Si por algo ha estado marcado el congreso de Sortu, celebrado este fin de semana, ha sido por la entrada de David Pla en la nueva ejecutiva del partido. El exjefe de ETA, que en 2011 leyó el comunicado del fin de la violencia ... por parte de la banda terrorista, asume la responsabilidad sobre la Orientación Estratégica en un cargo que le sitúa a efectos prácticos como 'número tres' de la formación. Ese 'fichaje' ha sido duramente censurado por partidos y asociaciones de víctimas, pero sus compañeros de filas salen al paso de las críticas y defienden el paso dado. El líder de la organización, Arkaitz Rodríguez, ha insistido este lunes al subrayar su «gran aportación al nuevo ciclo político».
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Desde que en diciembre se empezó a hablar de su posible incorporación a la dirección, Pla ha estado en boca de múltiples actores políticos. La presidenta del PNV en Bizkaia, Itxaso Atutxa, consideraba que con este paso Sortu asumía «tics del pasado» y daba un paso más en la «institucionalización de su simbiosis» entre política y terrorismo. Este mismo fin de semana Pablo Casado, líder del PP, también censuró la «humillación» a las víctimas de ETA y apeló a Pedro Sánchez para que «deje de blanquear a los herederos de Batasuna». Y por parte de los afectados, Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite, denunciaba «las puertas giratorias» entre la banda terrorista y el partido político.
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Lejos de dar un paso atrás, Sortu se reafirma en su defensa cerrada a la figura de Pla. Su presencia en la ejecutiva, según Rodríguez, es «una buena señal» porque supone «la reafirmación de la vía iniciada hace diez años» con el fin de la violencia de ETA. En una entrevista concedida a ETB tras ser reelegido secretario general del principal partido de la coalición EH Bildu, ha insistido en realzar el currículo del exjefe de la banda: «David ha sido una persona clave para sacar a ETA de la ecuación política para siempre, y si algo supone el hecho de que esté en Sortu y en su dirección, es la reafirmación de la vía iniciada hace diez años y una apuesta firme, sólida y definitiva con esa vía».
El máximo responsable de Sortu defiende que el movimiento independentista impulsó hace una década «un cambio total de estrategia, de 180 grados», ya que entendieron, dice, que «el propio proceso de liberación lo pedía porque era el momento y había necesidad para ello». Rodríguez considera que después de esa «adaptación», se han producido «avances» en su trayectoria política. «Creo que es evidente que ha habido un importante cambio que también se ha notado en las personas, en las maneras de hacer y, en general, en nuestras prácticas», ha asegurado.
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