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La muerte de un ertzaina el pasado jueves durante los disturbios entre radicales del Athletic y del Spartak de Moscú ha elevado la tensión entre los sindicatos del cuerpo policial y el Gobierno vasco a un nivel nunca visto. Quedó de manifiesto este jueves, cuando ... unos 500 agentes se concentraron ante el Parlamento vasco para mostrar su enojo con la gestión del Departamento de Seguridad, que califican como «insostenible».
La masiva protesta, que exigía la dimisión de la consejera Estefanía Beltrán de Heredia y su equipo, provocó escenas de tensión a la llegada de la propia consejera y el lehendakari, que tuvieron que entrar en la Cámara entre gritos por el estrecho pasillo abierto entre los manifestantes. Los contenían otros agentes de servicio, que llegaron a empujar a sus propios compañeros para abrir camino. El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, cargó contra las protestas minutos después de que se produjeran, aseguró sentir «bochorno» y «vergüenza», y acusó a los sindicatos de «acosar» al Gobierno autonómico.
Además de recordar al agente fallecido, los sindicatos reprocharon a Beltrán de Heredia que «anteponga su imagen» a la seguridad de ciudadanos y ertzainas. Erne, sindicato mayoritario, exigió a la consejera el cese del director de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo y el responsable de Inteligencia, Jon Zearsolo, al considerar que son «los máximos responsables» del «caos de seguridad pública» registrado en eventos deportivos de máximo nivel en Bilbao y San Sebastián durante los últimos años.
El órdago sindical ya está sobre la mesa: plantean una huelga encubierta durante la visita de los ultras del Olimpique de Marsella a Bilbao -el partido frente al Athletic se celebra el 15 de marzo- para mostrar su desacuerdo con la organización de los dispositivos de control que desarrolla la cúpula de la Policía autonómica. Consideran que existe una «falta de planificación» y una «precariedad» en la gestión de los medios materiales y humanos. Si el plante es aprobado por las asambleas de agentes, podría llegar una cascada de bajas en las unidades que participan en los dispositivos de seguridad en grandes eventos. La llamada Brigada Móvil.
El enojo en la Ertzaintza con la situación es máximo, tal y como demostró la situación vivida este jueves por la mañana en Vitoria. Es habitual que un pequeño grupo de ertzainas aproveche los minutos previos al inicio del pleno que cada jueves se celebra en el Parlamento para protestar contra el Gobierno mientras los consejeros y el lehendakari van entrando al legislativo. Una vez el lehendakari llegó a encararse con ellos, pero la situación nunca había llegado a los niveles de este jueves. La habitual concentración que se lleva a cabo en la acera de enfrente del acceso a la Cámara se trasladó a la puerta. Y en vez de diez agentes eran unos 500.
Minutos antes de las 9.30 horas Beltrán de Heredia llegó escoltada por su equipo, el lehendakari y todo el Gobierno vasco. El nivel de decibelios de las protestas contra la consejera arreció y los ánimos se encresparon. Los Ertzainas que habitualmente ocupan la garita de acceso al Parlamento, y varias unidades de refuerzo, tuvieron que establecer un perímetro de seguridad para que pasaran los políticos. Un pasillo de apenas dos metros es lo que pudieron habilitar tras algunos forcejeos con los compañeros que protestaban. Tras unos segundos de tensión, Urkullu y el resto de integrantes del Ejecutivo accedieron a la Cámara.
Tras conocerse el incidente, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, aseguró sentir «bochorno» y «vergüenza» al ver a ertzainas, cuyo principal cometido es «proteger» a la ciudadanía, «acosar« a los representantes del Gobierno vasco que, con el lehendakari Urkullu a la cabeza, se dirigían hacia el Parlamento autonómico en ese momento. En un mensaje colgado en las redes sociales, el líder jeltzale se refiere a la protesta organizada este jueves por los sindicatos Erne, ELA y Sipe en las puertas de la Cámara de Vitoria para exigir al Departamento de Seguridad que se siente a «negociar« las condiciones de trabajo de los policías autonómicos.
Hoy he sentido bochorno y vergüenza al ver que quienes tienen encomendada la tarea de proteger al conjunto de la ciudadanía vasca se dedican a acosar a sus legítimos y legítimas representantes.
— Andoni Ortuzar (@andoniortuzar) 1 de marzo de 2018
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