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El adiós definitivo a las armas por parte de ETA en 2011 tuvo como prólogo, a modo de pista de aterrizaje, la Conferencia de Aiete, en San Sebastián.
El desarme del año pasado se hizo coincidir con una fiesta popular que la izquierda abertzale organizó ... en Bayona a modo de camuflaje del segundo gran hito de la derrota de la banda a manos de la democracia. Un acto al que el PNV envió a dos burukides del EBB, Joseba Aurrekoetxea y Pako Arizmendi.
El acto final, la esperada 'desmovilización' –ETA parece que insiste en negarse a hablar de 'disolución'–, llegará igualmente precedido de la correspondiente cortina de humo. En concreto de un pomposo 'encuentro internacional' que tendrá lugar el 4 de mayo en Villa Arnaga, la casa de descanso del escritor Edmon Rostand, autor de 'Cyrano de Bergerac', en Cambó-les-bains, en Iparralde.
El denominado Grupo Internacional de Contacto (GIC), el llamado Foro Social y Bake Bidea dieron a conocer ayer los detalles de este 'remake' de pista de aterrizaje para lo que queda del destartalado avión terrorista. Y lo hicieron sin detallar en qué consistirá la cita y sin mencionar a ETA.
Eso sí, el portavoz del GIC y exdirector de Interpol, Raymond Kendall, en un lenguaje acorde con los habituales eufemismos de la banda terrorista y de quienes les han jaleado desde la política durante décadas de muerte y extorsión, afirmó que el encuentro «va a ser primordial para el avance del proceso hacia una paz definitiva». «Creemos –agregó– que hay condiciones para nuevos pasos relevantes que permitan alcanzar nuestro último último objetivo», dijo Kendall en clara alusión al final de la banda, pero sin citarlo.
En el comité promotor de la cita de Cambo figuran cargos políticos vascofranceses de diversos partidos, entre ellos el 'lehendakari' de la Mancomunidad del País Vasco francés, Jean René Etchegaray. La organización ha invitado a los partidos e instituciones vascoespañolas a adherirse al encuentro.
ETA, por fin, se disuelve. Eso es lo relevante. Lo que no debemos perder de vista. Se cumple el sueño de generaciones como la mía que en algunos momentos llegamos a dudar de si veríamos este gozoso momento.
Pero resulta muy poco comprensible que formaciones y/o instituciones democráticas –PNV, Bildu y Podemos acudirán a Cambo– vuelvan a prestarse a participar en el 'numerito' que ha exigido ETA para quitarse de en medio sin contrapartida alguna y no seguir dificultando la acción política a la izquierda abertzale.
ETA nunca debió nacer. Pero es que luego ha perdido el tren de la historia una y otra vez. Lo hizo en 1978, cuando llegó la democracia y una amnistía vació las cárceles. Y volvió a perderlo en 1988 cuando todos los partidos prometieron «generosidad» a los terroristas si dejaban de asesinar en la firma del Pacto de Ajuria Enea.
Desde el comunicado del adiós a las armas de 2011 han pasado siete años hasta que han comprobado que no iban a arrancar nada a la democracia española y se han decidido, al fin, a desaparecer de nuestras vidas para siempre.
ETA no merece ningún encuentro ni ningún acompañamiento. Tan sólo vacío y desprecio. Ojalá en esta hora final rectificara su comunicado del viernes y pidiera perdón a todas las víctimas sin distinción, como le ha exigido el lehendakari Urkullu. Lo dudo.
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