La nueva RGI, que entró en vigor el pasado abril, «está cumpliendo su objetivo». Es la impresión del Gobierno vasco, a tenor de los expedientes abiertos a lo largo del pasado año. La flexibilización de los requisitos de acceso para algunos colectivos se tradujo en ... que, hasta finales del pasado año, se incorporaran a la prestación 403 víctimas de violencia de género, doméstica, trata y explotación sexual, así como 307 refugiados y 157 personas con protección temporal.
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Esos son algunos de los principales datos hechos públicos este martes por el Departamento de Trabajo y Empleo, impulsor de una norma que, entre sus principales cambios con respecto a la anterior, incluía eliminar, en ciertos supuestos, el período mínimo de empadronamiento. Tan solo deben acreditar que están en el padrón en el momento en el que acuden a Lanbide, sin atestiguar antigüedad. En el caso de las víctimas de violencia de género (357 casos nuevos), doméstica (31), trata (10) y explotación sexual (5), esto les garantiza «un acceso inmediato a poder emprender una vida alejada de sus agresores».
La actualización legislativa también ha permitido que sean beneficiarios de la RGI 160 jóvenes procedentes de sistemas de protección de menores. Y permite que puedan acogerse a la ayuda personas que hubieran tenido que marcharse de Euskadi por el terrorismo y que tuvieran acreditada la condición de víctima. Desde su entrada en vigor, se han sumado 4 afectados con este perfil.
En diciembre, había 5.343 expedientes más que en abril, aunque las nuevas concesiones ascendieron a 9.059. Eso supone, precisan desde la consejería que dirige Idoia Mendia, que hay «una entrada y también salida del sistema, de personas que encuentran un empleo que, además, permite superar los umbrales previstos en la RGI». Sin embargo, estar activo en el mercado laboral no siempre conduce a tener una situación en la que no sea necesaria esta ayuda, ya que hay 10.000 casos en los que se compatibiliza esta aportación con los ingresos del trabajo.
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Sara Buesa, directora de Prestaciones e Inclusión de Lanbide, destaca el cambio «tan intenso» que se ha producido en la gestión de la renta de garantía de ingresos, si bien, asegura, es algo que «no se puede hacer en un día». En todo caso, sostiene, «llegar a quien lo necesite y ofrecer oportunidades a quienes quieren trabajar y no habían encontrado la forma de conectarse con el mercado laboral es un éxito o, por lo menos, un indicio de que estamos acertando en el camino que todavía nos queda por recorrer».
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