¿'Hat trick' de Sánchez?

Análisis ·
La 'vía Cs' es en realidad un torpedo a Díaz, al PP y un manifiesto electoral. La duda todavía es si triunfará

Olatz Barriuso

Miércoles, 2 de febrero 2022, 00:02

Nos esperan dos noches largas». El PNV se preparaba todavía ayer para una negociación agónica de la reforma laboral, dando a entender que hasta que se vote mañana en el Congreso la suerte no estará echada del todo. Yolanda Díaz está volcada, efectivamente, en convencer ... a los socios de la investidura con la promesa de que sus exigencias e inquietudes se verán recogidas en un futuro decreto. Pero el PSOE se pone de perfil. No avala los cantos de sirena de la vicepresidenta segunda, no respalda sus pagarés ni se implica en las negociaciones con ERC y EH Bildu, ni siquiera con Sabin Etxea.

Al contrario, hace saber al que quiera escuchar que da por convalidado el decreto con una mayoría que ríase usted de Frankenstein. A saber: Ciudadanos (incluido el díscolo y antisanchista diputado Cambronero, que voló al Grupo Mixto en protesta por el «giro a la izquierda» de los naranjas tras la moción de censura en Murcia), Más País, Compromís, Coalición Canaria, Nueva Canarias, el partido de Revilla, Teruel Existe y, si suena la flauta, UPN y el PDeCAT. Cosas veredes, los neoconvergentes, que en su día fueron claves de la mano de Marta Pascal para hacer triunfar la moción de censura contra Rajoy, decisivos de nuevo para salvar a Sánchez.

Si las cuentas de la lechera de Félix Bolaños se hacen realidad, lo que todavía está por ver, el bloque del 'sí' podría sumar hasta 177 escaños. ¿Deseo o realidad? ¿Ganas de presionar a los soberanistas para que sientan el vértigo de votar con PP y Vox y se lo piensen dos veces? Un poco de todo hay, pero lo que resulta indiscutible es que la llamada 'vía Cs' no solo no disgusta al PSOE sino que está siendo deliberadamente alentada desde sus filas.

Y con la indisimulada complicidad de los socios que deberían, en un mundo ajeno a los intereses cruzados que guían esta negociación, sentirse agraviados. Solo hay que escuchar a Mertxe Aizpurua, la portavoz de la izquierda abertzale en Madrid, abogar por «recomponer» la mayoría de la investidura pese a las «heridas abiertas» que puede dejar el 'momento Arrimadas'. Queda claro, por lo tanto, que Sánchez puede lograr, sin desarmar la mayoría de la legislatura, un 'hat trick' digno de celebrarse. De una tacada, se presenta en las urnas con la votación como manifiesto electoral, el de un PSOE dueño del carril central, capaz de pactar a diestra y siniestra. Inquieta a Pablo Casado al insuflar oxígeno al agonizante Cs y entrampa a su gran rival, Díaz, al obligarle a que su proyecto estrella salga de la mano de los malvados liberales. Esquerra y Bildu, rivales potenciales en sus respectivos territorios del 'frente amplio' de la ministra, sonríen complacidos. Todos contentos. Ahora solo falta que den los números.