Euskadi ha vivido un vendaval electoral en el último año. Cuatro convocatorias en poco más de doce meses en un ciclo que empezó con las ... municipales y forales de mayo de 2023 y que concluyó el pasado domingo con las europeas. Cuatro fotografías con colores similares pero también con matices importantes. Por ejemplo, que los vascos votan de forma plural y que su fidelidad a los partidos es relativa. Porque quien vota a unas siglas en unas municipales perfectamente puede hacerlo a otra en unas generales.
Hay un principio general en los cuatro mapas. El dominio del verde del PNV y EH Bildu, una preminencia que destacó sobre todo en las autonómicas de abril. En una cita polarizada al máximo, las dos formaciones nacionalistas se repartieron la victoria en prácticamente todos los municipios. Apenas surgió un azul con el triunfo del PP en Laguardia. De hecho, la localidad de Rioja Alavesa se ha convertido en un auténtico fortín para los populares vascos: cuatro convocatorias, cuatro veces siendo la fuerza más votada.
Las citas de este último año también han confirmado la progresión de EH Bildu. Su verde azulado se extiende por todo Euskadi y varía poco independientemente de cuál sea la convocatoria. Un voto fiel que le está permitiendo ganar cuotas de poder a costa del PNV que, aun así, ha sido la fuerza más votada en tres de las cuatro citas.
Si se van comparando los cuatro mapas que acompañan esta información se observa cómo el verde PNV va retrocediendo, sobre todo en la zona oriental de Bizkaia y Gipuzkoa. En este territorio los jeltzales se ven incapaces de frenar el avance de la izquierda abertzale. Apenas resisten un par de municipios fieles. En las europeas solo fue la lista más votada en Hondarribia y Albiztur, dos localidades en las que suele imponerse. Aunque no siempre. Curiosamente, en las municipales, cuando sus vecinos debían decidir a quién querían en la Alcaldía, apostaron por candidaturas independientes, no por el PNV.
Esa capacidad de la ciudadanía para diferenciar las convocatorias también se ha evidenciado de forma clara durante el último año. No es lo mismo lo que está en liza en unas municipales que, por ejemplo, en unas generales. Y los vascos juegan sus cartas. Los partidos tienen que pelear por cada papeleta. No hay voto cautivo.
Los partidos tienen que pelear por cada papeleta en función de la cita que corresponda. No hay voto cautivo
Eso se percibe bien al comparar los resultados de las generales y europeas con el de las municipales y, sobre todo, las autonómicas de abril. Tanto en el mapa del pasado domingo como en el del 23-J de 2023 se comprueba de forma clara el avance del color rojo y, en menor medida, el azul popular.
La polarización en ambas convocatorias entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo ha hecho que un buen número de vascos haya apostado por los socialistas. El principal damnificado es el PNV. La capacidad que tiene el presidente del Gobierno para atraer voto se nota bien en la Margen Izquierda y la Zona Minera, antiguos feudos socialistas cuyas alcaldías están ahora en su mayoría en manos jeltzales. Sin embargo, tanto en las generales como en las europeas el PSOE se impone en una franja que va desde Muskiz hasta Basauri y que también incluye Bilbao.
Lo sucedido en las tres capitales ejemplifica bien la volátil situación política. En las municipales y en las autonómicas el PNV ganó en Bilbao y San Sebastián, mientras EH Bildu lo hizo en Vitoria. El mapa cambia de forma drástica en generales y europeas. En estas dos citas, las tres capitales caen en manos de los socialistas por el 'efecto Sánchez'. También hay un cierto 'efecto Feijóo'. Cuando la batalla es PSOE-PP, el tono azul gana espacio por Rioja Alavesa.
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