Por mucho que los tambores de un adelanto electoral resuenen con fuerza en la política vasca, Iñigo Urkullu se afana por espantar ese escenario, al menos por ahora. El lehendakari ha enfriado este viernes un anticipo de las autonómicas –que técnicamente tocarían en julio de ... 2024 pero se estudia llevarlas incluso a marzo– al asegurar con suma insistencia que «queda trabajo por delante» y que el Gobierno vasco busca «redondear» el cumplimiento de su programa. Es más, el mandatario nacionalista, que no repetirá como candidato del PNV para una cuarta legislatura, ha comprometido un centenar de iniciativas para los próximos meses: «Trabajaremos hasta el último día».
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Los rumores sobre un adelanto de las elecciones se han acrecentado en las últimas semanas, máxime tras la decisión de la ejecutiva jeltzale de prescindir de Urkullu para proponer a Imanol Pradales como aspirante a Ajuria Enea. Los comicios en 2020 se celebraron en julio, una fecha extraordinaria por culpa de la pandemia que ahora parece inviable. Una opción es unir las autonómicas a las europeas, que se llevarán a cabo el 9 de junio. Sin embargo, el propio PNV, por boca de Itxaso Atutxa, advirtió de que esa combinación podría contagiar a Euskadi de la polarización PSOE-PP a nivel nacional y aconsejaría separarlas mediante un anticipo de las vascas a marzo, antes de Semana Santa.
Urkullu, quien ya dio un tirón de orejas a la dirigente jeltzale porque las especulaciones «no hacen ningún favor a nadie», nunca ha querido entrar en ese terreno y siempre ha reivindicado que la legislatura continúa en marcha «hasta el último momento». Pero este viernes, en el último pleno de control del año en el Parlamento vasco, ha dado un paso más al establecer una larga hoja de ruta para los próximos meses. Lo ha hecho, además, en una pregunta que le formulaba un representante de su propio partido, Iñigo Iturrate. Una particular fórmula, la de la 'autopregunta', de la que los miembros del Gobierno echan mano siempre que quieren lanzar un mensaje claro.
«Seguiremos trabajando con fuerza e ilusión para cumplir nuestros compromisos ante la sociedad. Ése es el objetivo, cumplir lo acordado y mejorar el bienestar», ha reivindicado Urkullu antes de lanzar algunas de las 100 iniciativas que su Gabinete desarrollará en los próximos meses. En puridad, todas las que ha citado son medidas que el Ejecutivo de Lakua ya había anunciado y, de hecho, varias son inminentes; por ejemplo, la aprobación de leyes como las de Educación y Empleo, que serán ratificadas la semana que viene. Pero también la de Cambio Climático, que según los plazos parlamentarios debería aguardar al menos hasta febrero para ser ratificada.
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Ese último compromiso chocaría frontalmente con la posibilidad de una convocatoria electoral para marzo. No en vano, en ese caso, Urkullu debería disolver el Parlamento con 54 días de antelación; es decir, en enero, lo que haría decaer de forma automática todas las iniciativas que estuvieran en tramitación en el Legislativo, como la norma impulsada por la consejera Arantxa Tapia. Este extremo no impediría retomarla en la siguiente legislatura porque se podría registrar incluso el mismo texto, pero sí abocaría a repetir todo el recorrido en una Cámara autonómica que, tras unas elecciones, habrá modificado su reparto de fuerzas.
El lehendakari no quiere oír hablar aún de comicios, pero EH Bildu, que aspira a dar el 'sorpasso' al PNV, sí. Tras haber reclamado un adelanto en el anterior pleno de control, Nerea Kortajarena no ha repetido este viernes esa petición de forma tan explícita pero sí de manera implícita al urgir a «abordar un proceso de regeneración política e institucional» que ofrezca «respuestas nuevas» a los problemas. Según la líder de la oposición, el empeoramiento de los servicios públicos reflejado en la opinión de los encuestados por el Sociómetro muestra la «decadencia» del modelo de PNV y PSE-EE en el Gobierno vasco. «Las lecturas autocomplacientes son paralizantes», ha señalado.
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Una vez más, el enfrentamiento dialéctico con Urkullu se ha basado en los datos. El mandatario nacionalista, que acusa a los representantes de EH Bildu de estar «cegados» por las elecciones, se apoya en indicadores positivos como en el registro récord de cotizantes y el aumento en recursos económicos para Osakidetza y Educación. El lehendakari, además, ha tratado de rebatir la tesis de la izquierda abertzale de que Euskadi padece problemas «estructurales». «Si tan graves son esos problemas, ¿por qué presentan una enmienda a la totalidad a los Presupuestos por una diferencia de 300 millones? ¿Se solucionan con cambiar el 2% del total de esos Presupuestos?», ha planteado.
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