Tapia admite que la asunción de la competencia de Prisiones no se notará a corto plazo

Tapia, que tiene rango de viceconsejero, participó en una mesa redonda en la que también estuvieron Garbiñe Biurrun, presidenta de la Sala Social del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, y José Antonio Martín Pallín, magistrado emérito del Tribunal Supremo. Mientras los dos últimos no ocultaron su visión crítica sobre la actual política penitenciaria, tanto en lo que se refiere a los presos comunes como a los de ETA, Tapia optó por la prudencia y eludió los temas más polémicos.

Uno de ellos, en el que se centraron tanto Biurrun como Pallín, fue el papel de la Audiencia Nacional y de la Fiscalía. El Ministerio Público está recurriendo los informes que emiten las juntas de tratamiento de las diferentes cárceles para que los presos de la banda puedan progresar al tercer grado. Es en ese escalón cuando los presos pueden obtener beneficios penitenciarios, ir a la cárcel solo a dormir... En estos momentos, y según los datos de Sare, en tercer grado solo hay nueve presos etarras, el resto, casi 200, están en segundo.

Pallín y Biurrun no ahorraron críticas. El magistrado emérito aseguró que la Fiscalía Antiterrorista siempre «va a su aire» y que la mejor demostración de «colaboración con la Justicia que han podido hacer los presos es ayudar a disolver la banda». Biurrun fue más allá y abogó por modificar el Código Penal para cambiar la actual política penitenciaria. Frente a este criterio, el asesor del Gobierno vasco aseguró que los recursos presentados por el Ministerio Público «forman parte del juego democrático».

Tapia también consideró positivo el acercamiento de los presos de ETA, y recordó que hay otros 250 vascos que no forman parte de la banda y que igualmente cumplen condena en prisiones de fuera de Euskadi. El exjuez de la Audiencia de Álava volvió a poner sobre la mesa los ejes sobre los que el Gobierno vasco quiere centrar su gestión. Habló de las mujeres presas, de los niños que tienen a sus padres en prisión, los enfermos graves, los encuentros entre víctimas y victimarios... Destacó que su intención es centrarse más en la reinserción que simplemente en la parte «punitiva». Pero también aclaró que la asunción de competencias lleva su tiempo. «Esto no llegará de la noche a la mañana», admitió.