![«Los abusos son una herida muy dura de llevar»](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201812/11/media/cortadas/irene123-kGlC-U601849024296fEH-624x550@El%20Correo.jpg)
![«Los abusos son una herida muy dura de llevar»](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201812/11/media/cortadas/irene123-kGlC-U601849024296fEH-624x550@El%20Correo.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Lo primero que sorprende en ella es esa libélula tatuada que le atraviesa el cuello como una definición: delicada y tremenda a la vez, frágil y extrema. Zaragozana criada en Madrid y afincada en Cádiz, Irene Domingo Longares pertenece a la generación de los llamados ... poetas 'milenials', 'super pop' o 'intensitos', etiquetas que lejos de ofenderla le hacen reír.
A sus 28 años, Irene X acaba de ganar el Premio Espasa de Poesía con el libro 'La chica no olvida'.
–¿Qué no olvidará de este premio?
–El cariño con el que me han recibido. Nunca había trabajado con una multinacional y me daba mucho miedo que todo se despersonalizara. Pero, al contrario, me encuentro muy acogida. Y todavía no me he sentido un producto.
–¿Ha visto su libro en los escaparates?
–Sí, en librerías grandes, donde antes no los veía. Me he sentido rara. Para estas cosas soy supertímida. No sé qué decir a los halagos ni me acabo de creer todo lo que está pasando.
–¿Qué es lo último que le ha movido a escribir un poema?
–Hace poco inicié un libro para que muchas chicas pudiesen hablar en anónimo de abusos sexuales, violaciones, etc. Y recibí cientos de mensajes. Esto me movió muchísimo. Es una herida muy dura de llevar en silencio. Ahora estoy trabajando en cómo me eduqué yo, qué rol tenía en el colegio...
–¿Y qué ha descubierto?
–Que la generación siguiente a la mía denuncia más. Nosotras no decíamos nada cuando los niños nos pedían que nos levantáramos la camiseta. Teníamos 12 años. Y aunque parezca una tontería, eso también deja mella. Creo que una niña de 12 años de hoy no cedería en eso.
–Y sin embargo vuelve el machismo.
–Es más de mi generación, las que nacimos en los 80 y 90. Creo que callamos porque nos avergonzaba, nos sentíamos culpables. Luego te das cuenta de que la suciedad no está en ti. Hoy las de 18 años se apoyan más entre ellas. Nosotras nos peleábamos por títulos, por popularidad, por chicos... Nos hicimos mucho daño unas a otras.
–¿Ha sufrido algún abuso denunciable?
–He pasado por mis cosas. Pero soy una de esas personas anónimas que trabajan por contarlo algún día sin tapujos. Creo que lo contaré escribiendo y lo haré en forma de catarsis.
–¿Lo de Irene X es por la generación X?
–No, es porque antes siempre firmaba en anónimo y ponía una X. Lo único que hice después fue añadir el nombre.
–«Somos la generación que cruza en rojo sin mirar y luego nos da miedo enamorarnos».
–Es verdad. En la adolescencia fuimos gente que ha salido mucho de fiesta, ha bebido mucho, se ha puesto mucho en riesgo. Pero luego a la hora del amor parece que nos echamos para atrás. Como que tenemos miedo al compromiso, a que nos rompan... Y es curioso porque nos hemos jugado la vida muchos fines de semana.
–También son más libres a la hora de expresar sus preferencias sexuales.
–Totalmente. Y de hacerlo visible. Yo tengo relación con una mujer. Y desde los 17, que estuve con mi primera chica, nunca he tenido ningún problema en decirlo. Pero nunca me he considerado lesbiana ni heterosexual. Simplemente, estoy en este momento de mi vida y ya está.
–Panero decía que el paranoico tiene realmente perseguidores. A usted le siguen más de 50.000 personas en Instagram.
–Ja, ja, ja... Pero no me siento perseguida sino arropada.
–A los poetas de su generación los llaman los 'intensitos', los 'super pop'. ¿Duele?
–Me hace gracia. Es normal que cuando hay un 'boom' de algo salgan etiquetas por todas partes.
–Transparencia y humildad son sus virtudes favoritas. ¿Por qué?
–La transparencia la agradezco mucho porque me han traicionado un montón. Desde pequeña. Será porque yo me fío de todo el mundo, no tengo filtro... Y la humildad porque, en esta época plagada de egos, me encanta la gente que no tiene ni idea de todo lo que es.
–¿Qué opina de sus 'haters'?
–Que tienen que existir. No puedes gustar a todo el mundo. Me resulta extraño el odio muy cercano, el que se conoce toda tu vida, te sigue... A mí hay cosas que no me gustan nada pero no las consumo. Con mis 'haters' solo entro al trapo cuando se meten con mi familia.
–¿Y usted de qué o de quién es 'hater'?
–De la positividad y del rollito así un poco Mister Wonderful. Esa alegría extrema me pone un poco nerviosa. No estamos en tiempos de andar sonriendo todo el día por la calle.
–¿Lo personalizaría en alguien?
–Pues mira, Ana Torroja, por ejemplo, no me cae muy bien. La suelo ver en'O.T.' y me enfadó su falta de humildad con el tema de la 'mariconez' en la canción de Mecano, porque lo que hizo la concursante fue una reflexión muy buena. Torroja reaccionó por las redes con un egocentrismo total.
–¿Es partidaria de revisar esa letra?
–No. Yo soy la primera que cuando la canto digo 'mariconez' porque la tengo así asociada. Pero me parece bonito y educativo cuestionarlo y me pareció una actitud ególatra que sintiera que estaban tocando su canción...
–¿Cambiaría usted algo de lo que ha escrito?
–Ojalá pudiese cambiar algunas cosas. Lo de 'mariconez' es una tontería, pero sí que es verdad que te acuerdas de tu colegio y de cómo te afectaban ese tipo de palabras. Y ese programa lo ven muchos adolescentes.
–Habla en un poema de provocarse vómitos. ¿Conoce a fondo la bulimia?
–Sí, la sufrí, la superé. Y me costó muchos años contárselo tanto a mi familia como a mis amigos, pero una vez que lo conté me liberé. Mi relación ahora con la comida es muy buena, demasiado buena. Estoy delgada, pero es que siempre he sido una 'raspita'.
–Con ese aspecto tan frágil... ¿Aspira a poeta maldita?
–No me sale escribir de cosas bonitas. No aspiro a poeta maldita. No sé a qué aspiro. A ser buena persona lo que me quede.
–«Son demasiadas pastillas, qué pequeño es el cuerpo», ha escrito.
–Es que tomo medicación para dormir. Tengo mucha ansiedad. A un autosatisfecho nunca le he visto dedicándose a la poesía. Para esto siempre tiene que haber un punto de tortura.
–¿Tatuajes y 'piercings' son una forma de autoagresión?
–No lo puedo evitar. Cada vez que puedo me tatúo lo que estoy sintiendo en ese momento. Se lo digo a todo el mundo: como te hagas el primero van a ir mil detrás... Es súper adictivo.
–«Papá no puedo decirte que te quiero», dice en uno de sus poemas.
–Me cuesta mucho decirle a la gente que la quiero. Yo, de puro introvertida, me meto totalmente hacia dentro.
–«Las moscas vuelan alrededor de todo lo que importa», asegura en otro.
–A mí me importa mi familia, mis amigos y mis perros. Tengo cuatro.
–¿Hay alguien que le represente en la política?
–No. Y creo que es un poco generacional. Está todo un poco sucio.
–«He estado tanto tiempo triste...», escribió. ¿Ahora es feliz?
–Ahora mismo sí. Tengo mis días, como todo el mundo. Pero hay un proceso de estabilidad que se agradece muchísimo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.