Está en nuestras manos

¿Qué no quieres entender? 38 mujeres han sido asesinadas desde enero en España por sus parejas o sus ex. El año pasado fueron 47. Suma y sigue... pero tú sigues sin comprender nada. Tampoco pareces entender por qué cada tres horas una maltratada vasca acude a una comisaría a interponer una denuncia, que ya son 3.400 y no ha terminado 2022. La punta del iceberg, porque hay muchas otras que no se atreven a dar el paso y contar el infierno de palizas, injurias o vejaciones que viven en sus casas.

¿Puedes comprender al menos la angustia de las 5.000 mujeres que en Euskadi necesitan protección para evitar ser agredidas? Quizás una es tu ex, o tu vecina, o tu madre, o tu hija. Medio centenar de ellas viven pegadas a un escolta y no pueden hacer vida normal, no pueden ir solas a trabajar, al cine, a un bar... como haces tú. Pero sigues sin entenderlo.

¿Y qué parte de 'sólo sí es sí' no comprendes? 400 vascas han sufrido este año una agresión sexual. Son nada menos que 85 por encima del año pasado y cada vez más graves: las violaciones más brutales se han duplicado. ¿Te da lo mismo que tres de cada cuatro mujeres confesemos tener miedo al volver a casa solas por la noche?

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«¿Qué no quieres entender?». Es el lema elegido este año por las instituciones vascas para celebrar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que interpela directamente a los hombres que todavía no han comprendido la sinrazón que supone que en pleno siglo XXI haya mujeres que mueran por el mero hecho de serlo, que 'sólo sí es sí'. Desde EL CORREO hemos querido dar voz a diez hombres que sí lo entienden y que, desde sus distintos ámbitos de actuación, tienen mucho que decir y hacer para acabar con la lacra de la violencia machista.

«Por desgracia, en internet hay cada vez más formas de violencia contra las mujeres, una victimización derivada del entorno machista y patriarcal en el que vivimos». Uno de los delitos que crece exponencialmente es la difusión de imágenes intimas, otro tipo más de violencia sexual. ¿Cómo acabar con la 'sextorsion'? «Hay que dejar de compartir, reenviar y comentar esas imágenes».

Los protocolos contra el acoso sexual son obligatorios en las empresas, pero no todas muestran la misma sensibilidad. Azpiazu cree que «se ha avanzado muchísimo» para erradicar «comportamientos inaceptables», pero no hay que bajar la guardia para atajarlos en cuanto afloran. «Es importante que adquiramos el compromiso de ayudar a las víctimas en su reinserción laboral».

La polémica sobre la ley del 'sólo sí es sí' ha empañado el 25-N. Molesto por las acusaciones de «machismo» vertidas desde el Gobierno central, envía a las mujeres un mensaje de «confianza». La Justicia es «muy sensible» con las víctimas. «Tenemos órganos especializados. En Bilbao, por ejemplo, integrados por 17 mujeres y 4 hombres, que actualizan su formación de manera constante».

El ocio nocturno es un espacio a conquistar por las mujeres. «No tengo muy claro lo que esta fallando, pero tienen que saber que al otro lado de la barra pueden contar con un aliado», apunta Iturregi. «Podemos contribuir a prevenir algún caso», aunque «es triste tener que andar así». La «desinhibición» de la fiesta, tomar unos tragos... «no puede ser excusa para ignorar que molestas».

«La violencia machista es una realidad que vivimos constantemente en el mundo del deporte», admite García, testigo en muchas ocasiones del «maltrato» a compañeras «por ser mujeres». «No podemos normalizar esas actitudes –advierte–. Hay un problema educacional como sociedad que tenemos que erradicar desde la base. Los chavales tienen que vivir la igualdad en casa».

Los docentes de Salesianos trabajan la formación del espíritu crítico entre los chavales para que no se queden impasibles ante situaciones de desigualdad. Ramos admite que «cada vez se nos hace más complicado» por el acceso «temprano» a las redes sociales y a contenidos inadecuados, como la pornografía. «Es importante que trabajemos el aspecto afectivo-sexual en las aulas».

«Los abusos de poder en los rodajes son una constante, casi siempre ante el silencio del equipo», admite Otaola, convencido de que es el momento de «denunciar estas actitudes». «Me gustaría que en España hubiese un 'MeToo', porque siempre se ha callado por miedo a perder trabajos». «Las grandes cadenas y productoras están en manos de hombres; mientras eso no cambie se mantendrá esa dinámica».

Son, en muchos casos, la puerta a una vida nueva. Desde que la víctima denuncia, un agente –siempre el mismo– la acompaña en un proceso duro, pero necesario. «Establecemos una relación de confianza, la asesoramos sobre los recursos, medidas de protección... Lo agradecen mucho». Y si una patrulla detecta algo extraño, se actúa de oficio. «Intentamos sacar lo que hay debajo de la punta del iceberg».

Muchos casos afloran en las consultas de Atención Primaria. No siempre son lesiones o moratones; una sintomatología de ansiedad, insomnio... puede hacer saltar las alarmas y activar los protocolos con los que cuenta Osakidetza. «Somos sus aliados, también para sanar las secuelas, tanto físicas como psicológicas. El maltrato produce un deterioro importante que no se resuelve en poco tiempo».

Apuesta por endurecer las penas para acabar «de una vez por todas» con la violencia contra la mujer. «Faltan leyes más contundentes». También para frenar las expresiones de violencia machista en los estadios. «Todavía quedan energúmenos en las gradas, aunque vamos avanzando en el respeto. No debemos tener miedo a señalar y denunciar a esta gentuza, que debe estar fuera de los campos».