Ocho años de cárcel para un cura por abusos sexuales continuados a una menor en Toledo

El religioso comenzó a tratar a la menor en una sala del colegio un día cada tres semanas, y más tarde en un despacho de la parroquia de San Ildefonso, donde ejercía como sacerdote. En sus encuentros, el condenado le insistió para que le besase, pero pronto fue más allá, la desnudó y la realizó tocamientos con la excusa de que «lo hago porque Dios me lo pide». Llegó a tener acceso carnal con ella, la obligó a hacerle felaciones y cuando la chica se negaba la hacía sentirse culpable llamándola «puta», agrediéndola y amenazándola de muerte.

Los abusos sexuales salieron a la luz cuando la víctima inició la universidad. Una doctora le diagnosticó anorexia y llegó a estar ingresada para tratar este trastorno de la conducta alimentaria y por intentos de suicidio. A raíz de este episodio, su madre y el sacerdote acordaron someter a la joven a un exorcismo al entender que el origen era la influencia de Lucifer. Una vez realizado el exorcismo con presencia de otro sacerdote, el cura decidió practicarle otro por su cuenta, pero en solitario, lo que aprovechó para volver a abusar de ella. La situación se complicó aún más cuando el cura inició una relación sentimental con la madre de la chica, en junio de 2014.

Finalmente, la víctima denunció los hechos ante la Justicia, que ahora también condena al cura a indemnizarla con 50.000 euros y a mantenerse alejado de ella durante 18 años.