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Enero de 2020, San Sebastián: «Me voy por un tema personal, pero estoy incómodo en la actual política de trincheras». Enero de 2023, Madrid: «Regreso porque creo honestamente que es el momento de darlo todo y porque se abre una oportunidad para cambiar las cosas ... en nuestro país». Entre una y otra declaración de Borja Sémper han transcurrido tres años y 350 kilómetros en línea recta. Tiempo y distancia que le han servido para navegar desde la decepción por la dinámica de «confrontación permanente» en la que se había instalado el PP de Pablo Casado hasta la ilusión por el proyecto «moderado y centrista» que ahora observa en Alberto Núñez Feijóo, «con serenidad y sin crispación».
Tras una etapa de tres años en la empresa privada y alejado de los focos, Sémper vuelve al ruedo político. Y lo hace con una difícil misión encomendada personalmente por el líder de la oposición y aspirante a la Presidencia del Gobierno. Será el portavoz de Génova de cara a la campaña de los comicios municipales y autonómicos del 28 de mayo a los que el PP mira como primera vuelta de unas generales que, previsiblemente, se celebrarán a finales de este mismo año. El expresidente del partido en Gipuzkoa y exportavoz en el Parlamento vasco, estandarte de la resistencia contra el terrorismo de ETA, es desde ya la cara visible de un maratón electoral en el que los conservadores buscan consumar todo un vuelco político en España.
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Reapareció este lunes en la sala de prensa de Génova, precedido de un ambiente de máximo secretismo en un intento por dar un golpe de efecto a poco más de cuatro meses de la primera cita electoral y a la misma hora a la que el PSOE designaba a los responsables de su campaña. Sonriente y visiblemente cómodo ante las cámaras, se declaró «entusiasmado» después de que Feijóo lo presentara como un fichaje estrella. «Le pido que haga en el conjunto de España lo que hizo antes en el País Vasco: defender la dignidad de la política sin caer en provocaciones, insultos y la radicalidad», antepuso el líder de los populares, quien enmarcó el nombramiento en un paso para reforzar la alternativa «solvente, ilusionante y moderada» del PP.
No en vano, el regreso de Sémper, trabajado con suma discreción durante meses, forma parte de la estrategia centrista y de moderación que Feijóo ha buscado imprimir al partido desde que relevó a Casado. Una operación que fue visible en el momento en que escogió a su ejecutiva, pero que está apuntalando en vísperas electorales al rescatar a figuras conocidas que se quedaron en tierra de nadie tras haber apoyado a Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias de 2018 para suceder a Rajoy. La vuelta del exdirigente del PP vasco se suma a la del exministro Íñigo de la Serna, que coordinará el programa electoral de una campaña dirigida a su vez por Elías Bendodo, pupilo del también 'sorayista' Juanma Moreno, convertido en el espejo autonómico en el que se mira Feijóo.
Por si hubiera dudas de la estrategia, el propio Sémper se encargó de reforzar ese mensaje una y otra vez en la que fue su primera rueda de prensa ya en el cargo. Asumió la misión de aportar «más moderación y centralidad donde otros sólo ofrecen decibelios», y garantizó que no contribuirá a la «crispación y polarización» que detecta en la política nacional. Un escenario, cabe recordar, que se cansó de denunciar antes de abandonar sus cargos, cuando llegó a protagonizar una gran bronca pública con la entonces portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, quien tachó al PP vasco de «tibio» con el nacionalismo.
Las elecciones de mayo serán un momento clave para evaluar el éxito o el fracaso de esta apuesta de Feijóo por la moderación, tanto en los programas como en las personas. Y no sólo el 28-M, con el escrutinio de las urnas, sino también el día después, con los pactos postelectorales. Con Vox exigiendo formar parte de gobiernos municipales y autonómicos para investir a alcaldes y presidentes del PP, Feijóo se comprometió este lunes a tratar de «evitar» dichas coaliciones al sostener que «serían malas para el país». También Sémper, antiguo compañero de bancada de Santiago Abascal en el Parlamento vasco, dejó claro que el partido de extrema derecha «no representa» lo que quiere para España.
El PP vasco, precisamente, celebró con entusiasmo el regreso de uno de sus exdirigentes con mayor proyección política. El líder de los populares en Euskadi, Carlos Iturgaiz, definió el fichaje como «un gran acierto» para el partido a nivel nacional y «una gran alegría» para la formación a nivel autonómico. En 2020, Sémper dejó la política en pleno intento por construir un proyecto autónomo y foralista del PP vasco junto al entonces líder, Alfonso Alonso, quien fue fulminado un mes después por Pablo Casado y sustituido por el propio Iturgaiz.
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