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El lehendakari ha lanzado hoy desde la tribuna del Parlamento vasco un mensaje complaciente con la evolución de la economía vasca en los últimos años -el crecimiento económico y la reducción del desempleo son las bases del optimismo-, aunque ha llamado la atención sobre ... los signos de desaceleración y ha ratificado la apuesta por la austeridad. En un momento en que la recaudación de impuestos se sitúa en cifras de récord histórico, Iñigo Urkullu ha respaldado la tesis ya expuesta recientemente por el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, de apostar por erradicar el déficit e incluso cultivar el superávit en las cuentas públicas.
Urkullu ha recordado que ya la ejecución del gasto en 2017 permitió cerrar el año con superávit -se gastó menos de lo que se ingresó-, gracias a la buena marcha de los ingresos y también a la recaudación extraordinaria de la mano de los acuerdos sobre el Cupo. Pero asumió un compromiso de futuro, que previsiblemente se plasmará en el proyecto de Presupuestos para 2019, de insistir en erradicar el déficit. «Nuestro compromiso es garantizar el desarrollo y la cohesión social sin hipotecar a las generaciones futuras», ha matizado.
Se mostró satisfecho del crecimiento de la economía en el transcurso de la legislatura y también convencido de que el objetivo de situar la tasa de paro por debajo del 10%, se alcanzará entes de 2020, año que el Ejecutivo se había marcado como referencia para conseguirlo. El lehendakari ha recordado que en 2016 la tasa de paro se situaba en el 13,4% y en la actualidad Euskadi ya está en el 10,1%. Pese a ello, reconoció que «crear empleo no es suficiente», ya que el Gobierno está empeñado en avanzar en «mejorar la calidad y las condiciones» en que se desarrolla la actividad de los trabajadores de la comunidad autónoma. Un camino en el que, admitió, es clave incrementar la aportación de la industria al PIB. Una estrategia que en parte se ha visto recompensada por el éxito, ya que en la actualidad -ha mencionado Urkullu- la industria aporta ya el 24,2% de la riqueza que se genera en Euskadi. Una cifra que al igual que los datos de empleo tampoco «es suficiente», ya que su gabinete se ha propuesto como objetivo que llegue al 25%.
De forma moderada y cauta, Urkullu deslizó también una advertencia sobre el comportamiento de la economía que, previsiblemente, ya no crecerá en los próximos años en tasas cercanas al 3% -como lo ha hecho en los tres últimos años- para situarse en ritmos más moderados. «Las perspectivas siguen siendo positivas -apuntó- pero el ciclo económico se acerca a un punto de madurez», que lógicamente va a contribuir a un menor ritmo en la creación de empleo y previsiblemente también a una moderación en el crecimiento de la recaudación pública.
También ha dedicado un tiempo en su discurso a 'promocionar' su futuro proyecto de Presupuestos para 2019 -lo presentará a finales de octubre- en el que pese al compromiso de mantener el equilibrio contempla ya incrementos «en el gasto social y en la inversión», con un aumento del 5% en las cantidades que se destinen a proyectos de investigación y desarrollo.
Por último, el lehendakari ha renovado el compromiso de elaborar una nueva Ley de Aportaciones -la que regula el reparto de los ingresos por impuestos entre las instituciones vascas-, objetivo que permanece atascado desde el inicio de la legislatura. Urkullu se ha mostrado confiado que en pueda haber un proyecto de ley antes de que acabe el año.
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