Solo una vez se han celebrado elecciones en pleno verano en Euskadi

En Euskadi, en concreto, ya se ha votado en una ocasión en una fecha casi tan atípica como la anunciada hoy. Y además no hace mucho. El precedente de una convocatoria electoral en pleno verano y tan cerca de agosto tuvo lugar el 12 de julio de 2020, día que se celebraron las últimas autonómicas. La pandemia volvía a azotar con fuerza y los vascos, al igual que los gallegos, acudieron a los colegios electorales ataviados con la obligatoria mascarilla.

Unos comicios que se celebraban con retraso, precisamente, por el estallido del covid aquella aciaga primavera. La participación se vio claramente mermada: en el País Vasco un 9,2% con respecto a 2016 -acudió a votar el 50,7% de la ciudadanía- y en Galicia un 4,7%, donde no ejerció su derecho ni la mitad del electorado.

En el caso de unas generales y sin contar los periodos de otoño e invierno, nunca antes se habían celebrado unas elecciones más tarde del 26 de junio. Fue en 2016 y también hubo menos afluencia a los colegios electorales. Con una afección no tan relevante como en las últimas autonómicas vascas, pero la caída que arrojó fue del 3,3% -el 66,6% de la ciudadanía ejerció su derecho a voto-.

A pesar de la menor participación en las últimas autonómicas vascas, lo cierto es que el impacto que tuvo el verano en aquella jornada electoral no puede medirse de la misma manera. Algunas restricciones a la movilidad se mantenían vigentes y el miedo a viajar e infectarse hizo que muchos ciudadanos optaran por renunciar a salir de sus ciudades y municipios. Con todo, el voto por correo es la alternativa para quien esté lejos de su domicilio en esas fechas. En las generales de 2019, casi un millón de españoles prefirió hacerlo así.

Nadie, ni en el Ministerio del Interior ni en Correos, duda de que los comicios de este julio van a batir todos los récords de sufragio postal, una práctica que está en constante aumento, especialmente durante la pandemia, pero que, sin embargo, vive sus peores momentos a cuentas de los escándalos de las tramas de compra de papeletas por correo en la ciudad de Melilla; la isla de La Gomera; Mojácar, en Almería; o Albudiete, en Murcia, entre otros lugares.