África tiene dos especies de elefante

Un equipo internacional de científicos, liderado por investigadores del Instituto Broad del MIT y Harvard, ha secuenciado catorce genomas de ejemplares de especies vivas y extintas de proboscídeos, incluidos dos mastodontes americanos, un mamut colombino y un elefante de colmillos rectos de hace 120.000 años. El de este último es «uno de los genomas de alta calidad más antiguos que existen para cualquier especie», ha explicado Michael Hofreiter, de la universidad alemana de Postdam y uno de los coautores del estudio.

El elefante de colmillos rectos (‘Palaeoloxodon antiquus’) vivió en Eurasia hace entre 800.000 y 50.000 años. Podía alcanzar los 4 metros de altura y las 15 toneladas de peso. Se le consideraba hasta hace poco pariente próximo del elefante asiático, por las similitudes de su cráneo y dientes. Pero hace un año un estudio apuntó que estaba más relacionado con el pequeño elefante africano de bosque, algo que ahora confirma la nueva investigación. El ADN del gigante extinguido demuestra que descendía de una mezcla de linajes del antiguo elefante africano, el mamut lanudo y el actual elefante de bosque.

El del ‘Palaeoloxodon antiquus’ no es un caso aislado entre los proboscídeos. Los científicos han encontrado pruebas de hibridación entre el mamut lanudo -que vivió en Eurasia y el norte de Norteamérica- y el mamut colombiano, cuyo hábitat se situaba en América al sur del de su pariente hasta Costa Rica. «La hibridación podría explicar por qué los mamuts tuvieron tanto éxito en ecosistemas tan diversos y durante tanto tiempo. Lo importante es que estos datos genómicos también nos dicen que la biología es desordenada y que la evolución no ocurre de manera organizada y lineal», dice el genetista evolutivo Hendrik Poinar, de la Universidad McMaster y uno de los autores.

«Este estudio, fruto de una gran iniciativa que pusimos en marcha hace más de una década, es mucho más que el informe formal del genoma del elefante. Será un punto de referencia para comprender cómo se relacionan los diversos elefantes entre sí y un modelo para llevar a cabo investigaciones similares en otros grupos de especies», augura Kerstin Lindblad-Toh, de la Universidad de Uppsala. La hibridación entre especies próximas tiene entre los mamíferos ejemplos vivos como el del oso pardo y el polar, y el del orangután de Sumatra y el de Borneo.

En la actualidad solo existen tres especies de elefantes: el asiático -de hasta 3,5 metros de altura y 5 toneladas- y las dos africanas, el de la sabana -el mayor mamífero terrestre, que llega a superar los 4 metros de altura y las 6 toneladas- y el de bosque, de 2,5 metros de altura y unas 2,5 toneladas. En total, no hay más de 500.000 individuos, por lo que están en peligro de extinción. La principal amenaza para las dos especies africanas es la caza furtiva para comerciar con el marfil de sus colmillos, mientras que sobre la asiática pende la destrucción de su hábitat y que, además, los ejemplares domesticados prácticamente no se reproducen. Los autores del nuevo estudio advierten de que los cazadores furtivos matan a unos 50.000 elefantes cada año y aseguran que entender su herencia genética podría ser clave para que no siguieran a mamuts y mastodontes en el camino de la extinción.

Los científicos no han encontrado ninguna prueba de hibridación entre los elefantes de sabana y de bosque, lo que les hace concluir que las dos especies han vivido aisladas genéticamente durante el último medio millón de años. «Ha habido un debate a fuego lento en la comunidad de científicos dedicados a la conservación sobre si los elefantes africanos de la sabana y de bosque son dos especies diferentes. Nuestros datos demuestran que estas dos especies se han aislado durante largos periodos de tiempo, por lo que cada una merece un estatus de conservación independiente», ha dicho David Reich, genetista del Instituto Broad y de la Escuela Médica de Harvard. Desentrañar los secretos del genoma del elefante podría, a juicio de los autores, no solo ayudarnos a conocer la historia evolutiva de estos animales, sino también resultar valioso para garantizar su supervivencia.