![Urkullu da por «cumplido» su programa de gobierno y alienta la convocatoria de elecciones](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/02/16/urkullu-mujer-saliendo-U190495014315PIH-U21015477217235YH-1200x840@El%20Correo.jpg)
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La que, salvo sorpresa, ha sido la última intervención de Iñigo Urkullu en la tribuna del Parlamento vasco se ha convertido en toda una reivindicación del legado que dejará al próximo inquilino de Ajuria Enea. En un pleno de control con aroma a despedida por ... la inminente convocatoria de las elecciones autonómicas, con el 21 de abril como fecha más probable, el lehendakari ha alentado este viernes el fin de la legislatura al dar el programa de gobierno por «cumplido» y ha presumido del «consenso» que ha caracterizado un mandato de mayoría absoluta PNV-PSE en el que, aun así, tres de cada cuatro leyes se han aprobado con apoyos de la oposición.
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Como cada dos semanas, el Gobierno vasco se sometía a una sesión de control que esta vez respiraba un ambiente netamente preelectoral. Una vez que el Parlamento aprobó el jueves las últimas tres leyes pendientes −Infancia, Cooperación y Trans−, la legislatura ha entrado en el tiempo de descuento y sólo falta esclarecer la fecha de los comicios. Urkullu ya tiene la decisión tomada, pero aún no la ha hecho pública. Todo apunta al 21 de abril, lo que exigiría comunicar la convocatoria el 26 de febrero, con lo que la Cámara autonómica sólo celebraría un pleno más el día 22, el ordinario de todos los jueves, que tendrá escaso peso político.
Urkullu no ha querido hablar explícitamente de ello. «Cuántas despedidas anticipadas...», ha llegado a ironizar. Pero, entre líneas, el jefe del Ejecutivo autonómico sí ha dejado caer unas cuantas pistas en una sesión a la que ha asistido su esposa, Lucía Arieta-Araunabeña, un detalle significativo porque es muy infrecuente. El programa de gobierno que suscribieron PNV y PSE-EE en 2020 está «cumplido» tanto para él como para la máxima responsable socialista, la vicelehendakari Idoia Mendia, quien ha hablado incluso de un «100% de cumplimiento». Los dos dirigentes han realizado sendos balances positivos sobre la coalición y han querido escenificar un apretón de manos.
En el caso del lehendakari, ha tirado de estadísticas económicas y sociales para ensalzar el trabajo de su equipo, pero sobre todo ha repetido hasta en tres ocasiones un dato que, a su modo de ver, acredita dicha labor. Según el Sociómetro que elabora su propio Gabinete, el 73% de la ciudadanía muestra su confianza en el Gobierno vasco que ha liderado en los últimos doce años. «Con este resultado, la sociedad vasca es la que más confianza muestra en el gobierno de su país en toda Europa», ha presumido. De la misma forma, ha ensalzado su capacidad de «autocrítica» y su apuesta por la «mejora continua». «Y seguiremos trabajando así hasta el último día», ha remachado.
El balance de Urkullu contrasta ostensiblemente con el que han dibujado los grupos de la oposición, todos ellos con la inminente convocatoria electoral en la boca. Las mayores críticas han llegado desde las bancadas de la derecha. Carlos Iturgaiz (PP) le ha recordado algunos de los momentos más críticos de la legislatura y la sucesión de conflictos como los surgidos en Osakidetza y la Ertzaintza para acusarle de «intentar colar un oasis de perfección y bondades cuando todo es un espejismo». También Amaia Martínez (Vox) ha afirmado que este mandato ha venido a poner de manifiesto «el fracaso del modelo vasco».
Menos crítico ha sido esta vez EH Bildu, principal fuerza de la oposición y aspirante al 'sorpasso' al PNV en los próximos comicios. Su portavoz, Nerea Kortajarena, se ha centrado en las posibles alianzas postelectorales, máxime cuando su formación está proponiendo gobernar en coalición con los jeltzales. Bajo su punto de vista, el nuevo «ciclo político» en Euskadi necesita de alianzas «plurales y no excluyentes». Ha propuesto así una unión de fuerzas entre las dos familias abertzales que permita también «una nueva dimensión en el autogobierno». «Hay una ventana de oportunidad en el Estado», ha señalado en el apartado soberanista.
La mano tendida de la coalición abertzale, sin embargo, no ha sido correspondida por Urkullu, que desde que supo que no repetiría como candidato del PNV no ha bajado el pistón en sus réplicas a los representantes de EH Bildu. En esta ocasión, ha recriminado a la formación soberanista que «repartan carnés de con quién sí y con quién no» se puede gobernar de la misma forma que «antes apoyaban una estrategia de violencia acreditada de quién sobra y quién no», en alusión a ETA. El lehendakari considera que la formación de Arnaldo Otegi aplica las reglas «a su conveniencia» e incluso «renuncia a sus ideas por estrategia electoral».
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