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Los seteros expertos saben que es muy suyo, que desde luego no se prodiga en cualquier sitio (ojalá) y que pide calor y agua. De lo primero, vamos sobrados este año pero de lo segundo... Estamos viviendo uno de los meses de abril más secos ... desde 1945 y de ahí que, en vísperas de San Prudencio, el gran manjar de las mesas alavesas esté llegando con cuentagotas a las tiendas. Y el que aparece, reconocen los tenderos más honestos, viene sobre todo de la vecina Navarra y también de León. Inmune a la inflación, la demanda de perretxiko se mantiene intacta este año de estrecheces y cestas de la compra menguantes con un precio que no está tan alejado al de otros años.
En Quesos Mari, en Abastos, Damián los despacha a 44 euros el kilo. «Están es-pec-ta-cu-la-res», presume con orgullo ante una clientela que se para a admirar esas setitas primaverales como si fueran diamantes en el escaparate de Tiffany's. «Este año, de perretxikos nada. Tal y como están las cosas habrá que conformarse con hacer un revuelto de champiñones», lamenta Marisol, clienta madrugadora de las de diario. Pero lo cierto es que el hongo más deseado tampoco ha disparado tanto su precio. «Están muy parecidos al año pasado», asegura el tendero al tiempo que reconoce que los suyos «son de Navarra». «En Álava hay muy, muy poco, mañana me entran cuatro kilos, no he conseguido más», destaca.
También en Abastos, en Artetxe Gaztak los venden a 40 euros el kilo. «Sí, son de Navarra pero también hay alguno de aquí y están estupendos», anuncia Santi tras el mostrador, donde reluce una banasta cargadita de ejemplares del tamaño justo, más doraditos que blanquitos, como tiene que ser. «La semana pasada los llegué a ver a 80 euros, pero hoy sí que me voy a llevar un cuartito, que al hijo le encantan», cuenta animada Dolores, que se ha comprado también una mallita de caracoles vivos.
«De los de bote no me fío, a mí me gusta limpiarlos y engañarlos en casa», cuenta. Quedan ya pocas clientas como Dolores. «Siguen teniendo su público, pero cada vez menos, hay que reconocer que son muy latosos», sostiene Rafael, de Frutas Gasteiz, el único puesto en toda la plaza en el que se venden caracoles vivos, a 13,50 el kilo, «50 céntimos más que el año pasado». Sí han subido, y bastante, los embotados, listos para cocinar. En Artetxe Gaztak los desachan a 20,95 el kilo y 7,90 el cuarto y en Quesos Mari están a 19,90.
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