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josé domínguez
Martes, 29 de octubre 2019
Si no se reducen drásticamente las emisiones de CO2 a la atmósfera para frenar su calentamiento, pocos enclaves costeros de la Península se librarán de los efectos del cambio climático. Esa es, al menos, la opinión de los expertos que asesoran a la ONU y ... que alertan de que el nivel del mar se está elevando a un ritmo de 3,3 milímetros por año. Un tercio más de lo previsto hace solo un lustro. Hipótesis pesimistas que ahora se ven confirmadas por un estudio internacional que triplica las estimaciones sobre la población que se verá afectada por inundaciones periódicas: 300 millones de personas de todo el mundo en 2050. Sólo en España serán al menos 200.000.
El estudio recoge datos pormenorizados de 135 países y un mapa interactivo (https://bit.ly/2Jxy8Rl) que pone el foco en las zonas más vulnerables de la Península: el litoral andaluz -especialmente Huelva y Cádiz, y el río Guadalquivir hasta el Parque Nacional de Doñana- y el delta del Ebro. Destaca especialmente las consecuencias que el cambio climático provocará en la desembocadura del Nervión, afectando a numerosos municipios del Gran Bilbao. Sobre todo en la margen derecha, donde se verían afectados Getxo y Erandio principalmente, pero también en la orilla izquierda, con Barakaldo y la vega de Ansio (en la que se ubican varios centros comerciales y el Bilbao Exhibition Centre BEC).
Los problemas podrían extenderse hasta el mismo corazón de la capital vizcaína por ambas orillas, prácticamente hasta los pies del mismo museo Guggenheim. Y en Urdaibai, las crecidas también afectarían a toda la desembocadura, llegando incluso a las inmediaciones de Gernika. No son los únicos puntos inundables en el litoral vasco. Desde la bahía de Plentzia y los puertos de Bermeo y Zierbena hasta San Sebastián, Zarautz y las dársenas de Pasajes o Mutriku en Gipuzkoa.
Mayor riesgo
«Muchos efectos son ya irreversibles, pero nunca será demasiado tarde para que los limitemos reduciendo la contaminación», aseguró Benjamin Strauss, director de Climate Central, el equipo de científicos que han participado en el estudio, que se publicó ayer en la revista 'Nature Communications'. A su juicio, de no adoptar medidas las cosas podrían empeorar y mucho.
Las estimaciones optimistas del informe se sustentan en la teoría de que las capas de hielo se mantendrán «más o menos estables» las próximas décadas. En caso contrario, el riesgo de que las poblaciones costeras en la Península sufran al menos una inundación cada año seguiría creciendo a un ritmo galopante hasta afectar a 700.000 españoles en el año 2100.
A pesar de que las conclusiones del estudio deben contemplar estos casos extremos, Strauss puso de relieve los beneficios que conllevará una importante reducción de las emisiones de carbono. Según explicó, «las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida aún no se han acercado al calentamiento que ya hemos causado» y una rápida reducción de los gases de efecto invernadero «salvaría a 50 millones de personas en el mundo de sufrir inundaciones costeras cada año a finales de siglo». De no hacerse nada, el resultado sería catastrófico y la subida del nivel del mar, probablemente en más de un metro, sumergiría «por completo lugares en los que en la actualidad viven 40 millones de personas».
40 millones de personas de todo el mundo habitan zonas que corren el riesgo de quedar inundadas en 2100.
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