Los presos de ETA plantan a 'Maixabel' en la cárcel

«¿Va a haber etarras viendo la película?». Esta fue la primera pregunta que Lasa hizo nada más llegar a la prisión. «Me han dicho que no. Es una pena», confesó después. El propio consejero de Justicia del Gobierno de Navarra, Eduardo Santos, señaló que desconocía los motivos por los que prefirieron quedarse en su módulo de prisión y no asistir a la exhibición con el resto de reclusos. Los internos de ETA en Pamplona suman una decena y entre ellos se encuentran Joxetxo Arizkuren Ruiz, 'Kantauri', y Mikel Otegi.

La película narra los encuentros mantenidos entre Maixabel Lasa y los reclusos disidentes de la banda Luis Carrasco, en la cárcel, e Ibon Etxezarreta, durante un permiso penitenciario. Ambos integraban junto a otro etarra, Xabier Makazaga, autor material del crimen, el comando de ETA que asesinó, el 29 de julio de 2000, al que fue gobernador civil de Gipuzkoa.

Quienes sí disfrutaron del filme fueron los cerca de 70 internos, entre los que había ocho mujeres, que acudieron a la proyección. Esta tuvo lugar en el salón de actos del módulo deportivo cultural del centro penitenciario. Su opinión sobre 'Maixabel' quedó clara. Y es que, nada más terminar la película, estallaron en aplausos.

Fueron una hora y 55 minutos de respetuosísimo silencio que dio paso a un coloquio con Lasa y Bollaín, acompañadas por el consejero Santos. En sus intervenciones, los internos calificaron a la viuda de Jáuregui de «campeona» y «madre coraje».

De hecho, dijeron sentirse «emocionados». Maixabel, por su parte, reconoció que le impresionó «mucho» asistir a la proyección de la película en una cárcel y dijo que esperaba que a los internos «les haya servido para algo». La viuda de Jáuregui respondió a cada una de las preguntas que le formulaban los presos, que no escatimaron en elogios y le agradecieron que crea en las «segundas oportunidades».

Esa actitud dialogante que exhibe Lasa desde hace muchos años la puso en práctica en su charla con los presos de la cárcel navarra, a los que mostró que eso, el diálogo, es justo lo que pudo aprender «de toda la vida» de Juan María Jáuregui, a quien no se cansa de describir como un «defensor de todos los derechos humanos».

Maixabel transmitió a los internos su experiencia y no escatimó en detalles, incluidos los familiares. Les contó que tiene una hija y tres nietos, a los que en algún momento habrá que explicarles «lo que pasó con el aitona» y aseguró que lo hará «de la mejor forma posible». Eso sí, sin que haya «odio de por medio».