Los vínculos abertzales de la eurodiputada y presunta espía rusa ligada al independentismo catalán

La relación del Zdanoka con el espionaje ruso fue desvelada a comienzos de semana por la revista 'The Insider', una publicación letona en la que participan disidentes del Gobierno de Putin y que se caracteriza por denunciar con trabajos de investigación periodística la deriva totalitaria del Gobierno de Moscú y sus terminales vinculadas a los servicios secretos. La publicación tuvo acceso a los correos electrónicos de la eurodiputada y allí encontraron datos de su relación con agentes del FSB, la entidad sucesora del KGB. Según 'The Insider', la mujer facilitaba información sobre el Parlamento europeo, pero también se comprometía a defender los mensajes prorrusos e incluso pidió dinero para llevar a cabo movilizaciones a favor de Moscú en Letonia.

Zdanoka realizó numerosos viajes a España, aunque su primera relación conocida con el país se produjo al crearse el Basque Friendship Group, el grupo de europarlamentarios que apoyaban las tesis de la izquierda abertzale sobre la negociación con ETA para poner fin al terrorismo. En este grupo participó también Oriol Junqueras, eurodiputado de ERC. Zdanoka suscribió los distintos documentos que elaboró este equipo, en los que se pedía la liberación de presos de ETA, la autodeterminación y la internacionalización del final de la banda terrorista, con la intervención de mediadores y la implicación de los Gobiernos español y francés, algo que no se produjo.

La presunta espía rusa se convirtió poco después en uno de los contactos habituales del soberanismo catalán y se reunió en varias ocasiones con Raúl Romeva o Junqueras. Su nombre, no obstante, no aparece en los autos de la denominada 'operación Voloh', la investigación sobre los contactos de la Generalitat con el Gobierno de Putin durante el procés y por la que el expresident fugado Carles Puigdemont puede ser acusado de alta traición. Según el juzgado de Barcelona que investiga ese caso, Rusia ofreció a los independentistas mercenarios y 77.000 millones de euros en criptomonedas (destinados a saldar su deuda con España) para sacar adelante la Declaración Unilateral de Independencia en 2017.

La relación de Zdanoka con el País Vasco volvió a activarse en 2021. Ese año, la comisión de Peticiones del Parlamento Europeo organizó un grupo de trabajo que se desplazó a España para analizar la situación de los tres centenares de asesinatos de ETA que permanecen sin resolver. Zdanoka debería haber participado en ese comité puesto que era la vicepresidenta de la comisión que lo organizó. Sin embargo, la eurodiputada se negó e hizo pública una carta en la que criticaba la misión europea sobre los atentados de ETA.

La supuesta espía aseguró que había detectado «claros signos» de «la utilización de la dolorosa cuestión de las víctimas del terrorismo para juegos políticos». Zdanoka no se limitó a desautorizar la misión sino que expuso supuestas irregularidades con respecto a la normativa europea que no prosperaron.

Zdanoka no quiso viajar a España para la investigación sobre los crímenes sin resolver pero sí que viajó a otra misión: la inspección de la UE sobre la situación del Mar Menor ante la crisis ecológica. La supuesta espía rusa coordinó la misión europea en la laguna salada siendo representante de Los Verdes/Alianza Libre Europea, en el que había militado durante dos décadas. Sin embargo, acabó expulsada este grupo por no condenar la invasión rusa de Ucrania hace dos años, tal y como exigió la formación de izquierdas a todos sus europarlamentarios.