«Quiero ayudar a recobrar la ilusión entre los progresistas»

- ¿Por qué decide dar el salto?

- Por responsabilidad y porque he encontrado una propuesta electoral con la que comparto su forma de entender la praxis política y de concebir la manera de estar en ella. Una forma de hacer que he conocido de cerca estos tres años en el Ayuntamiento de Madrid, donde me he codeado con personas como Inés Sabanés o Marta Higueras, candidatas por Madrid pero, sobre todo, con Manuela Carmena.

- En muchas ocasiones ha confesado que la exalcaldesa es su referente...

- Ella me llevó a trabajar a su lado y sí, es un referente para mí.

- ¿Este era su momento?

- Sí, porque quiero contribuir, aunque sea modestamente, a recuperar la ilusión y la esperanza en el desencantado y desilusionado espacio del progresismo, tras la frustración de no poder conformar un Gobierno.

- ¿Qué cree que puede aportar usted al proyecto de Errejón?

- Desde esa identificación con los postulados que ha sostenido en este tiempo Más Madrid, en el rechazo a la mentira, en la defensa de la honestidad y de unas formas de convivencia política mucho más humanas y respetuosas, incluso con el adversario. El concepto de la política como herramienta de mejora de la convivencia. Esta es la filosofía de Carmena con la que me identifico.

- ¿Serán capaces de volver a motivar a esa ciudadanía tan desencantada como usted mismo apunta?

- Errejón lo dejó claro desde el principio: no nos hubiéramos presentado en caso de que hubieran fructificado las negociaciones para conformar un Gobierno progresista. Entonces no hubiera habido elecciones. La situación actual no es tanto fruto de nuestra voluntad de apostar por entrar en el juego electoral, como por la incapacidad demostrada por otros. Pero nos presentamos con el afán de no dividir a la izquierda.

- El 10-N los votantes se encontrarán con un partido más. ¿Esa fragmentación será negativa para el espacio de la izquierda?

- Creo que la diversidad de ofertas electorales no debe suponer un perjuicio para un determinado ámbito político y, de hecho, así lo demostraron las elecciones en Andalucía y Madrid. Aquella división de la derecha se tradujo en una suma que fue superior a los partidos que ganaron las elecciones en dichas autonomías. A veces la diversidad en la oferta electoral permite llegar a rincones del electorado que a lo mejor de otro forma no se llegaría.

- En su candidatura va a estar rodeado de compañeros de Gesto por la Paz, colectivo que siempre mantuvo un fuerte compromiso político.

- Es gente con que la que he compartido mucho trabajo, muchas ilusiones y emociones, y somos más que amigos. Tenemos una enorme sintonía.

- ¿Política?

- Tenemos mucho en común, es obvio. Sobre todo con respecto a lo que constituyó la reacción social a la violencia y los derechos humanos en Euskadi. Aunque eso no se traduce en una misma visión política. De hecho, hay gente de Gesto en otros partidos, y siempre se ha hablado de su pluralidad. Ahí está María Guijarro, que va de 'número dos' en Bizkaia por el PSE.

- Elkarrekin Podemos ha mantenido una gran firmeza en temas de paz frente a la izquierda abertzale. ¿Van a seguir esa senda?

- Estoy firmemente convencido de que caminaremos en la misma línea.

- Finalmente Podemos se rompió en dos...

- No me resulta cómodo que el paso que he dado se dé en estas circunstancias. Pero lo que no podemos es caer en el fatalismo y pensar que esto no tiene remedio. A mi juicio, es imprescindible intentar aportar capacidad de diálogo, de acuerdo... Estamos condenados a algún tipo de entendimiento.

- Es decir, defiende que la política en España sí tiene remedio.

- Claro que tiene remedio. Merece la pena hacer un esfuerzo y no incurrir en lo negativo. Creo, insisto, en la voluntad para entendernos entre diferentes.

- ¿Qué opina de las declaraciones de Vox en materia de memoria histórica?

- No me sorprenden. Vienen de un espacio ideológico que ha estado siempre ahí. Lo que pasa es que ahora tiene altavoz con sus representantes políticos. Lo hacen por crispar y por polarizar. El comentario de las 'Trece Rosas' es una barbaridad moral y una mentira.