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Koldo Domínguez | Olatz Barriuso
Jueves, 30 de mayo 2019, 07:49
Si en el baloncesto los tiempos muertos sirven para repensar la estrategia, en política sirven para marcar territorio y enredar. Ése es, 'grosso modo', el análisis que en el PNV y en el PSE se hace de la gestión del relato postelectoral, en 'stand by' ... hasta que la semana que viene arranquen formalmente las negociaciones entre jeltzales y socialistas para reeditar el acuerdo de gobernabilidad en ayuntamientos y diputaciones. Se da por hecho que el entendimiento llegará entre ambas fuerzas -y solo entre ambas fuerzas- y dará continuidad a los pactos alcanzados en 2015 con carácter general y en la gran mayoría de las instituciones.
Pero hasta ahora solo habían trascendido mensajes de advertencia, órdagos e intentos de colocarse en posición ventajosa o presionar al rival, con las negociaciones para formar gobierno en Navarra y para investir a Pedro Sánchez en Madrid como telón de fondo. Hasta que ayer salieron el lehendakari Urkullu y la secretaria general del PSE, Idoia Mendia, a poner orden, acallar el ruido y, en realidad, dar por blindada una entente que garantiza una gobernabilidad tranquila al grueso de las instituciones y da «estabilidad» a Euskadi. Donde, por cierto, a diferencia del resto de España, aún no ha concluido el ciclo electoral, con las autonómicas pendientes a un año vista. Una cita que, salvo sorpresas, ambas fuerzas encararán con la idea de reeditar también en el Ejecutivo de Vitoria, y si puede ser con mayoría absoluta, su acuerdo de coalición.
Iñigo Urkullu, lehendakari
Con Andoni Ortuzar de viaje en Costa Rica, donde asiste al congreso de los democristianos de América Latina, fue el lehendakari Urkullu el encargado de lanzar ayer un mensaje inequívoco en favor de una fórmula que, según dijo, está funcionando bien. «La estabilidad política e institucional es un valor que vamos a seguir trabajando», prometió el jefe del Ejecutivo vasco, que interpretó los resultados del 26-M en clave de «confianza en una forma de gestionar las instituciones vascas» por la que apuesta a medio plazo. «Nuestra determinación es mantener el modelo de estrategia compartida y colaboración que está dando buenos resultados a este país», solemnizó. Y es relevante también dónde lo hizo, en su intervención en la asamblea general de la patronal guipuzcoana, Adegi. Un mensaje de calma dirigido al mundo de la empresa, con el que hizo votos por seguir colaborando sin dejar de lado «el compromiso social».
En definitiva, una clara apuesta por mantener los acuerdos con el PSE, remachada además en Gipuzkoa. Fue precisamente Joseba Egibar, presidente del PNV en este territorio, quien con más énfasis vinculó la reedición del pacto con el PSE en las instituciones vascas a a un posible acuerdo entre el PSN y Geroa Bai para impedir un gobierno de derechas en Navarra y a que Sánchez se apoye en el PNV y no en Cs durante la legislatura que acaba de arrancar.
La respuesta del lehendakari fue elocuente. En su Gobierno relativizan la advertencia, entre otras cosas porque no hay alternativa real al acuerdo PNV-PSE y porque a nadie «se le pasa por la cabeza hacer cosas raras» en puertas de unas autonómicas. Además, Geroa Bai, la coalición en la que se integra el PNV en la comunidad foral, ha sido solo tercera fuerza, lo que desequilibra la balanza a la hora de poner condiciones. «Lo único que se consigue es poner el foco sobre el PSN y su necesidad de apoyarse en EH Bildu. No parece lo mejor para evitar un Gobierno de la derecha».
Idoia Mendia
También Idoia Mendia quiso dejar muy claro que el PSE solo contempla «un acuerdo global para el conjunto de las instituciones» y que no tolerará que en las conversaciones se introduzcan variables «más allá de la muga». «Los vascos merecen que su futuro se decida en Euskadi», señaló, tras recordar que cuando se sellaron los gobiernos de coalición en 2015 y 2016 el PNV daba su apoyo a Mariano Rajoy en el Congreso, sin que eso supusiera ningún impedimento. Nada de injerencias externas, vino a decir, ni de acuerdos a varias bandas en función de cada ayuntamiento. La secretaria general del PSE quiere un 'pacto paraguas' que abarque a los tres territorios y que, en una segunda fase, sería matizado por las direcciones provinciales de cada partido.
Un acuerdo continuista respecto al de 2015 pero, a poder ser, sin las turbulencias de entonces y sin aprovechar para negociar a la baja la participación del PSE. En esa clave, Mendia contestó a Juan María Aburto, que dejó caer que necesitan «menos apoyos» del PSE al estar rozando ya la mayoría absoluta. Quien realiza este tipo de análisis, apuntó Mendia, «no ha entendido nada» de la realidad vasca. También rechazó la posibilidad de que el PNV intente una operación para desbancar a José Antonio Santano en Irún porque, en ese caso, los socialistas podrían también promover el apoyo a su candidata en Vitoria.
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