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Es domingo, temprano, y los paseantes que suben hasta la estatua de San Prudencio observan sorprendidos la curiosa procesión, se giran al paso de cocineros y soldados, cuchichean, algunos preguntan y otros inmortalizan con sus móviles el momento. Participantes en la Tamborrada del día 27 han aceptado el reto de coger los barriles y tambores tres años después y caminar hasta la casa del patrón alavés para charlar sobre cómo viven esa noche grande para las sociedades gastronómicas y los planes que tienen para este año (mensajito al lehendakari incluido). Desbordan ilusión y muchísimas ganas de recuperar la tradición.
Tomás Rojo, de Bustinzuri, empieza fuerte y pone el nivel de sentimiento alavés muy alto. «Para mí es el día más grande de todo el año. La sociedad es una institución y honrar a San Prudencio es bonito y muy emocionante», confiesa tajante. Enfundarse en el traje rojo un mes antes del día ya le hace feliz. «Tocar el tambor es como andar el bicicleta. No se olvida», ríe después de posar para el reportaje fotográfico. Comparte su reflexión el otro soldado rojo que ha aceptado el reto de EL CORREO. «Llevo 26 años saliendo en la Tamborrada y te aseguro que a pesar de este parón no se pierde práctica. Lo importante es no pasarte de golpes y seguir bien el ritmo, para eso están los ensayos», desliza Joseba Elguea, del txoko Gure Kabia, para el que reencontrarse con viejos amigos va a ser lo más especial de este año.
Antes de esos reencuentros toca alimentarse bien para coger fuerzas. Y de eso en las sociedades saben un rato. «¡Los perretxikos y caracoles no pueden faltar! ¿Y la alegría que da estar preparando la cena desde las 4 de la tarde? Esos momentos son los mejores», comenta Vicente Herrero -Tito para los amigos- de Gardel Enea. El revuelto de setas autóctonas y los moluscos en tomate con su choricito y su jamón son dos imprescindibles en las mesas de la noche del 27. Pero no se piensen que los cocineros se quedan ahí. «Hay que alimentarse bien y hacer base en el estómago que la noche es muy larga», coinciden varios de los reunidos a los pies del santo meón. «Pondremos también unos solomillos o chuletón y de postre la tarta típica de San Prudencio», avanzan Fran Martínez de San Vicente y Ezequiel González, miembros de la sociedad Amairu Bat y flamante pareja ganadora del campeonato de mus. «Este año será especial, seguro. Después de dos años de pandemia hay ganas inmensas de volver a disfrutar».
Desde Kukubarre se han animado a colocarse los trajes y gorros de cocineros África López de Ipiña, Ana Montoya y Joseba Carreras. Que mandan una seria advertencia a Iñigo Urkullu. «Que se ponga como quiera. Este año salimos sí o sí, ya no nos podemos aguantar más», se carcajean batuta en mano.
En la sociedad de Gazalbide llevan desde 2014 siendo parte de esta tradición y este año se decidirá a participar una decena de integrantes. «Al que se lo esté pensando yo le diría que se anime, que es mucho más divertido ser protagonista que mirar», promete África.
A los que no hay que alentar porque están motivados de sobra es a Ander y Mikel, hijos de Álvaro Ruiz de la sociedad Celedón. «En nuestro caso el relevo está asegurado. Los txikis llevan desde Navidad pensando en la Tamborrada y preguntando cada semana que cuándo es el ensayo», cuenta el orgulloso aita. Su suegro José Manuel y su esposa Soraya también salen en la Tamborrada, por lo que es una de las noches más especiales del año para la familia.
«El año pasado hicimos una semitamborrada, pero no tiene nada que ver. Hay muchísimas ganas de juntarnos de nuevo todos porque esa noche es muy especial y con muchas sensaciones», aporta Gotzon García Briñas, socio de Aldapa y director de barriles enfundado en su impecable traje verde. Este año serán 24 las sociedades que participen.
Y si hay que esperar para irse de vacaciones, se espera. Porque la fiesta del patrón de Álava lo merece. «Nosotros somos el 70% repetidores, porque esto engancha. Si no nos podemos ir a Benidorm nos vamos al día siguiente», traslada Jesús María Cossio, de Su Ta Jai. «El año pasado nos montamos una Tamborrada alternativa en Salburua, pero la original se echaba muchísimo de menos», confiesa Joseba Olalde, encargado de guisar los caracoles en Burduntzi.
Desde 1975. La sociedad gastronómica Ametza importó desde San Sebastián la celebración de la Tamborrada. La primera se celebró en 1975 y en 1976 se suspendió por los sucesos del 3 de marzo.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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