Manuel Indiano, a la izquierda, y Valeriano Martínez, concejales del PP de Zumarraga. aresti

Seis meses como concejal y trece casquillos de ETA

Tal día como hoy, hace veinte años, dos pistoleros acribillaron a tiros al edil del PPde Zumarraga en su tienda de golosinas

Sábado, 29 de agosto 2020, 12:02

El verano de 2000 fue especialmente sangriento. En 49 días, entre el 12 de julio y el 29 de agosto, ETA atentó en catorce ocasiones contra políticos, militares y empresarios, con un saldo de siete muertos y treinta heridos. El último ataque de aquella fatídica ... serie lo perpetró tal día como hoy hace veinte años y le costó la vida a Manuel Indiano Azaustre, concejal en el Ayuntamiento de Zumarraga y última víctima del PP a la que la banda terrorista asesinó en Euskadi.

Publicidad

Madrileño de 29 años y técnico en electrónica, Indiano se había trasladado dos años antes a la localidad del Alto Urola para estar más cerca de su pareja, Encarnación Carrillo. Una joven a la que conocía desde pequeña, que trabajaba en el servicio de limpieza del Ayuntamiento y que en el momento del atentado estaba embarazada de siete meses. Esperaban a una niña que no conoció a su padre y nació huérfana.

La pareja de Manuel estaba embarazada de siete meses cuando la banda cometió el asesinato

familia destrozada

Manuel Indiano, sin perfil ni trayectoria política, ocupó el sexto lugar de la candidatura popular de Zumarraga en las elecciones municipales del 13 de junio de 1999. Lo hizo como independiente al no estar afiliado a ese partido. Accedió al Ayuntamiento el 7 de marzo de 2000, tras la renuncia de uno de los dos ediles del PP, que presentó su dimisión por falta de tiempo, y después de que los tres que le precedían en la lista renunciaran a reemplazarle. «Era un hombre bueno, que empezó a trabajar en el Ayuntamiento -era el responsable del área social- porque le gustaba ayudar a la gente, sin querer colgarse medallas. Sólo quería hacer el bien», explicó Carrillo en una entrevista publicada en este periódico con motivo del décimo aniversario del atentado.

Indiano y su familia habían establecido su hogar en unas viviendas de protección oficial de la calle Busca Isusin y para salir adelante abrieron 'Kokolo', un pequeño negocio en la calle Islas Filipinas del centro de la localidad en el que vendían golosinas, pan y periódicos. Faltaban pocos días para que cumpliera seis meses en el cargo cuando dos miembros del 'comando Buruntza' entraron en la tienda y vaciaron los cargadores de sus armas disparando contra el edil popular.

Publicidad

Agentes de la Ertzaintza custodian el exterior de 'Kokolo', la tienda de golosinas que regentaba Indiano y donde se perpetró el atentado.

La trastienda

Manuel Indiano trató de huir y refugiarse en la trastienda, pero los pistoleros le persiguieron y le acribillaron hasta dejarlo abandonado, tendido en el suelo, en medio de un charco de sangre y agonizante. Una clienta fue la primera en entrar en 'Kokolo' tras el atentado y en dar la voz de alarma. El concejal, que aún mantenía un halo de aire y luchaba por mantener la vida, fue rápidamente trasladado al hospital comarcal, aunque los médicos nada pudieron hacer por salvarle. Los facultativos extrajeron siete balas que le habían alcanzado el pecho y el abdomen, aunque la Ertzaintza recogió trece casquillos en el lugar del crimen.

Semanas antes de su asesinato, Indiano había comenzado a sufrir el peso del acoso y de las terribles dificultades con las que los cargos públicos no nacionalistas convivían a diario en el País Vasco, lo que le llevó a manifestar que temía por su vida, al ver cómo se incrementaba la actividad terrorista. «La persecución -señaló Carrillo- de los terroristas era cada vez más intensa. Casi todos los días nos encontrábamos con pintadas. En lo único que pensamos era en que nos podían quemar el negocio. De hecho, en alguna ocasión le había pedido a Manuel que quitaran las verjas de la ventana de la trastienda, para que pudiera salir del local si en algún momento tiraban un cóctel incendiario».

Publicidad

Fruto de la tensión, Indiano perdió «mucho peso» y, finalmente, anunció que pasado el verano dejaría de ser concejal. A pesar de sus temores, el arrojo que le caracterizaba le llevó a solicitar al partido la retirada de la escolta con la que había contado durante un tiempo. Tenía plena consciencia del riesgo que asumía, pero se sentía incómodo con la protección y desde el 3 de abril careció de la seguridad que le prestaba una empresa privada por cuenta de la formación popular, pese a las reiteradas advertencias de la dirección del partido y de sus propios compañeros.

Indiano consideraba incompatible e incongruente la presencia de escoltas en una tienda en la que se vendían golosinas a niños. Posteriormente, este asesinato llevó a la dirección del PP vasco a imponer la protección obligatoria para sus electos.

Publicidad

El mismo día del atentado, el número uno de los populares de Zumarraga, Valeriano Martínez, describía a Indiano como un joven «majete, simpático, abierto y muy atento», que se había metido a concejal por su afán de servicio público. «Era audaz, lanzado y muy preparado», cualidades que unidas a sus ganas de trabajar hicieron que pronto se ganara la simpatía de sus vecinos y continuara en el Consistorio, a la espera de que llegara la hora en la que podría dedicarse en cuerpo y alma a su negocio y a una familia a punto de aumentar.

El edil popular había anunciado su decisión de dejar el cargo después del verano

ayuntamiento

«¿Nadie se acuerda ya?»

Pero ETA decidió acabar de un plumazo con todos sus sueños. El mayor de ellos, el de ver nacer a su hija María, que llegó al mundo casi dos meses después, el 22 de octubre. Carrillo recuerda que durante el parto no podía parar de llorar, «tal era el dolor que sentía. No podía ser verdad que Manuel no cruzara la puerta para ver a su hija, no me creía que no pudiera abrazarla. No concebía que mi hija nunca pudiera conocer a su padre».

Publicidad

Para salir adelante, Encarnación se aferró a María. Decidió establecerse con ella lejos de Euskadi porque «no podía soportar los recuerdos». Aquella niña recién nacida hoy está a punto de cumplir 20 años. Nunca ha querido aparecer en los medios de comunicación, pero hace un año dejó una pregunta en el aire en sus redes sociales, en el anterior aniversario del asesinato de su padre: «¿Nadie se acuerda ya?», se cuestionaba María. Sólo cuatro de sus amistades en la red social le dieron a 'me gusta' y una publicó un comentario: «Claro que nos acordamos».

El PP vasco le rinde hoy homenaje

Compañeros y amigos homenajearán hoy a Manuel Indiano en el veinte aniversario de su asesinato a manos de unos pistoleros de ETA. La ofrenda floral y un «sencillo» acto de recuerdo se celebrarán a las 11.00 horas ante el Ayuntamiento de Zumarraga y contará con la presencia de la presidenta en funciones del PP vasco, Amaya Fernández, el presidente del PP de Gipuzkoa, José Luis Arrúe, y el candidato a lehendakari en las últimas elecciones autonómicas, Carlos Iturgaiz, entre otros. «Queremos recordar a la gente que se ha significado por unas ideas, que ha sido valiente y que ha dejado su vida. Qué menos que tenerlos en la memoria», señala Arrúe. Indiano fue el último concejal del PP asesinado por ETA en Euskadi.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad