

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Álava vivió ayer un San Prudencio para la historia y miles de ciudadanos reconquistaron las campas de Armentia tras dos años de impás por culpa ... de la pandemia. Una incesante marea humana subió durante toda la mañana para honrar al patrón de la provincia o simplemente para disfrutar de la primera gran fiesta desde principios de 2020. Nadie quiso perder la ocasión y más cuando no se cumplió la tradición en forma de lluvia, incluso en algún momento llegó a brillar el sol. Por si acaso, nadie se olvidó del paraguas o del chubasquero. «Todo está lleno», afirmaba la diputada de Cultura, Ana del Val, satisfecha por cómo han transcurrido estas fechas.
Sólo las mascarillas que muchos portaron «por prudencia» diferenciaban esta edición de 2019, pero rápidamente acabaron a la altura de la barbilla para disfrutar del talo o del choripán. Antes de que arrancase la misa pontificia a las 11.00 horas, Armentia ya olía a chorizo frito y algunos puestos como 'Segura' tuvieron cola durante prácticamente toda la jornada. También se percibía el aroma de los anises de las rosquillas de San Blas. Mari Carmen Fernández, vecina de Lakua-Arriaga, madrugó para comprar una bolsa a rebosar que luego repartiría entre los nietos. «Uno de ellos es tan pequeño que creo que jamás ha podido probarlos», indicaba mientras caminaba a paso ligero para volver a casa.
Noticia Relacionada
La jornada sirvió para rescatar todas esas sensaciones y tradiciones que fueron imposibles durante «el paréntesis» de la pandemia. Loli Castro y el matrimonio compuesto por Fernando Martínez y Susana González confesaron que los dos últimos años «no habían sido lo mismo», por mucho que intentasen cocinar rosquillas en casa y Lander Mañeko les explicó su receta, aunque -eso sí- sin desvelar las claves concretas que heredó de su amama.
Las campas también se convirtieron en punto de reencuentro. La familia Gorostarzu llegó al completo. Abuelos, padres, hijos y primos se habían citado a mediodía porque nadie quería perderse la fiesta del pueblo de Armentia, donde antaño residieron. «La Tamborrada desde los balcones o el talo casero no tiene nada que ver con el de fiestas. Hay que disfrutar por todo el tiempo en el que no nos han dejado», apuntaba Igor junto a sus hijos, Mikel y Ion, antes de brindar con sidra.
Ver fotos
Pero el día de San Prudencio también cuenta un innegable carácter religioso. François Bergugnat y Esti Madinabeitia esperaban en la entrada de la basílica para 'presentar' al pequeño Beñat al santo. «Liloye (la hermana mayor) vino con apenas diez días en 2019 y ahora queríamos cumplir con la misma tradición con el pequeño», comentaba este matrimonio compuesto entre un francés y una alavesa.
En la misa oficiada por el vicario general, Carlos García Llata, se recordó que San Prudencio destacó especialmente por ser «instrumento de paz». «La guerra es un fracaso social, político y una derrota de la Humanidad frente a las fuerzas del mal. Ante esto miremos a los ojos a las víctimas de la violencia para contemplar la verdad de su sufrimiento», rogó el 'número dos' de la Diócesis de Vitoria, que sustituyó al obispo Juan Carlos Elizalde que estaba en la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal. Precisamente, Jesús, Isabel y Asun Cantera acudieron «para solicitar a San Prudencio que devuelva la concordia para todos los alaveses». Poco después llegó la cuadrilla de blusas y neskas de Basatiak que dedicó un aurresku y una ofrenda floral al patrón de Álava.
Entre los cientos de puestos, uno de los que más miradas acaparó fue el que regentaban las Carmelitas Samaritanas del Corazón de Jesús, de Eibar. «Me da que a la gente le choca vernos vestidas de monjas y se acercan por simple curiosidad. Al menos después compran», bromeaba la hermana María Clara en un 'stand' que vendía dulces, cosmética, bisutería o incluso muñecos de Pikachu hechos a mano. «Es verdad que se nota a los alaveses con más ganas de disfrutar y muchos vienen a comprar porque te recuerdan de otros años. La gente parece que quiere recuperar el tiempo que nos ha robado el coronavirus», consideraba Antonio Nasarre, que vendía quesos de la Sierra de Guara (Huesca) justo al lado de la Basílica.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Encuentran muerta en un río a la actriz Sophie Nyweide
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.