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El Ministerio del Interior ha reconocido la condición de herido en atentado terrorista a 4.808 personas en el último medio siglo. La mayoría, un total de 4.696, sufrieron lesiones en ataques perpetrados entre 1963 y 2015 en España -1.030 en Euskadi- ... y 112 en países extranjeros. Los datos no incluyen a los heridos en los ataques yihadistas de Cataluña en agosto de 2017, que según la Generalitat ascienden a 135. No obstante, no todos los expedientes han sido resueltos. Estas son las cifras, hasta ahora inéditas, que recopila el libro 'Heridos y olvidados. Los supervivientes del terrorismo en España' (Esfera de los libros), escrito por la investigadora y profesora en la Universidad de Navarra María Jiménez y el periodista Javier Marrodán, y que verá la luz en las próximas semanas.
La obra, en cuya publicación ha colaborado el Memorial por las Víctimas de Vitoria, arroja luz sobre una de las consecuencias del terrorismo que hasta ahora permanecía sin abordar. Al menos, no con números oficiales sobre la mesa. Si ya resulta complicado conocer cuántas personas fueron asesinadas por grupos terroristas en España -existen varios listados y las cifras no coinciden-, menos se sabe de los heridos. Este libro da a conocer esos datos, pero también aporta otros detalles, como los perfiles de las personas que resultaron lesionadas, el lugar en el que se produjeron los ataques y quiénes los cometieron.
Los primeros datos que figuran en el registro del Ministerio del Interior corresponden a un atentado cometido en 1963 contra la Dirección General de Seguridad de Madrid. Varias personas se encontraban en las instalaciones tramitando la expedición de pasaportes cuando estalló una bomba adosada a un pupitre. Veinte sufrieron distintas lesiones. La base de datos del Gobierno no identifica a los responsables de la explosión y solo incluye a un herido, de 16 años. «Para la Administración, se trata del primer atentado terrorista en el que se reconoce a un herido». Los últimos son cuatro personas, una de ellas agente de la Policía Nacional, que estaban presentes durante el ataque contra la Embajada de España en Kabul en diciembre de 2015. Según revela el libro, «existen seis organizaciones o corrientes terroristas» a las que se atribuyen los heridos. Se trata de ETA, el terrorismo internacional, los GRAPO, la extrema derecha, otros grupos y una última categoría en la que Interior incluye a los lesionados en contingentes españoles desplegados en el extranjero.
Con gran diferencia, ETA es la que más heridos ha causado: 2.597 -más de la mitad del total-. De ellos, 991 los provocó en Euskadi -469 en Gipuzkoa, 387 en Bizkaia y 135 en Álava-. El segundo grupo corresponde al terrorismo yihadista, con 1.833 personas lesionadas, gran parte en los atentados del 11 de marzo. De hecho, las bombas en los trenes de Madrid convierten 2004 en el año en el que se registró el mayor número de heridos (1.782, el 37%). El segundo es 1987, cuando ETA cometió dos de sus ataques más sangrientos: la casa cuartel de Zaragoza e Hipercor en Barcelona. A modo de curiosidad, los 'años de plomo' (entre el 78 y el 80), en los que ETA cometió casi un 30% de sus atentados mortales, no es la época en la que se registraron más heridos. La banda actuaba por entonces de manera «más selectiva» y no empleaba de forma tan habitual métodos como el coche bomba.
Los GRAPO causaron lesiones a 95 personas, mientras que a la extrema derecha -BVE, Triple A y los GAL- se le atribuyen 42. Un total de 62 resultaron heridos en ataques a contingentes españoles en operaciones de paz y 179 se incluyen en la categoría de otros autores.
El terrorismo ha dejado heridos en 40 de las 52 provincias de España. Las cinco con el mayor número son Madrid (2.552), Gipuzkoa (480), Bizkaia (411), Navarra (214) y Burgos (187). Más del 80% de las personas que sufrieron lesiones en atentados cometidos en Euskadi lo fueron en acciones terroristas de ETA. Según se recoge en el libro 'Heridos y olvidados', y de acuerdo con los datos que baraja el Ministerio del Interior, de los 4.808 heridos reconocidos oficialmente, el 73% padecían lesiones no invalidantes, un 13% una incapacidad permanente total y un 5% una incapacidad permanente absoluta. Por edades, más de la mitad tenían entre 20 y 39 años. El número de menores asciende a 241, de los que nueve eran bebés con menos de un año. El más joven de todos resultó herido en un atentado de ETA. La banda terrorista, revela la obra, colocó una furgoneta bomba junto a la casa cuartel de Burgos la madrugada del 29 de julio de 2009. En el edificio residían 263 personas. La explosión dejó un balance de 160 heridos de diversa consideración. Entre ellos, un bebé que apenas superaba los cuarenta días y que sufrió lesiones que tardaron en curar dos semanas.
En contra de lo que ocurre con las víctimas mortales, en el caso de los heridos, la inmensa mayoría (78%) no tiene asignado un perfil profesional. El resto son integrantes de las Fuerzas de Seguridad del Estado, siendo la Guardia Civil el colectivo más castigado. Interior concede a los secuestrados por organizaciones terroristas la categoría de heridos. De las 86 personas que fueron retenidos por ETA, una decena resultaron asesinados. Por lo que, a priori, el resto podrían ser oficialmente víctimas. Sin embargo, según apuntan los autores de la obra, solo han sido reconocidos diez, la mayoría empresarios.
El primer atentado terrorista del que se conoce un herido data de 1963. Ahora bien, no fue esta víctima la primera en ser reconocida como tal. El Estado y su maquinaria fueron con retraso. Mucho retraso. Y también sin un orden establecido. La primera vez que la Administración reconoció de forma oficial a un herido fue en 1977, más de una década después de que se registraran las primeras acciones terroristas. Según revela el libro 'Heridos y olvidados', se trató de Francisco Ruiz Sánchez, un policía municipal de 28 años y natural de Valdepeñas (Ciudad Real). Formaba parte de la escolta habitual del que fuera alcalde de Galdakao Víctor Legorburu. El 9 de febrero de 1976 cuatro miembros de ETA mataron a tiros al edil a la salida de su domicilio e hirieron al agente. Le extrajeron once balas.
Es en 2009 cuando el Gobierno acumula la cifra más alta de heridos reconocidos: 802. En dicho año se produjo el segundo atentado en el que se vieron afectadas más personas de la historia. Fue el que tuvo por objetivo el cuartel de la Guardia Civil de Burgos. 169 personas sufrieron diferentes lesiones. Otros muchos heridos fueron reconocidos con carácter retroactivo.
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