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David Guadilla
Sábado, 13 de octubre 2018, 01:31
Arnaldo Otegi y José Luis Rodríguez Zapatero se reunieron el pasado 8 de septiembre en el caserío Txillarre de Elgoibar, donde se fraguó la tregua ... de ETA de 2006 y en el que la izquierda abertzale y destacados dirigentes socialistas mantuvieron durante varios años conversaciones para lograr que la banda dejara las armas. La cita, según las fuentes consultadas, se produjo a petición del líder de EH Bildu y no ocultaba un trasfondo, sino que tenía un componente más privado, para «conocerse personalmente». Este periódico se ha puesto en contacto tanto con la coalición abertzale como con el entorno oficial del expresidente del Gobierno y no han querido hablar del asunto.
El proceso de paz que ETA reventó al volar la T4 de Barajas el 30 de diciembre de 2006 abrió una relación singular entre Zapatero y Otegi. Nunca se habían visto en público hasta la fecha, pero los guiños entre ambos han sido diversos a lo largo de los últimos años. El expresidente del Gobierno llegó a decir que el principal referente de la izquierda abertzale lanzaba un «discurso de paz», en alusión a su apuesta por las vías políticas. Tras salir de prisión en marzo de 2016, Otegi no dudó en valorar de forma positiva la actitud de Zapatero cuando estaba en La Moncloa, le definió como un «presidente valiente» y consideró que había tenido un papel importante para que la paz se instalase en el País Vasco.
La cita se produjo el 8 de septiembre, sábado, días antes de que el ex secretario general del PSOE realizase una gira por varios países de Latinoamérica. Un periplo en el que le rodeó la polémica después de que saliese en defensa del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. El propio Otegi ha intensificado su agenda política desde su salida de prisión.
En noviembre de 2016 estuvo en la sede central del PSE, en una reunión al más alto nivel con Idoia Mendia, para «normalizar» las relaciones entre ambos partidos. Fue un encuentro público. Los socialistas vascos han recalcado que una vez que cumplió su condena y fue elegido líder de EH Bildu no tienen problemas para citarse con él. También fue abierta a los medios de comunicación la reunión que Otegi mantuvo en enero de este mismo año con la cúpula de Confebask, una cita que no estuvo exenta de polémica. A nivel internacional se ha entrevistado con los expresidentes de Uruguay y Ecuador, José Mujica y Rafael Correa.
El lugar elegido para su primer cara a cara con Zapatero tiene un profundo valor simbólico. Situado en la ladera de uno de los montes que rodean Elgoibar, Txillarre fue durante varios años una especie de santuario en el que se sentaron las bases de la tregua de 2006. Las conversaciones las iniciaron el propio Otegi y el exconsejero socialista Paco Egea, ambos vecinos de la localidad guipuzcoana. A ellas se sumó poco después Jesús Eguiguren. Por el caserío acabaron pasando destacados dirigentes del PSE y de la izquierda abertzale, entre ellos, Patxi López, Rodolfo Ares y Rufi Etxeberria. Aquellas charlas, que se mantuvieron en secreto varios años, recibieron el visto bueno de Zapatero, ya en La Moncloa tras ganar las elecciones de 2004.
Las reuniones de Txillarre facilitaron los contactos entre el Gobierno socialista y ETA, encabezadas por Eguiguren y José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, 'Josu Ternera', y desembocaron en las conversaciones de Loyola. Todo se fue al traste en la T4. La trascendencia de aquellas negociaciones es difícil de evaluar. Los propios dirigentes socialistas que participaron en ellas recalcan que lo que empujó a ETA a dejar las armas fue la presión política, judicial y policial a la que fue sometida. Un acoso que debilitó al máximo sus estructuras y que le obligó a cesar su actividad. Pero esos mismos dirigentes subrayan que las horas pasadas en las montañas de Elgoibar sirvieron para convencer a los máximos responsables de la izquierda abertzale de que el terrorismo no conducía a ninguna parte. Y que una vez que la por aquel entonces Batasuna lo asumió y lo empezó a socializar entre sus militantes, los sectores más duros de la banda se quedaron sin margen de maniobra.
El propio Otegi ha resaltado en más de una ocasión que Txillarre avanzó, a pesar de las diferencias políticas y la violencia, por el «factor humano», la relación que se estableció entre todos los participantes. El líder de EH Bildu y Zapatero han querido ahora estrecharse la mano.
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