Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El lehendakari, Iñigo Urkullu, entró ayer de lleno al debate sobre la plurinacionalidad del Estado, en punto de ebullición desde que Alberto Ñúñez Feijóo se viera en la obligación de corregir a su 'número tres', Elías Bendodo, que provocó un pequeño incendio al apelar a ... las nacionalidades consagradas por el artículo 2 de la Constitución. El canto del nuevo líder del PP a la indisolubilidad de la nación española y el derecho «a la autonomía» de las «regiones y nacionalidades» que la componen sirvió al PNV para expresar su «decepción» con un discurso que ve parejo al de Pablo Casado pese a la sensibilidad territorial de la que hace gala Feijóo.
Una ola que aprovechó ayer el jefe del Ejecutivo vasco en un entorno de elevada carga simbólica, Córcega -mayoritariamente independentista y en un momento de alta tensión con París-, y la elegida por Ajuria Enea para retomar la agenda internacional de Urkullu tras dos años de pandemia. Las protestas secesionistas han arreciado en la isla desde marzo pasado, a raíz del asesinato en prisión del terrorista corso, Yvann Colonna. La tensión en las calles ha obligado a Macron a abrir la mano con las reivindicaciones nacionalistas de un territorio que ostenta el estatus de colectividad territorial, diferenciado de otras regiones francesas.
En un acto ante setenta representantes políticos de distintas sensibilidades en la Asamblea corsa -ni la derecha no nacionalista ni el prefecto (representante administrativo del Estado francés) acudieron a la charla, dado el clima reinante-, Urkullu puso sobre la mesa el reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado como mejor vía, a su juicio, para ofrecer una «salida política» al «desencuentro territorial» en España. También para dar carpetazo a la «crisis», dijo, del modelo autonómico vigente y satisfacer las demandas soberanistas de Euskadi y Cataluña. Su receta pasa, según expuso en la sede parlamentaria, por «avanzar» en el reconocimiento de las «realidades nacionales» vasca y catalana, no solo desde el punto de vista social y cultural, sino también en el ámbito «jurídico y político».
El mensaje del lehendakari demuestra los equilibrios que se ve forzado a hacer, a un año de las elecciones municipales y forales, tras retirar, por ejemplo, de su documento sobre la visión de Europa las alusiones al modelo canadiense y evitar llevarlo al Consejo de Gobierno para no soliviantar al PSE. Está por ver la reacción que esta vuelta de tuerca provoca ahora en los socios socialistas. Su líder, Eneko Andueza, avisaba el domingo en EL CORREO de que solo permanecerán en el Gobierno si el PNV mantiene aparcada la vía soberanista.
controversia
El lehendakari jugaba 'en casa', ante un auditorio manifiestamente independentista-más del 75% de la Asamblea lo es-, encabezado por el presidente del Consejo Ejecutivo de Córcega, Gilles Simeoni, cuya formación ganó con mayoría absoluta las elecciones territoriales de junio de 2021. Reconocido abogado penalista -entre otros, del desaparecido Colonna-, «su padre solía venir a los Alderdi Eguna», recordaban ayer fuentes de la delegación vasca, que completan la secretaria general de Acción Exterior, Marian Elorza, y el director de Asuntos Europeos, Mikel Antón. El viaje finalizará hoy con una agenda centrada en la política lingüística.
Los asistentes escucharon al lehendakari y le dirigieron preguntas en un coloquio de más de tres horas y media, en el que los representantes de Corsica Libera (más radicales que la formación gobernante) le plantearon cómo se explicaba el respaldo de un partido independentista como el PNV, siquiera sobre el papel, al Gobierno de Pedro Sánchez. El lehendakari recordó que EH Bildu es ahora uno de los respaldos más entusiastas del Ejecutivo PSOE-Podemos.
De hecho, Urkullu se reivindicó ante los nacionalistas corsos como un independentista convencido pero también como un gobernante pragmático, que, «en un país plural», aboga por «ir ganando soberanía» siempre «en base al consenso amplio de una mayoría de la sociedad». El lehendakari introdujo un concepto poco utilizado hasta ahora, el de la «redistribución de la soberanía del Estado» -en definitiva, avanzar en el autogobierno de catalanes y vascos- que, según dijo, ayudaría a dar una «solución política» a la cuestión territorial y «favorecer la defensa de la identidad» de los «pueblos» y su «proyección exterior».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.