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Si el PP había hecho los cálculos de que la mayoría de la investidura podía empezar a agrietarse por el flanco del PNV, este martes los jeltzales les hicieron perder toda esperanza en una bronca reunión de la Diputación Permanente del Congreso, el órgano que sustituye al pleno durante las vacaciones parlamentarias. Los populares pedían la comparecencia de Pedro Sánchez y sus ministros para dar explicaciones urgentes sobre los asuntos candentes de este convulso inicio de curso –la crisis migratoria, la financiación «singular» de Cataluña, la postura del Gobierno sobre la crisis venezolana, los retrasos en la red ferroviaria y la fuga de Puigdemont–, con la esperanza de abrir una vía de agua en el bloque de la investidura y forzar así al Ejecutivo a dar explicaciones en sede parlamentaria.
Pero el PNV no sólo dejó claro que no pensaba contribuir a forzar una derrota de Sánchez y reafirmó su alineamiento férreo en la precaria mayoría gubernamental, sino que, concluida la tensa sesión parlamentaria, arremetió sin miramientos contra el PP por su actitud «abrupta y partidista» y su «torpeza» al buscar la complicidad de los jeltzales. Los populares se habían esforzado por airear sus contradicciones en cuestiones sensibles para Sabin Etxea, como, sobre todo, la oposición al régimen de Nicolás Maduro y el cupo catalán, que ha devuelto a la picota el debate sobre el Concierto vasco y el Convenio navarro pese a su blindaje constitucional. «¿Es que no van a apoyar la comparecencia de la ministra de Hacienda para ver si ese acuerdo con ERC les afecta en algo?», les espoleaban.
En un tuit incendiario, Aitor Esteban, que no forma parte de la Diputación Permanente, respondió al popular Miguel Tellado, que también en la red social X había reclamado al PNV que «explique a sus votantes» por qué se había negado a apoyar la petición del PP para que Sánchez y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, dieran explicaciones sobre la postura del Gobierno respecto a la crisis venezolana y la negativa del régimen chavista a entregar las actas electorales. Sobre todo, tras la contundente intervención del senador Luke Uribe-Etxebarria en la anterior comparecencia de Albares a mediados de agosto en el Senado, forzada por el PP gracias a su mayoría absoluta en la Cámara alta.
«A vosotros Venezuela os importa una higa», se revolvió el portavoz del PNV en el Congreso, que acusó al PP de «utilizar» la crisis en el país caribeño «para fisurar el bloque de gobierno». «Maduro es un dictador, pero vuestra solicitud de comparecencia no aporta nada. Si con tuits como éste queréis lograr el apoyo del PNV a futuro... Torpe, que eres un torpe», se despachó Esteban en respuesta a Tellado.
El diputado vizcaíno ponía así el dedo en la llaga sobre la cuestión de fondo que sobrevolaba el tira y afloja entre populares y jeltzales: el cortejo más o menos disimulado del PP al PNV, o incluso a Junts, con vistas a construir una mayoría alternativa a la de Sánchez que pueda descabalgar a medio plazo al actual Gobierno. Una hipótesis que Alberto Núñez Feijóo ha manejado a cuentagotas pero que a día de hoy se topa con un obstáculo insalvable: la necesidad aritmética de incluir a Vox en ese supuesto bloque para que los números salgan.
«Régimen dictatorial»
La reacción de Esteban, en puertas de un curso político decisivo en el que el PNV afrontará la renovación de sus órganos internos, dejó claro que los jeltzales, que acaban de reeditar la coalición con el PSE en Euskadi, no se plantean por ahora poner en apuros –ni siquiera amagar con ello– a Sánchez. Y a la vez, soliviantó a sectores del partido, que consideraron «increíble y muy grave» que el PNV no apoyara la comparecencia del Gobierno sobre Venezuela. «No podemos dejar tirados a los demócratas venezolanos. Eso sí que es torpe», se dolió el exdiputado general de Bizkaia Alberto Pradera, una de las voces más críticas con el EBB.
Fue el diputado Mikel Legarda, representante jeltzale en la Diputación Permanente junto a Idoia Sagastizabal, quien se había esforzado en hacer pedagogía sobre la posición del PNV en la cuestión venezolana y en marcar distancias con EHBildu al recalcar que «somos el único partido vasco que reconoce la victoria de Edmundo González». En un tono mucho más sosegado y didáctico, Legarda recordó que el PNV ha criticado que menos de un 2% de los residentes en el extranjero pudieran votar, que los observadores de la UE no hayan podido realizar su labor o la negativa del «régimen dictatorial» de Maduro a oficializar los resultados. Además, justificó su voto en contra de las comparecencias con el argumento de que, «a escasos días de que se inicie el período ordinario de sesiones», no hay «urgencia» en llamar a comparecer al Ejecutivo.
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