«Si ETA no hubiera existido, estaría en el PSE y seguiría jugando al voleibol»

- En la carrera de Historia solían imaginar futuros alternativos variando circunstancias. ¿Cómo habría sido Madina si no hubiera sufrido un atentado y si no hubiera existido ETA?

- Habría formado parte del PSE de la misma manera porque la conciencia de entorno la tenía. No se circunscribía a la actividad terrorista sino a las desigualdades sociales y a las ideas socialdemócratas. Quiero pensar que habría tenido una vida, en términos profesionales, muy similar. Pero, en términos personales, habría sido muy distinta. Habría seguido jugando al voleibol con mis compañeros del UPV-Deusto... Sobre todo, habría vivido 14 años libre. Y no lo fui porque estuve rodeado de protección y seguridad.

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- Da la sensación de que la huella de haber estado escoltado es mayor que la del atentado.

- No, pero es que no quiero olvidarme de aquellos años escoltado. Fue un precio altísimo.

- Insiste en que el odio no tuvo cabida ni siquiera en los días posteriores al atentado.

- No sentí odio y no lo he sentido nunca. En mi modelo de sociedad siempre hubo un sitio para los que nunca tuvieron un sitio para nosotros. El atentado confirmó mi mirada humanista, socialista, socialdemócrata. Me gusta recordarme así en aquellos días, en los que todo podía salir por cualquier lado.

- Socialista en tierra de mayoría nacionalista, verso libre también entre las víctimas. ¿Está más cómodo en las minorías?

- No (ríe avanzando la respuesta). Me gusta cuando el PSE gana, pero aquí lo hemos hecho pocas veces. Me gusta que haya pluralidad de voces. Algunos ven ahí un riesgo y para mí es positivo.

- Habla en su libro de los arquitectos del terror. A la luz de los votos, ¿les salió bien la cosa?

- Es un error pensar que te van a votar por lo que hiciste en el pasado. A nadie le votan por el año 1986 o el 2008. Te votan por el proyecto actual, lo que propones. La izquierda abertzale siempre ha conectado con un porcentaje de la sociedad vasca, entre 200.000 y 260.000 votos. No me preocupa, pero me gustaría que el PSE tuviera más escaños, más fuerza y que siguiera formando parte del Gobierno vasco.

- No le veo a favor de una coalición vasca de izquierdas...

- Me gusta el pacto actual. Siempre defendí el acuerdo PNV-PSE, hasta cuando era más difícil. Es el que le gusta a la sociedad vasca. Tampoco veo aritméticas para otra cosa.

- ¿Le incomoda que EH Bildu sea uno de los apoyos del Gobierno central?

- Yo creo que EH Bildu no forma parte de una lógica de gobernabilidad de España. Va al Congreso con otra agenda, otras intenciones. Doctores tiene la Iglesia.

- «ETA empezó en las palabras», sostiene. ¿Escucha hoy palabras que le preocupan en Euskadi?

- Escucho palabras en la política nacional que no me gustan. Señalizaciones del diferente, pretensiones de homogeneidad. ETA empezó con las palabras. Señalar a los que no tenían cabida. Las palabras en política son muy importantes. Hay que cuidar su fecha de caducidad. No decir hoy lo contrario de ayer.

- ¿Hemos hecho en Euskadi un ejercicio de memoria suficiente? ¿Tenemos un relato veraz?

- No, estamos poco atentos a unos hechos del pasado que tienen un extraordinario valor. Tienen capacidad pedagógica para proteger a las futuras generaciones de vascos. Me gustaría que la memoria operara en la construcción de la colectividad vasca del futuro. Que los hechos del pasado nos protejan y eduquen, como los hechos del siglo XX protegen Alemania y Europa. ETA fue una tentativa totalitaria. Debería enseñarse en Primaria.

- ¿Hay algunos interesados en blanquear el pasado?

- Algunos quieren olvidar rápido, por mala conciencia o incomodidad de lectura de alguna página. Otros buscan reinventarse a gran velocidad. Los hechos de la historia no se pueden borrar.