Según las circunstancias

Desde distintos ámbitos, acostumbrados a operar con este reduccionismo binario, no se llega a comprender, siendo el rechazo a la independencia la opción que supera con creces a la favorable, cómo puede ser que en las elecciones, especialmente en las autonómicas, el PNV y EH Bildu obtengan, por ejemplo, en los comicios de julio de 2020 el 70% de la representación. Quienes se plantean esta realidad como dual y contradictoria, parten de 'tesis' que consideran incuestionables. La primera, que tanto el PNV como Bildu son formaciones independentistas tanto en su vocación como en cuanto a la propia realidad que representan. La segunda, que un ciudadano que no es independentista no debería dar su voto a ninguna de esas formaciones.

Sin embargo, nuestro mundo no se reduce a modo de órdenes religiosas cerradas. El Sociómetro recoge que existe un 32% de la población que «estaría o no de acuerdo con la independencia según las circunstancias». Es decir, ciudadanos que no viven la cuestión de la independencia o de la permanencia de Euskadi en España como cuestión dogmática resuelta por la doctrina de cada cuál, sino como algo que sería en su caso sometido a la reflexión oportuna y donde se valorarían las circunstancias concretas, los pros y contras de cada opción. Esta actitud, llamémosla pragmática, muy presente desde hace décadas en la sociedad vasca, mantiene una permeabilidad doble, tanto con la opción favorable a la independencia como con la contraria, dándose flujos en ambas direcciones, especialmente cuando concurren circunstancias especiales.

El Sociómetro nos da también algunas claves de por qué al PNV no le afecta electoralmente el hecho de que el rechazo a la independencia alcance el 41% entre la población y los favorables se mueven en torno al 21%. De los encuestados que en las últimas autonómicas votaron al PNV, preguntados sobre la independencia, el 16% se muestra a favor; el 43% dice que actuaría 'según las circunstancias', los llamados pragmáticos, y el 38% estaría en desacuerdo. Un perfil semejante al que muestra la radiografía para el conjunto del país. En Cataluña, desde que el Tribunal Constitucional revisó el Estatut, el 'procés' y la actitud autoritaria del Estado vaciaron y se cargaron el espacio de lo pragmático.