Urkullu cobra protagonismo como mediador en el proceso interno del PNV

El papel del anterior jefe del Ejecutivo vasco está siendo «clave» para canalizar el descontento de parte de las bases jeltzales con la actual dirección por el ascendiente y la 'autorictas' que su figura conserva para una parte sustancial de la militancia, sobre todo en el PNV vizcaíno. No en vano, el exlehendakari fue presidente del Bizkai buru batzar (BBB) entre 2000 y 2008, antes de dar el salto al EBB como candidato de consenso para evitar una fractura interna tras la pugna entre Josu Jon Imaz y Joseba Egibar, que se saldó con la marcha del primero.

El dirigente de Alonsotegi permaneció al frente de la nave jeltzale un mandato, antes de enfilar en 2012 hacia la Lehendakaritza, donde encadenó tres legislaturas hasta que la cúpula encabezada por Andoni Ortuzar decidió darle el relevo, como adelantó en exclusiva EL CORREO en noviembre, y proponer a Imanol Pradales. Una transición convulsa que ha deteriorado notablemente su relación con el EBB y ha contribuido, al mismo tiempo, a concentrar en torno a su figura a las distintas corrientes de afiliados descontentos. En las últimas semanas, Urkullu se ha reunido con antiguos miembros de su Gobierno, con militantes destacados y con todo aquel que tenía algo que decir en el proceso interno. El exlehendakari siempre ha defendido su militancia activa, su plena participación en la vida interna del partido y el contraste de propuestas como vía para fortalecer la cultura democrática interna.

«Lo ha sido todo en el partido», han argumentado siempre los más críticos con las ejecutivas de Itxaso Atutxa -que anunció su decisión de no repetir como presidenta del BBB la semana pasada- y de Ortuzar para justificar su adhesión a la figura de Urkullu. Incluso, han existido tentativas para que el exlehendakari aspirase a liderar de nuevo el PNV. Pero, según todos los medios consultados, Urkullu ha rehusado desde el principio dar ese paso al frente y ha preferido concentrar sus esfuerzos en canalizar las distintas propuestas y propiciar -en un rol más bien de mediador o facilitador- candidaturas de consenso que den cabida a las voces críticas y eviten la «confrontación», es decir, una pugna traumática entre sectores que deje heridas sin cerrar.

«Urkullu ha tomado las riendas», se felicitan en los últimos días alderdikides que aplauden a su vez el movimiento de veteranos 'notables' del partido, adelantado por este periódico, para impulsar una reforma de los estatutos que limite los mandatos internos a un máximo de tres.

Es en ese contexto en el que se explica la filtración desde medios cercanos a Sabin Etxea del nombre de Iñigo Ansola como candidato emergente, favorito y «de consenso» para presidir el Bizkai buru batzar a una semana de que arranque, este jueves, la primera vuelta del proceso interno. Un periodo en el que las organizaciones municipales pueden proponer candidatos; los que cuenten con el apoyo de al menos dos batzokis pasan a la segunda.

A escasas cuarenta y ocho horas de que arranque esa primera vuelta, medios cercanos al exlehendakari y fuentes de las corrientes críticas asumen que el nombre del exdirector del Ente Vasco de la Energía (EVE) se propone precisamente porque el exlehendakari estaba dispuesto a aceptarlo como solución acordada por todas las partes. «Es una persona cercana, muy vinculada a él en los últimos años. Quien ha hecho la propuesta ha tenido en cuenta eso, evidentemente», corroboran.

La candidatura de Ansola, de la misma generación de Pradales y con la ventaja de no suscitar especial rechazo en ningún sector, tiene en su contra el 'sambenito' de estar avalada por el oficialismo que representa la ejecutiva saliente de Atutxa. De ahí que, a estas alturas, aún no esté descartado que se presenten una (o varias) candidaturas alternativas al BBB.

En ese sentido, en los últimos días ha circulado por los batzokis una posible plancha encabezada por la que fuera consejera de Autogobierno en el último Ejecutivo de Urkullu, Olatz Garamendi, en la que figuran personas de peso en el partido y con relevancia pública e institucional, como los alcaldes y alcaldesas de Santurtzi, Mungia, Leioa, Loiu, Berriz, Berango y Balmaseda, la exdirectora de Emakunde Izaskun Landaida o la anterior máxima responsable del Palacio Euskalduna, Nerea Lupardo, sustituida por Iñigo Iturrate.

Otra posibilidad, que está aún por ver, es que algunas de esas personas, u otras propuestas por otros sectores, puedan integrarse gracias a un pacto previo en el Bizkai que finalmente se elija el 23 de noviembre. Para despejar ese incógnita, todas las miradas están puestas en Iñigo Urkullu.