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El lehendakari Iñigo Urkullu ha lanzado hoy un mensaje de 'doble uso' sobre la coyuntura económica y también sobre lo que cabe esperar del futuro inmediato, en el que Euskadi es como un pequeño barco que está a merced de las olas de un ... océano agitado por el Brexit, las guerras comerciales y los signos de debilidad de algunos países que, como Alemania, forman parte de nuestros principales clientes. De un lado, se ha mostrado complaciente con el ritmo de crecimiento y la solidez de las finanzas públicas, para a continuación reconocer que las incertidumbres son de tal calibre que «el mundo está en hilvanes y estamos en alerta máxima».
En su opinión, la economía vasca y su industria en particular mantienen una posición sólida tras haber superado la última crisis económica, lo que lleva al Gobierno a confiar en que las últimas previsiones de crecimiento se pueden cumplir. «Un crecimiento del 2,3% del PIB para este año y del 2% para el próximo», ha recordado. En la misma línea se ha reafirmado en la previsión de bajar del 10% de la tasa media de paro a finales de la legislatura -previsiblemente se alcanzará ese objetivo este año- y también de mantener tasas positivas de evolución del mercado de trabajo a medio plazo. «Nuestra previsión es que vamos a seguir creciendo. Algo menos, pero Euskadi va a crecer y generar empleo», ha matizado.
Pero junto al optimismo, Urkullu también ha hecho un ejercicio de realismo para reconocer que «el mundo está en hilvanes». «Me gustaría poder afirmar ante la sociedad vasca que no vamos a tener que afrontar incertidumbres. No puedo hacerlo. Sí puedo afirmar que la estabilidad con que contamos en Euskadi es fundamental. Tenemos una economía saneada. Con empresas avanzadas y bien posicionadas en el mundo», ha señalado.
Junto a las incertidumbres internacionales conocidas, el lehendakari también ha mandado un mensaje en clave al Gobierno de Pedro Sánchez. Sin nombrarlo y sin referirse a cuestiones concretas, ha criticado «la ligereza con que se aborda la acción política, tomando sin demasiado fundamento y rigor decisiones clave que afectan al futuro», lo que se interpreta como una apelación a los anuncios sobre el sector del automóvil. Un precipitado final para los motores de combustión que ha generado ya un parón en las ventas de vehículos y que ha afectado de forma seria a una parte importante del tejido productivo vasco: el que está ligado de forma directa a la producción de componentes de automoción y al del acero, que actúa como suministrador de materia prima.
Como ya hizo en el debate de política general hace ahora un año, el lehendakari ha mostrado su convicción de que hay que mantener un cierto grado de austeridad en las cuentas públicas. «Aprecio la importancia del compromiso y el trabajo diario», ha indicado, para recurrir a un símil que ya usó en su día el entonces diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, para referirse a la actitud en tiempos de bonanza y como preparación para los tiempos de crisis. Así, ha asimilado la estrategia del Ejecutivo a la de la «hormiga que atesora en verano lo que necesitará en invierno».
Incluso, lo ha matizado más para revalidar su compromiso con el «déficit cero». «Tenemos -ha asegurado Urkullu- una deuda en mínimos comparativos. Este es el mejor amortiguador de los efectos de futuras crisis. No podemos hacer nada para evitar una crisis global. SÍ podemos tratar de mitigar sus efectos», ha concluido.
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