Vox marca terreno y lidera en solitario las protestas frente a sedes socialistas

Y, efectivamente, la presencia simpatizantes de la formación de Santiago Abascal se hizo patente en las principales concentraciones del país. Singularmente -y así los reconocieron responsables populares a este periódico-, los simpatizantes 'voxistas' coadyuvaron al éxito de las mayores protestas, las registradas en Madrid, buena parte de las capitales andaluzas o la ciudad de Valencia.

Pero a partir de ahí, Abascal y los suyos reclamaron su protagonismo. Aunque el líder de Vox se hizo notar en la gran protesta de la Puerta del Sol haciendo incluso declaraciones y dejándose ver claramente (algo que también hicieron los otros responsables del partido en los diferentes territorios), Abascal y sus más cercanos pusieron pies en polvorosa cuando todavía no habían acabado los aplausos a Isabel Díaz Ayuso y al propio Feijóo. El presidente de Vox se quitó en su paseo por Gran Vía hacia Ferraz su capa más institucional y se puso la de agitador para liderar la protesta -una vez más no comunicada a la Delegación del Gobierno- ante el cuartel general del PSOE.

Allí, en Ferraz, como en la treintena larga de sedes socialistas ante las que Vox logró convocar este domingo a simpatizantes y militantes después de los actos del PP con un llamamiento a movilizaciones pacíficas, no hubo afiliados populares. El partido de Feijóo se ha venido desvinculando desde el inicio de estas movilizaciones no comunicadas antes los locales del PSOE y las casas del pueblo.

Abascal y la cúpula de su partido decidieron echar el resto con estas 'remanifestaciones', a pesar de lo extraño del formato de una doble protesta. Pero sabían -y así fue- que el protagonismo iba a ser solo de Vox y que a esas horas del mediodía tardía era mucho más difícil que los grupúsculos violentos neonazis que han venido actuando esta semana reventaran la manifestación ante Ferraz y el resto de sedes.

Pero sobre todo importaba Ferraz, a la que Vox ya ve como un icono, pues considera que el cerco continuo al cuartel nacional del PSOE, que este domingo cumplió diez jornadas ininterrumpidas, está siendo uno de sus mayores éxitos en estas semanas. Aunque sabiendo, también, que al final de estas concentraciones, sobre todo a partir de las diez de la noche, sus juventudes afines de Revuelta no son capaces de neutralizar a los ultras con ganas de enfrentamientos con la Policía.

Al final, Abascal se dio un baño de masas a las puertas de Ferraz (sin banderas preconstitucional ni lemas extremos como en anteriores jornadas) con miles de simpatizantes (3.000, según Delegación del Gobierno) gritándole «presidente, presidente», mientras también coreaban consignas contra Carles Puigdemont y, sobre todo, Pedro Sánchez.