las 'no fiestas' en la villa foral, que ya provocaron el año pasado un brote de covid, se prolongaron hasta altas horas de la madrugada

Domingo, 15 de agosto 2021, 12:28

«Ni antes de la pandemia se veía a tanta gente en la calle». Este fue uno de los comentarios que se han repetido esta madrugada en Gernika. Unas dos mil personas se juntaron en la calle sin respetar las medidas de seguridad con motivo ... de la 'visperada', uno de los días grandes las fiestas de la localidad. Las aglomeraciones se sucedieron hasta altas horas de la madrugada a pesar de que este año las celebraciones están suspendidas por la pandemia del Covid-19.

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Se da la circunstancia de que la villa foral sufrió un importante brote el pasado año vinculado a las 'no fiestas', con más de un centenar de casos activos y una transmisión comunitaria masiva. Pese a la suspensión oficial de las fiestas de Andra Mari y San Roque, cientos de personas, tanto del pueblo como del resto de la comarca de Busturialdea se dieron cita en la zona de bares. El avance del patógeno fue entonces de tal calibre en la villa foral que Osakidetza tuvo que realizar cribados masivos y el alcalde, José María Gorroño, reconoció su temor a «que el municipio tenga que ser confinado.

Pues bien, esta noche ha habido «bastante más gente» que el año pasado, según explicaron varios vecinos. Los bares y las terrazas estaban llenos hasta la bandera. Los jóvenes consumían de pie o sentados en las calles. La Ertzaintza y la Policía local desplegaron varias patrullas. Se colocaron en algunos puntos, como en el auditorio, donde se suelen hacer botellones para evitar las aglomeraciones. También requisaron bastantes bolsas de plástico con bebidas y tuvieron que intervenir en alguna pelea. Un joven pegó a un camarero que le recriminó su actitud y se produjo un navajazo.

Poco cambió cuando cerraron los bares, sobre la una de la madrugada. Cientos de jóvenes seguían bebiendo en la zona del Pasileku. Los ertzainas y los policías locales hicieron un breve intento de que la gente se fuese marchando. Pero era imposible. La situación era incontrolable y muy difícil de gestionar. Llamaron a la Brigada Móvil, pero las furgonetas de los antidisturbios se quedaron a las afueras de Gernika.

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