El lehendakari en funciones, Iñigo Urkullu, recibió ayer un homenaje de las Juntas Generales de Bizkaia y le obsequiaron con un retoño del Árbol de Gernika. Irekia

Urkullu abre un paréntesis para emprender un «nuevo proyecto» fuera de la política y la empresa privada

El lehendakari en funciones se tomará un «período de reflexión» tras entregar la makila a su sucesor para, a sus 62 años, terminar de encauzar su futuro

Martes, 18 de junio 2024, 00:55

Iñigo Urkullu sale de escena, al menos de la primera línea de la política activa, pero no piensa, por el momento, jubilarse. El todavía lehendakari en funciones, que dejará de serlo cuando se oficialice el traspaso de poderes a Imanol Pradales en el acto solemne ... del sábado en Gernika, se tomará un «período de reflexión» tras entregar la makila a su sucesor para, a sus 62 años, terminar de encauzar su futuro. Un porvenir que despierta tanto interés como el que generó su relevo en noviembre, máxime después de que el ex diputado general de Bizkaia José Alberto Pradera haya propuesto su nombre, en un artículo publicado el domingo en EL CORREO, para presidir el Euzkadi buru batzar.

Publicidad

No parece, sin embargo, que Urkullu tenga intención de volver a optar al cargo que ya ocupó entre 2008 y 2012 y al que llegó tras presidir la ejecutiva vizcaína jeltzale. Tras ocupar los dos sillones de más relevancia en el aparato del PNV, Urkullu ha encadenado tres mandatos consecutivos como lehendakari, los últimos doce años, pero su partido le comunicó en noviembre que no contaba con él para optar a un cuarto. La decisión, amparada en la necesidad de acometer un relevo generacional al frente de las instituciones, ha sido y sigue siendo polémica en el seno del partido.

El nombre de Urkullu ya fue propuesto en primera vuelta en algunos batzokis durante el proceso interno que ratificó a Pradales como candidato y, tras el batacazo electoral del PNV en las europeas, en las que fue tercero, ha vuelto a salir a la palestra en puertas de que el PNV convoque la Asamblea General de la que, probablemente en enero, saldrá la nueva ejecutiva del partido. Las espadas están en alto porque la actual dirección encabezada por Andoni Ortuzar, cuestionada en sectores de las bases por la trayectoria descendente de la sigla, no ha aclarado aún si está en disposición de continuar o de impulsar una sucesión ordenada.

Sin embargo, según fuentes conocedoras de los planes del lehendakari, su futuro inmediato no está en la política ni en las instituciones, pero tampoco en la empresa privada. «Está volcado en un proyecto nuevo al que lleva dando vueltas un tiempo, y que no tiene que ver con nada de lo que ha hecho hasta ahora», desvelan. Será el propio Urkullu el que comunique, cuando lo crea oportuno, los pormenores de su nueva ocupación laboral, pero ya desde un «segundo plano». Otras fuentes consultadas por este periódico apuntan a algún tipo de fundación, quizá centrada en los asuntos europeos y en la internacionalización de Euskadi a la que Urkullu ha dado siempre máxima prioridad, como impulsor, por ejemplo, de la Macrorregión del Arco Atlántico o de la alianza estratégica para incrementar el poder decisorio de las regiones en la UE. En este tiempo, Urkullu no ha soltado prenda sobre su futuro. En su día, Ardanza, recientemente fallecido, asumió la presidencia de Euskaltel e Ibarretxe, tras defender su tesis doctoral, se puso al frente del Agirre Lehendakaria Center (ALC).

Publicidad

Futuro

Hay quien le ve dedicado a los asuntos europeos y a la internacionalización en la que siempre se ha volcado

Entre 2008 y 2012

Sectores del partido le han propuesto que vuelva a optar a la presidencia del EBB, que ya ocupó

Homenaje en Gernika

Lo que sí ha hecho el lehendakari en funciones durante estos meses es reivindicar su legado político. Ayer, volvió a hacerlo. Urkullu aprovechó un homenaje de las Juntas Generales de Bizkaia para enfatizar los avances que, a su juicio, se han producido en Euskadi durante estas tres legislaturas. «Hemos fortalecido el desarrollo, la libertad, la soberanía, la convivencia y la identidad de Euskadi», aseguró el todavía jefe del Ejecutivo vasco, que rescató así el texto que escribió en el libro de honor de la Casa de Juntas de Gernika, cuando juró por primera vez el cargo, el 15 de diciembre de 2012.

La presidenta del Legislativo foral, Ana Otadui, le agradeció que haya «cumplido la palabra» dada entonces. Urkullu recibió de manos de Otadui un retoño del Árbol de Gernika, un joven ejemplar de unos cinco años, descendiente del roble y «símbolo de paz, libertad y democracia». La presidenta recordó el trabajo «constante» del lehendakari para que ese símbolo sea «respetado y valorado» en todo el mundo -en lugares tan simbólicos como el campo de concentración de Auschwitz, o Estrasburgo, sede de las instituciones europeas- y elogió su desempeño del cargo «con humildad y trato igualitario» y dando prioridad a «los acuerdos entre diferentes».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad