Urdangarin inicia su vida entre Zaballa y Vitoria

Urdangarin acudirá a dormir cuatro días a la semana a la cárcel de Zaballa, a unos diez kilómetros de la capital alavesa, donde cumple el tercer grado que Interior le concedió en enero. El exduque de Palma pernoctará en este moderno complejo carcelario, el más grande de Euskadi con 36.304 metros cuadrados, en una celda individual de 13 metros cuadrados localizada en el módulo residencial para internos en régimen abierto. El fin de semana, de viernes a domingo, dormirá en casa de su madre, Claire Liebaert. La petición cursada por su abogado permite a Urdangarin disfrutar de Vitoria el fin de semana con residencia en su domicilio materno. Durante los últimos permisos, ha sido habitual ver a Urdangarin pasear por el Paseo de Cervantes acompañado por su familia y este mismo fin de semana se le pudo ver en bicicleta por el centro de la capital alavesa.

De esta forma, el yerno del rey emérito y exvicepresidente del Comité Olímpico Español podrá realizar una relativa vida normal, aunque cada jornada variará sus horarios de entrada y salida de Zaballa por seguridad. Estas pernoctaciones en la cárcel alavesa, según fuentes del Ministerio del Interior, serán por tiempo definido. En ese sentido, el coronavirus podría haberse convertido en un inesperado aliado del exduque de Palma. Desde primavera, y para limitar al máximo el riesgo de contagio intramuros, Instituciones Penitenciarias ha elevado hasta el centenar los presos exentos de acudir cada noche a Zaballa. Ya sea por la modalidad de régimen abierto o de libertad condicional. Urdangarin aspira a sumarse a esa lista. Se especula con «finales de año».

Urdangarin ha iniciado el programa Pideco, un novedoso plan de reinserción para delincuentes económicos que le ayudará a acortar sus plazos de regreso de facto a la calle. El pasado viernes finalizó su voluntariado en el Hogar Don Orione, en Madrid, y su estancia de apenas un mes en el Centro de Inserción Social de Alcalá de Henares. En Zaballa cumplirá lo que le resta de pena, que expirará oficialmente a principios de 2024.