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iñigo fdez. de lucio
Viernes, 13 de agosto 2021, 01:33
«Ya no hacen los 'ongi etorris' con la misma obscenidad y jactancia con que los hacían hasta hace aproximadamente un año y medio. Ni los hacen en las mismas calles donde asesinaron o hirieron a sus víctimas. Ahora los hacen en privado. Es una ... buena noticia». Así se expresaba ayer el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) en referencia al homenaje organizado en Hernani para recibir a Andoni Murga, que salió de la prisión zaragozana de Zuera este miércoles después de pasar 25 años encarcelado.
Murga ingresó en prisión el 18 de agosto de 1996 por delitos de atentado, colaboración con banda armada, tenencia de explosivos y depósito de armas. Según Covite, el acto de bienvenida tuvo lugar «en la herriko taberna, y no en la calle», lo cual considera que es «una buena noticia» porque significa que «el culto al etarra orgulloso de serlo han pasado a hacerlo en privado».
No es la primera vez que el colectivo muestra su satisfacción por la disminución de actos de bienvenida en la vía pública a los excarcelados. Hace unas semanas su presidenta, Consuelo Ordóñez, en conversación con este periódico, se congratulaba de que «no se ha ganado la batalla jurídica, pero sí la social». Se refería así al descenso de los actos de apoyo a ETA. En la primera mitad de este año se documentaron 64, la cifra más baja en cuatro cursos, frente a los 124 de 2020. En ese sentido, Ordóñez afirmó que han conseguido «despertar conciencias, que se den cuenta de que es algo humillante, y eso es un triunfo para las víctimas y para la sociedad».
No obstante, desde Covite sí denunciaron ayer que «a los etarras muertos sí los siguen homenajeando en las calles». Así sucedió, por ejemplo, hace dos fines de semana en Plentzia, donde se organizó un homenaje «por todo lo alto», según denunció Covite, a Kepa del Hoyo, etarra fallecido en prisión en 2017. Cumplía condena por proporcionar información para asesinar al policía nacional Modesto Rico y por colocar una bomba lapa para asesinar al también agente Daniel Villar, ambos muertos en 1997.
Aunque en aquella ocasión el homenaje tuviera como «figura central» a Kepa del Hoyo, Covite alertó de que «fueron muchos más los etarras honrados como si fueran héroes». Ayer el colectivo volvió a incidir en ello: «Siguen llenando las calles de simbología de ETA y sus presos, como si las calles de todos fueran solo suyas. Seguiremos denunciando cualquier legitimación o justificación del terrorismo etarra».
El vicesecretario general de Ciudadanos, Edmundo Bal, pidió ayer al Gobierno que la nueva Ley de Memoria Democrática permita condenar los homenajes a etarras e impida «actos de humillación» a las víctimas del terrorismo, tal y como el texto recoge con los damnificados de la dictadura. «Es curioso que en esta ley no aparezcan los homenajes a etarras que asesinaron a ciudadanos inocentes y que cuando salen de la cárcel se les recibe en sus pueblos como héroes y el Gobierno no hace nada», lamentó. Bal recordó que la actual Ley de Víctimas del Terrorismo solo resarce económicamente a las víctimas y les da asistencia psicológica, pero no condena los actos de enaltecimiento del terrorismo y los 'ongi etorris'. La Ley de Memoria Democrática que el Gobierno aprobó en julio, en cambio, sí que prohíbe actos públicos de enaltecimiento de la dictadura franquista.
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